VALÈNCIA. La política debería servir para mejorar la vida de la gente, pero el Partido Popular parece haberla convertido en un ejercicio permanente de manipulación y desvío de responsabilidades. Lo hemos visto en muchas ocasiones, pero pocas veces con la crudeza con la que lo han hecho en las últimas dos semanas.
Ante la pésima gestión del gobierno de Carlos Mazón en la reciente DANA que golpeó nuestra Comunitat, su respuesta no ha sido asumir errores ni mejorar los protocolos. No. La estrategia ha sido clara: desplegar una campaña para culpar a otras administraciones y distorsionar la realidad dañando así de una forma irreparable a la administración valenciana pero sobre todo al pueblo valenciano.
El primer ejemplo es el burdo intento de retorcer las palabras del presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo. Mediante un recorte malintencionado de un audio, el PP ha intentado hacer creer a la ciudadanía que la Confederación no avisó del temporal. Sin embargo, cualquiera que escuche el mensaje en su totalidad sabe que esto es falso. La información estaba disponible, pero el Consell de Mazón fue incapaz de gestionarla con eficacia.
El segundo caso es aún más grave. Han utilizado un fragmento de apenas unos segundos de una conversación entre dos funcionarias de AEMET y el 112 para hacer creer que no hubo aviso suficiente. Pero si se escucha la conversación completa –de cuatro minutos–, queda claro que la Generalitat disponía de la información clave y que los técnicos eran plenamente conscientes de que lo peor de la DANA llegaría entre las tres y las seis de la tarde. Es más, de las consecuencias que esto traería en la gestión de los caudales.
A esa misma hora, ¿dónde estaba el presidente Mazón? Disfrutando de un plácido almuerzo mientras los valencianos y las valencianas se ahogaban. Es así de crudo y de real. Y en lugar de reconocer su responsabilidad, su gobierno ha preferido manipular y mentir sin reparos. Me atrevo a decir que la indecencia parece cabalgar sin límite en las dependencias del Palau de la Generalitat.
Es imprescindible dejarlo claro: la gestión de la emergencia corresponde a la Generalitat Valenciana. Ni AEMET ni la Confederación Hidrográfica del Júcar tienen el mando en la respuesta ante un episodio meteorológico extremo. Su papel es informar, y lo hicieron. El problema no fue la falta de datos, sino la falta de gestión por parte de quienes tenían la obligación de proteger a los valencianos y las valencianas.
Este tipo de maniobras del PP no son nuevas. Cuando gobiernan, su ineficacia suele ir acompañada de campañas de distracción, de mentiras despiadadas. Un patrón de ocultación y manipulación que pudimos conocer en su gestión del accidente de metro en Valencia, que ahora intentan volver a repetir con la DANA. Prefieren señalar a otros antes que asumir su incapacidad.
El gobierno de Mazón, en su desesperado intento por exculparse de su nefasta gestión durante la DANA, ha optado por una estrategia cobarde: culpar a los técnicos y desviar la responsabilidad política. Lo hizo con la decisión de no enviar a tiempo el mensaje de aviso a la población el 29 de octubre, como si la Generalitat no tuviera la última palabra en la gestión de emergencias, y lo ha vuelto a hacer al justificar la negativa a la ayuda ofrecida por 26 territorios, poniendo excusas en lugar de asumir que su falta de liderazgo dejó a miles de valencianos y valencianas desprotegidas.
La hipocresía del señor Mazón ha quedado en evidencia con sus propias palabras. Hace apenas unos días, él mismo afirmaba que “una mentira, por muy bien contada que esté, y yo sé de eso, siempre es una mentira”. El subconsciente le delató. Desde el inicio de la crisis por la DANA, su gobierno ha construido un relato basado en la manipulación, tergiversando audios, culpando a otras administraciones y tratando de ocultar su nefasta gestión. Si está claro que la verdad siempre aflora, señor Mazón, ¿por qué su Consell ha recurrido a ella para tapar su propia incompetencia? La verdad no les interesa; están en una huida hacia adelante para eludir su responsabilidad a toda costa.
Si algo ha quedado claro estas semanas es que Mazón y su gobierno no están a la altura de la responsabilidad que asumieron. En los momentos críticos, la ciudadanía necesita un liderazgo serio y preparado, no un Consell que se dedica a manipular grabaciones y buscar excusas.
Qué presentes tenemos las palabras de Hannah Arendt en “La mentira en política”, cuando el engaño se convierte en herramienta de gobierno, la verdad deja de importar y la realidad se deforma al servicio del poder. Esa es la estrategia que está desplegando el PP en la Comunitat Valenciana: manipular los hechos para protegerse a sí mismos en lugar de asumir su responsabilidad.
La emergencia climática seguirá golpeándonos con episodios extremos cada vez más frecuentes. Por eso, necesitamos un gobierno que no sea cautivo del negacionismo, como es el Consell de Mazón, que abrazó sin rubor las tesis más ultras de sus socios en su pacto de gobierno de la indecencia y continúa abrazado ese mismo negacionismo. Tras tres crisis de gobierno en menos de año y medio, tras la peor gestión de la historia de la Generalitat, el pueblo valenciano se enfrentaba a la peor tragedia de su historia en las peores condiciones. Un gobierno sin rigor, un gobierno sin estrategia y un gobierno sin respeto por la responsabilidad que suponía dirigir el autogobierno valenciano. El peor Consell de la historia en el peor momento de la historia de los valencianos y las valencianas.
Es el momento de exigir a Mazón y al Partido Popular de la Comunitat Valenciana que actúen con responsabilidad y dejen de engañar a la ciudadanía. En política, la asunción de responsabilidades es un principio fundamental, y por respeto al pueblo valenciano y a las víctimas, Mazón debería presentar su dimisión. Dado que esto no ocurre, el PP no puede seguir avalando la indecencia y debe poner fin a su complicidad, permitiendo a la Comunitat Valenciana avanzar sin quienes han demostrado no estar a la altura.
Porque gobernar no es mentir, sino trabajar para mejorar la vida de las personas.
