Opinión

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AL OTRO LADO DE LA COLINA

Otra Paz made in Trump

Publicado: 11/10/2025 ·06:00
Actualizado: 11/10/2025 · 06:00
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Cuando fue cesado el efímero (duró sólo una semana) ministro de cultura y deporte, el valenciano Máximo Huerta, el presidente de gobierno, a la vez que lo fulminaba como ministro le preguntaba qué pensaría la historia de él, Pedro Sánchez; y claro ahora mismo, no sé si Donald Trump se estará haciendo esa misma pregunta, pero lo que no hay duda, es que puede pasar a la historia como Trump, el pacifista, pues ha conseguido su octavo acuerdo de paz, en uno de los peores escenarios existentes, el Oriente Medio, pero no solo en la actualidad sino desde hace siglos

Las negociaciones en Egipto, en Shark el-SHeij, han sido arduas y muy complicadas, en las que han participado los diferentes países que tienen peso y algo que decir en la zona y en el conflicto como son Egipto, Catar, Arabia Saudí, Turquía, Hamas, Israel y el Tio Sam, a España a pesar de lo dicho por algún responsable público ni esta ni se le espera.

Para empezar Egipto, frontera con Israel y Gaza, y parte fundamental para llegar a un acuerdo como país musulmán que tiene que participar en la estabilidad de la Franja activamente; y nunca olvidemos que todo empezó allí, el primer acuerdo de paz de Israel con un país musulmán, fueron los acuerdos de Camp David en 1979, aquellos acuerdos que le costaron la vida al presidente egipcio Anwar al Sadat a manos de islamistas radicales.

Por otra parte Catar, ese país en el cual se dan encuentros de numerosos terroristas (allí acogidos) con diferentes países para negociar, como por ejemplo ocurrió con los talibanes y la deshonrosa salida de los USA de Afganistán con Joe Biden, y ahora Hamás, donde por cierto se intentó eliminar a sus líderes hace poco por parte de Israel. Tampoco olvidemos que en este país pequeño país con una curiosa política exterior, tienen los norteamericanos su principal base en Oriente medio y uno de los mandos del Comando Central

Después como no, dos países, líderes regionales, por un lado Arabia Saudí, país que por su importancia estratégica y económica (con los hidrocarburos) son también líderes de la rama Sunni, y sobretodo, nunca olvidemos que son los protectores de la Meca y otros lugares santos como la Medina; por otra parte está el antiguo imperio Otomano, actual Turquía, al que pertenecía el territorio de Gaza, y que tras la primera guerra mundial pasó a ser mandato británico sobre Palestina, y ahí empezó todo el lío actual.

Y finalmente, a parte de las dos partes beligerantes, Israel y Hamas, participan, como no, los Estados Unidos, que son los que han metido presión ha todos los anteriores, porque ya sabemos cómo se las gasta Trump, que ha tenido a su yerno Jared Kushner como gran negociador y que ya consiguió los acuerdos Abraham.

El plan de paz consta de 20 puntos a cumplir, pero hay algunas cuestiones que pueden poner este acuerdo contra las cuerdas fácilmente (ya veremos lo que ocurre) como son; que Hamas no realice un sincero desarme, y pretenda ganar tiempo para reorganizarse y seguir ejerciendo el terrorismo; que surjan incidentes y se rompa el alto el fuego; la situación y supervivencia política de Benjamín Netanyahu le obligue a hacer marcha atrás; como se gestionará la gobernanza en Gaza, y si el gobierno de transición tecnócrata palestino será eficaz en el control de la Franja; y finalmente (aunque hay más) cómo reaccionará Irán a esta paz, pues no olvidemos que este país está detrás de casi todos los intentos de destruir Israel, y a excepción de Hamas y Catar, el resto de los anteriores actores internacionales citados son más bien enemigos de los Chiíes, no olvidemos que Teherán es la cabeza de esta rama del Islamismo enfrentada con los Sunnies.

Pero claro también este plan de paz tiene sus repercusiones nacionales. Porque como dice el refrán, no llueve al gusto de todos, y hay alguno que, con la boca pequeña, dice que se alegra de este acuerdo de paz, pero por dentro, está más bien preocupado, porque se le acaba la cortina de humo o banderín de enganche para tener a su electorado movilizado. 

Y un caso que hace mucho que pensar, es la convocatoria de movilización general para el día 15 de octubre de los sindicatos, ojo los ricamente subvencionados y alimentados por el poder, aquellos que se manifestaban contra la oposición, caso único en Europa occidental, es decir la UGT y CCOO. Además es curioso leer el artículo once del Real Decreto-ley 17/1977, de 4 de marzo, sobre relaciones de trabajo, pues declara ilegal a las huelgas por motivos políticos o con cualquier otra finalidad ajena, al interés profesional de los trabajadores afectados, algo chirría.

Como curioso es lo manifestado por el presidente de la comunidad autónoma catalana, Salvador Illa, que decía hace escasos meses que en su autonomía no cabía un MENA más procedente decía Canarias, pero que ha buscado una nueva excusa de movilización bajo el título de “Cataluña, casa de acogida Palestina”.

En fin esperemos que a pesar de dimes y diretes, tanto foráneos como domésticos, llegue por fin la paz precisamente a Tierra Santa, lugar sagrado de las tres principales religiones monoteístas, y que hasta el momento no ha sido un ejemplo de convivencia.

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