Opinión

CRÓNICAS DESDE EL PURGATORIO

Los restos de Bancaja y la reforma del sistema financiero

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 José Cortina, el ‘zar del ladrillo' durante la feliz Valencia de la burbuja y hasta ahora director de Participaciones Inmobiliarias de Bankia, se jubiló el pasado viernes abandonando su puesto en el banco. Ya no quedan más directivos valencianos. Hoy, Bankia es menos Bancaja que nunca y solo un imprevisible Francisco Pons reivindicativo podría cambiar la tendencia...

VALENCIA. El AVE que nos puso el Estado para que los valencianos fuéramos a Madrid a trabajar y a hacer negocios allí (nosotros creíamos que era para que los madrileños vinieran a comer paella...) viajará este lunes más vacío que otras veces. Ya no irán sentados en él ni Pedro Vázquez (informática), ni Sebastián Ruiz (marketing), ni Silvia Bajo (publicidad), ni Adolfo Porcar (jurídico), ni Miguel Ángel Soria (auditoría)... ni José Cortina, acogido -como los demás- al plan de jubilaciones del banco antes de que los recortes fiscales de Cristóbal Montoro mordieran retenciones sobre su liquidación. Ya no quedan héroes ni mohicanos de Bancaja en Madrid.

Algún día puede que uno de ellos relate con detalle los pormenores de esta ‘limpieza étnica' de directivos valencianos en la torre inclinada de la plaza de Castilla. (Por cierto, ¿llegará Bankia alguna vez siendo tal a instalarse en el colosal rascacielos desocupado levantado a sus espaldas y que en un delirio de grandeza mandó construir el penúltimo presidente de CajaMadrid, Miguel Blesa, y cuyo impresionante coste, 700 millones declarados, recae sobre la cargadas espaldas de todo el grupo?).

Los representantes de la cultura dominante en Bankia, la deJosé Cortina, Beatriz Corredor y José Luis Olivas. Año 2010. Caja Madrid, nunca vieron con buenos ojos ‘la competencia' de sus colegas valencianos, al menos igual de preparados técnicamente que ellos. Lógico, los absorbentes expulsan a los absorbidos: ley de vida, aunque en este caso se haya procedido con cierta premura eliminando en apenas 20 meses -y con algunos gestos cercanos a la humillación- la pista valenciana en la gestión del día a día de Bankia.

Ambiente hostil, desarraigo, competitividad estresante y diferencias 'culturales' no ayudaron mucho a su ‘aclimatación' a un ritmo y unas formas de trabajo a los que no estaban acostumbrados en Valencia. Y tampoco la presión existente en una gran gran empresa sometida a resultados, accionistas, cotización en Bolsa y reparto de dividendos. Inolvidables los tiempos en los que el único dividendo se repartía a la Obra Social y el resto para el bote. Ahora los objetivos son sagrados y la presión para conseguirlos, acentuada. Un escenario perfecto para aprovechar las facilidades de jubilación establecidas en los acuerdos de fusión entre Bancaja y Caja Madrid. Adiós, adeu, ciao. Au. "Cojo el dinero y corro a Valencia, que Madrid está imposible...".

CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LOS ACUERDOS

En cuanto a las condiciones pactadas en esos mismo acuerdos sobre cantidad, calidad y nivel de presencia de directivos de Bancaja en Bankia, ¿a quién le importa eso ahora? Y si le importara a alguien, ¿quién debería, antes y ahora, hacer cumplir esos acuerdos, o al menos intentarlo? Los dos Camps, Francisco y Gerardo, se hallaban distraídos en sus propios asuntos y olvidado los de la generalidad (por cierto, el otro día fue visto en el Mestalla Gerardo Camps en animada charla con el nuevo conseller de Economía, Máximo Buch: ¿le estaría explicando cómo no decir nunca 'no' para sobrevivir siete años en la poltrona aunque se hunda el Titanic?). Vicente Boluda y Francisco Pons, presidente y expresidente de AVE.

Tampoco sus sucesores, Alberto Fabra y Enrique Verdeguer/Máximo Buch parecen contar con demasiadas armas para velar por unos acuerdos de alto interés para la economía valenciana. El primero, Fabra, porque le está costando lo que no está escrito hacerse con las riendas de una burocracia autonómica que se resiste panza arriba a lo inevitable, como puso de relieve la renuncia de Verdeguer, impotente ante el espectáculo. Por su parte, Buch, que todavía sigue frotándose los ojos, no está suficientemente maduro como para ir a poner picas en Madrid. Bastante tendrá con ir, sí, pero a ver qué pilla por el ICO o por la Dirección General del Tesoro...

En realidad, el responsable directo de velar por el cumplimiento de esos pactos por parte valenciana debería ser el presidente de Bancaja, la entidad accionista del BFA/Bankia, en la persona de su presidente, José Luis Olivas, quien en 2010 los pactó con un Rodrigo Rato que todavía al día de hoy asegura sentirse engañado en la negociación (una de dos, o negoció mal entonces o ahora es un poco maquiavélico... mmmh, ¿ustedes qué creen?). Pero Olivas, carente de respaldo por parte de la Generalitat y expulsado de la diestra del 'padre Rato' no se encuentra ahora en posición de controlar nada ni a nadie. Una extraña situación que tarde o temprano deberá resolverse.

"Ah, pero quedan los consejeros valencianos del BFA y de Bankia, suficiente representación, ¿no?". Sin embargo, nunca fueron elegidos esos consejeros con la intencionalidad de hacer política financiera en ambas entidades -la mayoría carecen de formación para ello- sino más bien como acomodo a situciones personales y pago de lealtades. Lo de siempre...

Sólo existe un personaje con peso relativo, Francisco Pons, vicepresidente de Bankia y portavoz de la parte contratante valenciana, con peso para defender la cuota inversora en la Comunidad, conseguir financiación para según qué proyectos, echar un cable a la Generalitat en estos momentos tan delicados... y, en fin, incluso para poner fin a las intoxicaciones que intentar hacer recaer sobre Bancaja todos los males presentes de Bankia, como si Caja Madrid hubiera llegado al altar virgen y casta...

Tal vez Pons podría representar ese papel, pero uno piensa en la bonhomía del personaje, en su escasa proclividad hacia el conflicto y el duelo personal y le resulta difícil imaginárselo echando un pulso al en ocasiones colérico RR (y más ahora que el Banco de España ha rebajado su remuneración -la de ambos- de forma ciertamente drástica)...

En todo caso, tampoco se visualiza desde el Gobierno valenciano una estrategia decidida para hacer valer el peso de la participación de Bancaja en las grandes decisiones que están a punto de aprobarse. Con un presidente de Bancaja en precario, el de la Generalitat pendiente de consolidar su posición y un equipo económico volcado en el día a día de las reformas y los recortes -con la conflicividad social a la vuelta de la esquina-, los intereses de Bancaja navegan totalmente a la deriva en los albores del nuevo sistema financiero que está punto de nacer. Que De Guindos nos pille confesados.

EN LONDRES SÍ QUE SABEN DIMITIR

Chris Hunne, ministro de Energía y Cambio Climático de Su Graciosa Majestad la Reina de Inglaterra, ha presentado su dimisión porque le han pillado ¿con bolsos y trajes gratis? ¿con malversación de fondos y tráfico de influencias? No, por el Chris Hunne‘grave delito' de intentar cargar a su mujer una multa de tráfico suya. Un nivel de autoexigencia desconocido entre la clsae política local frente a la cantidad de ocasiones en las que se les presenta la oportunidad de imitar a los británicos por motivos mucho más fundados.

Cualquier ciudadano normal tiene que sentirse dolido en ocasiones por seguir trabajando y pagando impuestos con los que abonar el sueldo a determinados personajes indignos de ocupar puestos de servicio público. Así nos pinta.

EL BUEN ALUMNO DEL MEJOR PROFESOR

Daba un poco de sofoco leer ayer los halagos que el presidente del Consejo Jurídico Consultivo, Vicente Garrido, vertía sobre su doctorando, Francisco Camps, a quien ha dirigido su tesis doctoral durante los últimos años y que leerá próximamente en la Universidad de Elche. Cuando menos carece de estética -sobre la ética no me siento capacitado para juzgar- esa melé entre el presidente del CJC, el ex de la Generalitat que le nombró, la dirección de la tesis y su valoración. No parece que vayan a salir muy bien libradas la imagen de la Universidad ni la del Consejo Jurídico, aunque ésta ya camina algo renqueante últimamente...

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