Opinión

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Palestina duele

Publicado: 13/08/2025 ·06:00
Actualizado: 13/08/2025 · 06:00
  • Palestinos transportan el cuerpo del corresponsal de Al Jazeera Anas al-Sharif durante su funeral en Gaza.
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Pasan los meses y siguen matando, sin piedad, niños, periodistas, personas hambrientas que se acercan desesperadas a intentar conseguir algo de comida bajo las balas más despiadadas de los miembros de un ejército estatal que se burla y jacta de su poder ante el mundo entero, que les permite seguir cometiendo todo tipo de atrocidades.

En dos ocasiones presentamos desde Compromís en el parlamento valenciano la propuesta de condena del genocidio que a todas luces se está perpetrando en Gaza, sin recabar el respaldo de ningún otro grupo político, cada uno con sus excusas. Obviamente su aprobación no habría cambiado el avance del genocidio, pero en política los símbolos son importantes y el hecho de que ni el PSOE, PP ni VOX condenaran el genocidio es buena muestra del poder que ejerce Israel y la falta de humanidad que acompaña las decisiones de determinadas opciones políticas.

Que un hecho así no fuera considerado noticia por la prensa local tampoco es baladí. Ahora acaban de asesinar de manera selectiva a 6 periodistas que informaban de la situación en Gaza. Son ya 181 los periodistas asesinados.

¿Cómo podemos explicar que la UE no haya adoptado medidas de sanción económicas contra Israel cuando la Corte Penal Internacional ha ordenado el arresto de Netanyahu por crímenes de guerra y lesa humanidad? ¿tenemos que creer que el complejo de culpa de Alemania por el Holocausto es el motivo por el que la UE no ha llegado siquiera a suspender el Acuerdo de Asociación UE-Israel?

Me cuesta creer que ese motivo emocional bautizado como “razón de Estado” sea el que impide actuar a la UE. Más bien creo que estamos ante decisiones de interés geoestratégico derivadas de la gran relación comercial afianzada entre ambos países, dado que el Estado alemán es hoy el principal socio comercial de Israel dentro de la Unión Europea, con un intercambio que incluye tecnología, innovación, infraestructura y cooperación científica y, por supuesto, la venta de ingentes cantidades de armamento con el que Israel asesina a miles de personas ante nuestros ojos impunemente.

Los mismos motivos económicos que han llevado a que pequeñas decisiones como dejar de vender armas a Israel se hayan adoptado por países como España tarde y mal, totalmente condicionadas por la presión social.

Y esa es la clave, la única fuerza que tenemos contra el genocidio aquéllos a los que nos duele Palestina: la presión social, la protesta, la movilización, la denuncia en redes. Otro ejemplo: la masiva manifestación en Australia contra el genocidio ha llevado a su primer ministro a anunciar el reconocimiento del Estado palestino. Incluso Alemania tuvo que suspender la venta de armas a Israel por la presión ciudadana. Ahora Noruega está revisando las operaciones de su fondo soberano Norges Bank Investment Management en Israel y ha vendido sus participaciones en 11 empresas israelís, como consecuencia de la indignación social.

Necesitamos actuar para que la vergüenza se extienda entre aquellos que han puesto por encima razones económicas que humanas.

No podemos mirar hacia otro lado ni callar, cuando el silencio está siendo cómplice de la matanza. Hemos de convertir la indignación en acción y utilizar nuestros altavoces, por pequeños que sean. Sacar los colores a los gobernantes que pretenden mirar hacia otro lado y ponerles frente al espejo es una cuestión de humanidad.

Entre todos estamos decidiendo en qué tipo de mundo queremos vivir.

 

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