Así, por el lado de la demanda los factores que más influyen son:
- El notable deterioro de las perspectivas económicas que desincentiva las decisiones de inversión por parte de familias y empresas.
- El proceso de desapalancamiento en que se encuentra inmerso gran parte del sector privado, y
Las incertidumbres fiscales, generadas en un periodo de transición como el actual, que desincentivan la inversión. - Mientras, por el lado de la oferta los elementos que inciden en esta presión bajista son:
El complicado acceso de las entidades a las fuentes tradicionales de liquidez y especialmente a las de largo plazo. - El entorno de deterioro económico que genera dudas sobre la calidad de los potenciales deudores, lo que invita a una mayor prudencia a la hora de conceder crédito.
- La presión regulatoria sobre los niveles de capital y liquidez en un entorno en el que la valoración de las entidades en bolsa está muy castigada.
A pesar de este entorno, la Encuesta de Préstamos Bancarios del tercer trimestre, elaborada por el Banco de España, no muestra un deterioro relevante de los estándares de crédito de las entidades españolas. A excepción del crédito a la vivienda y a grandes empresas, el resto han conservado sus condiciones de oferta. Esto contrasta con el conjunto de entidades europeas, que sí han endurecido sus políticas de concesión, aunque hay que tener en consideración que los criterios en España se habían endurecido mucho más durante la crisis que los de sus competidores europeos. Para el último trimestre del año las entidades esperan un mantenimiento en las condiciones en todos los segmentos a excepción de las empresas grandes.
En el caso de la demanda, los bancos sí han observado un deterioro continuado en todos los segmentos de crédito y esperan que esta tendencia continúe en el próximo trimestre.
La encuesta, detecta que las entidades han registrado un empeoramiento generalizado, que ha sido especialmente visible en el acceso a la financiación de medio y largo plazo y a muy corto plazo (hasta una semana). Además, las entidades prevén un mantenimiento e incluso un ligero deterioro para el último trimestre del año.
Septiembre ha continuado arrojando datos negativos como lo indica elque los depósitos de familias y empresas tan sólo crecieron un 0,5% interanual, acumulándose una caída del saldo desde principios de año de 12.000 millones de euros.
La menor captación en el sistema tiene efectos sobre la competencia entre entidades, lo que se refleja en el coste del pasivo, habiendo que añadir a esta situación la competencia de productos financieros similares como la deuda pública que también presiona el coste al alza. El margen de intereses de las entidades se ha reducido 0,2% respecto a los activos totales en el último año.
La única noticia positiva por el lado de los depósitos es que crecen más que el crédito, lo que según el Banco de España ha reducido las necesidades de renovación de deuda en un 50%.
