VALÈNCIA. Hay quien dice que emprender es de valientes. Son tantos los sobresaltos y altibajos que experimentan a lo largo del día que se les presupone inmunes a la adversidad. Sin embargo, hay contextos que dificultan todavía más el oficio emprendedor y no puede decirse que el actual sea el más favorable. Depende de cada tipo de negocio y sector, pero el avance del proteccionismo económico; la constante subida de los aranceles, la vertiginosa evolución de la tecnología; la incertidumbre geopolítica; el riesgo de inflación o la posible dificultad para obtener financiación son factores que, a priori, conducen más al encogimiento que a sacar pecho, sobre todo para aquellos que se mueven en un mercado global.
“Desde que empecé han pasado tantas cosas en el mundo que al final el aprendizaje es que tienes que estar preparado para cualquier circunstancia que surja, ser un poco inteligente y mirar las cosas a largo plazo para que no te afecte la coyuntura mundial. Al final siempre van a pasar cosas. Un día se queda tu mercancía bloqueada en el Canal de Suez, otro viene un tsunami, otro una Dana, otro una pandemia…O sea, que un emprendedor tiene que estar preparado para cuando llegue lo peor, tener un plan B y C y tomar decisiones rápidas entendiendo el mercado”, declara Borja Mera, CEO y fundador de Siroko, una marca asturiana de ropa deportiva y accesorios que facturó el año pasado 42 millones de euros.
Reconoce Mera que en la empresa trabajan, sobre todo, con talleres de China, pero que mucha materia prima procede de Italia o Portugal de manera que “al final es un poco igual donde trabajes porque está todo tan interrelacionado que todo afecta a todo”. Así que su conclusión es: “Siempre es buen momento para emprender, te hace mejor persona”.
Adaptarse con rapidez
También Federico Sainz de Robles, fundador y CEO de Sepiia, dice temer a la pérdida de foco y a la toma de decisiones cortoplacistas. “Me preocupa que la situación actual frene la innovación y el compromiso real con una industria más justa, eficiente y sostenible. También me preocupa la fatiga emocional del consumidor, que a veces ya no sabe en qué creer”, sostiene.
- Federico Sainz, CEO de Sepiia.
En la capacidad de una rápida adaptación incide también el CEO de FLiPO, Alex Abril. “No tengo un miedo concreto, pero sí soy consciente de que estamos en un momento de cambio constante. Especialmente en lo relacionado con la producción internacional, hay que estar muy atentos. Pero no se trata de tener miedo, sino de estar preparados para adaptarnos rápido y minimizar cualquier posible impacto. A nivel comercial, estamos adaptándonos y, sobre todo, haciéndonos fuertes en los mercados donde ya estamos presentes”, afirma.
“Más que miedo, tengo respeto a lo impredecible: las crisis geopolíticas, los conflictos prolongados, los cambios regulatorios bruscos o el repunte de la inflación. Todo eso puede tener un impacto directo en el turismo, tanto en los costes operativos de los hoteles como en el bolsillo del viajero”, es la opinión de Miguel Signes Perelló, CEO y cofundador de FlexMyRoom, donde han desarrollado una tecnología para embeber seguros de viaje. Sabe que el turismo es un sector “especialmente sensible a los ciclos globales y cualquier cambio económico a nivel global puede influir de forma inmediata en el comportamiento del viajero”. Aún así, prefiere mostrar su lado más optimista convencido de que “en la incertidumbre surgen oportunidades para quienes están preparados y saben adaptarse con rapidez”.
Menos relajado se muestra Victor Manuel Gómez Pérez, CEO de 4Geeks Academy, escuela intensiva de tecnología donde se dedican a enseñar programación, data science, inteligencia artificial y ciberseguridad. “Tenemos mucha relación con Estados Unidos. Tengo pesadillas con que un día pongan aranceles a los servicios, me matarían, muchos proveedores de servicios provienen de ahí. Parece ridículo pensar en eso, pero me aterra, implicaría un cambio enorme en nuestra estructura de costes. Pero lo importante es que estamos intentando buscar alternativas a esta posible situación”, declara.
El riesgo de quedar paralizado
Capchase es una fintech fundada por españoles pero con sede principal en Nueva York. Efectúan pagos por adelantado a proyectos basados en software como servicio (SaaS) hasta que estas organizaciones dispongan de recursos recurrentes suficientes. Ignacio Moreno Pubul, cofundador de la compañía, reconoce que ahora las startups están sufriendo un poco más porque los tipos altos les afectan. No obstante, con respecto a la coyuntura actual en general y cómo deben los emprendedores responder ante ella mantiene: “ Yo creo que en el mundo hay tantas cosas que te pueden dar miedo que al final, si te fijas en eso, te quedas paralizado y no haces nada. Nosotros seguimos haciendo, aunque es verdad que tampoco vemos, de momento, un cambio muy grande, pero veremos como evoluciona”.
La IA impactará más que el contexto
También a Iñaki Berenguer, actualmente en el proyecto de LifeX Ventures y antes cofundador, entre otras, de CoverWallet o Contactive, le preguntamos si hay algo que tema especialmente en el contexto actual a lo que responde: “Ahora se habla mucho de Trump, pero yo creo que se habla más de la inteligencia artificial, que es la más grande y mejor revolución que vamos a conocer en nuestra generación. Esto es lo que verdaderamente va a impactar en la sociedad, en cómo vivimos y en los negocios porque la IA lo va a cambiar todo y creo que es una oportunidad única para que los emprendedores se suban a un montón de olas de innovación”.
