VALENCIA. Hace seis meses, varios prominentes barones del PSOE postularon (oralmente y por escrito) a la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, para ocupar la Secretaría General del PSOE. La maniobra buscaba un nombramiento de Díaz por aclamación, sin pasar por un proceso de primarias. Eduardo Madina exigió que el secretario general del PSOE fuese escogido directamente por la militancia y Díaz, en el último momento, se echó atrás.
Pero no sin antes buscar a un candidato alternativo a Madina, que pudiera disputarle la secretaría general con garantías (¿y qué garantía puede ser mejor que contar con el apoyo de la que es -y con mucha diferencia- la federación territorial más poderosa del PSOE?), y que al mismo tiempo fuese fácilmente manejable. Que no contase con apoyos propios y atendiese a todos los requerimientos de Susana Díaz y los demás barones que le habrían aupado a lo más alto en la jerarquía.
Este "mirlo blanco" del socialismo español, secretario general sin poder, acabó apareciendo en la figura de Pedro Sánchez, un diputado por Madrid que llevaba meses postulándose discretamente, y que acabó encontrándose con que tenía, de golpe, los apoyos necesarios. Pero se trataba de una secretaría general que los que se la habían puesto al alcance de la mano entendían que tenía carácter testimonial, de representación. Un usufructo de algo que les correspondía realmente a otros. Así que, un mes después de apoyar nuevamente la Monarquía como forma de gobierno en España, el PSOE intentaba instaurar, de facto, una Monarquía en el partido, con un dirigente que reinaría sin gobernar, y en todo caso sancionaría lo que le dijesen otros.
Pedro "Snchz", un Secretario General fallido
Meses después, parece claro que el experimento ha salido mal. Desde luego, si lo que se buscaba era insuflar aire nuevo al socialismo español, Pedro Sánchez no es la persona idónea. Su discurso, sus ideas... Son escasos, acartonados y artificiales. El candidato no tiene credibilidad, Más que aire nuevo, Pedro Sánchez parece, sencillamente, aire.
La política de comunicación es errática y plagada de "ocurrencias" (como la "desvocalización" del candidato, transmutado en Pdro Snchz) y errores de bulto, como la aparición en Salvados, en donde millones de personas vieron cómo los miembros de una familia catalana de exvotantes socialistas arrinconaban a Sánchez con todo tipo de críticas airadas, a las que éste era incapaz de responder. Los sondeos muestran un descenso sostenido del PSOE, que ya aparece en muchas estimaciones de voto como tercer partido, por detrás de Podemos y el PP, y en algunos casos se ubica por debajo del 20%.
Todo lo anterior, sin duda, constituye un problema importante para el PSOE como partido, pero lo que ha acabado por convencer a muchos de sus dirigentes de que Sánchez no servía es que, al parecer, el secretario general se ha creído (al menos, en parte) su papel, y da perniciosas muestras de pensamiento independiente, y adopta iniciativas sin consultar, o sin consultarlo con el suficiente número de barones. Así que, seis meses después de su ascenso a las alturas, parece abrirse camino la idea dentro del PSOE de que comienza a ser urgente darle un golpe de timón al asunto. Y para ello, nuevamente, todas las miradas se centran en la presidenta de Andalucía, Susana Díaz.
Susana Díaz: ¿la última esperanza del PSOE?
Es en ese contexto en donde cabría ubicar los insistentes rumores (que quizás se hagan realidad este mismo lunes) de adelanto electoral en Andalucía. Los comicios se celebrarían a finales de marzo, con dos meses de antelación respecto de las elecciones municipales del 24 de mayo.
El adelanto electoral, si se consuma, es una medida inteligente. En primer lugar, porque le otorga a Díaz algo que, hoy por hoy, no tiene: legitimidad democrática. Si la presidenta de Andalucía sustituyese directamente a Pedro Sánchez tras un golpe de mano (luego legitimado en un Congreso extraordinario), o vía primarias, o pretendiera ser la candidata a las próximas Elecciones Generales sin haber pasado previamente por las urnas, sería demasiado fácil centrarse en el poder interno de Díaz, su capacidad para controlar las estructuras de poder del PSOE desde el "aparato", como único recurso de poder para alcanzar la candidatura.
En cambio, si Díaz logra revalidar la victoria del PSOE en Andalucía, obtendrá un enorme aval político (dado que, a nadie se le escapa, la situación es para el PSOE aún más difícil que en 2012, en términos de apoyo electoral). También insuflará ánimos a su partido, y pondrá en problemas al "archienemigo", Podemos, que se vería superado en la primera cita electoral posterior a las Europeas (relativizando, a ojos del público, su pujanza electoral y su fiabilidad como opción de victoria frente a la "Casta").
Además, el adelanto electoral le crearía a Podemos un importante problema interno, puesto que tendría que escoger apresuradamente a un candidato... Y la mejor colocada hoy en día, y más conocida por el público, Teresa Rodríguez, tiene el "problema" de que pertenece a la facción opuesta al grupo de Pablo Iglesias. De manera que Iglesias puede optar por tratar de imponer a un candidato propio en Andalucía, desconocido, arriesgándose a perder el envite (o a que sea visto como una cacicada centralista), o bien a asumir a una candidata que podría convertirse en un importante foco de contrapoder en Podemos, dado que representaría al partido en la comunidad autónoma más poblada de España.
Una victoria electoral de Díaz la postularía como gran esperanza blanca del PSOE, como la dirigente más conocida y con más tirón electoral a la que pueden aspirar. Una candidata que, a pesar de que (como casi todos los políticos de su generación en cualquiera de los partidos tradicionales) haya hecho toda su carrera como apparatchik, indudablemente cuenta con carisma, discurso propio y capacidad para ir más allá (aunque sólo sea un poco más allá) del mero argumentario prefabricado. Además, como se ha indicado ya, mejoraría las expectativas electorales del PSOE, que hoy por hoy está a una Gran Coalición de distancia de emprender definitivamente el camino del Pasok.
También puede suceder, por supuesto, que el adelanto electoral le salga mal y el PSOE pierda Andalucía. Pero, si es así, si el PSOE no es capaz de vencer (o, al menos, vencer a Podemos) en su principal bastión, entonces pocas cosas puede hacer este partido para evitar sucesivos desastres electorales en 2015.
#prayfor... Martínez Gorriarán y "miles de manifestantes" de UPyD
El pasado lunes, UPyD convocaba a los ciudadanos a una concentración en la Puerta del Sol para exigir la dimisión de Mariano Rajoy, como consecuencia de su papel en el asunto de la financiación ilegal del PP (recientemente reivindicado por el propio Luis Bárcenas, tras salir de la cárcel). El número dos de UPyD, Carlos Martínez Gorriarán, anunciaba eufórico en su cuenta de Twitter que la manifestación era un éxito apabullante, con "miles" de manifestantes
Sin embargo, las imágenes que comenzaron a difundirse en Twitter mostraban un escenario desolador, donde las "miles" de personas a duras penas alcanzaban el centenar.
Así que el tuit propagandístico de Gorriarán se volvió rápidamente en su contra, cuando muchos usuarios de las redes sociales, y entre ellos varios dirigentes de UPyD, comenzaron a criticar tan obvia falacia, o directamente a reírse a carcajadas de tales ínfulas, y tan poco sustentadas en la realidad.
No es nueva la peculiar relación que a menudo ha mostrado Martínez Gorriarán con el rigor y la verdad. Pero el espectacular fracaso de la convocatoria llega en un momento en el que se está evidenciando, en las encuestas, en la opinión y en el clima social, la decadencia de UPyD como aspirante a "partido bisagra", y su más que posible sustitución por Ciudadanos en las preferencias del público.
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Guillermo López García es profesor titular de Periodismo de la Universitat de València. @GuillermoLPD
Fotos: EFE