“Demasiado jóvenes”, fue la respuestas que Ramón Blanco, CEO y cofundador de Bewater Funds, nos dio en una entrevista en la que le preguntamos cómo veía a los emprendedores nuevos. Justificaba su respuesta aludiendo a determinados estudios realizados en EEUU de los que se concluye que la probabilidad de crear una startup exitosa aumenta significativamente cuando fundador ronda los 60 años debido a la experiencia, al capital social y financiero acumulado a lo largo de su vida profesional, así como a las conexiones y relaciones ya establecidas. 

Obviamente, no quiere ello decir que cualquier emprendedor que monte una empresa pasados los 50 años vaya a tener éxito, pero tampoco lo garantiza montarla con 20. Casos tan llamativos como el Mark Zuckerberg, que tenía 19 años cuando fundó Facebook, o los 20 que tenía Bill Gates cuando cofundó Microsoft con Paul Allen, hicieron creer a muchos observadores e inversores que los jóvenes son más propensos a crear empresas nuevas exitosas. Hoy se sabe que no, que la edad media del fundador de una de cada mil nuevas empresas de más rápido crecimiento es de 45 años, sectores de alta tecnología incluidos. Estos hallazgos refutan las hipótesis que enfatizan la juventud como un rasgo clave de los emprendedores triunfantes, pero tampoco lo descartan.

Sergio Conejo es el fundador de Worksible, una plataforma que define como un ecosistema de IA para contratar talento freelance. La empezó a montar a la edad de 16 años, pero llevaba ya tiempo emprendiendo. A los 11 años vendió su primer videojuego a una empresa por 350 euros y a los 14 decidió montar una agencia de páginas web después de vender la primera en Wallapop por 150 euros. Hoy, Conejo lidera una empresa que consiguió figurar entre las 100 startups finalistas de la competición global de South Summit 2025 y dispone, según consta en la web, de más de 45.000 perfiles de profesionales digitales registrados con un 99% de tasa de éxito.

Lo que se gana y lo que se pierde con el paso del tiempo

También Pau García-Milà fue un emprendedor precoz. Al mes de cumplir los 18 años, ya con la edad legal, se dio de alta en autónomos para poder gestionar su propia empresa que fundó junto a Marc Cercós, eyeOS, una startup pionera en el desarrollo de soluciones de virtualización en cloud computing adquirida por Telefónica en 2014. Más adelante creó Ideafoster, para ofrecer servicios de innovación rápida y prototipado para clientes de primera línea, adquirida por Canvia en 2018. Actualmente está al frente de Founderz, una escuela de negocios y formación online enfocada en el futuro, especializada en inteligencia artificial (IA) responsable e innovación, dirigida a profesionales y organizaciones. La escuela ha sido reconocida por Microsoft como una solución de gran valía para cerrar la brecha de habilidades en el ámbito de la IA.

Desde que montó la primera empresa hasta el momento actual, han pasado 20 años en los que a García-Milà le ha dado tiempo a casarse y tener tres hijos algo que, según reconoce, pesa a la hora de gestionar riesgos al emprender. “Ahora, cuando tomo las decisiones, lo hago de forma distinta, pensando también en mis hijos. Cuando eres más joven, los riesgos ni te los planteas, se tiras a la piscina y a ver qué pasa”. Esa espontaneidad y frescura que García-Milà sigue admirando, le llevó, sin embargo, a tener que buscar un CEO para su empresa cuando no sabía por donde tirar. Aún así, está convencido de que si regresara a los 18 años, volvería a hacer lo mismo. “Lo ideal sería mantener el empuje de los 18 con la madurez y el conocimiento adquiridos a los 38, pero como eso es imposible, yo prefiero animar a los jóvenes a que emprendan y se equivoquen eso sí, sabiendo que esto es muy duro y que hay que hacerlo de forma controlada porque, cuando eres joven, el fracaso se gestiona peor. Tampoco me refiero, claro, a esos emprendedores que sueñan con hacerse millonarios desde el principio, en lugar de intentar solucionar problemas que afectan a muchos”.

Entre el dinero y el propósito

Anas Andaloussi es uno de estos jóvenes que no sienten apuro al intercalar en el discurso emprendedor el tema del dinero, aún priorizando al primero. Fundador de tres empresas relacionadas con la IA: Escríbelo.ai, (para generar contenido optimizado para SEO), QuickTok.ai (crear vídeos impactantes) y UDIA, (plataforma de formación en IA), Andaloussi, de 20 años, rondaría ya una facturación de millones de euros. El objetivo final, dice, es “construir un ecosistema donde la IA no solo automatice tareas, sino que realmente potencie las capacidades humanas”, lo que no ha sido óbice para pasar sin complejos por la serie ’21 días entre millonarios’, del streamer Nil Ojeda, aunque fuese solo por sintonizar con sus tiempos.

Javier Rodríguez, por su parte, es un joven asturiano con 20 años recién cumplidos, al frente del proyecto, junto a Alejandro Caballero, denominado SevenX dentro del ámbito del marketing deportivo. Antes, a los 17 años, gestionó la comunidad digital de Nude Project hasta conseguir que el servidor de Discord superase los 10.000 miembros activos. El siguiente proyecto en el que participó fue la puesta en marcha de 1337Corp, una comunidad de emprendedores jóvenes impulsada por los ex Hawkers Alex Moreno y Aleks Sánchez. 

Dice Rodríguez que cuenta su historia porque quiere “que sirva como ejemplo para otros jóvenes, que entiendan que la edad no define la capacidad, que todo es temporal, los errores, los miedos, incluso los éxitos y que lo único que marca la diferencia es la actitud y las relaciones” convencido como está de que “el éxito no es solo una cifra, ni un coche en el garaje, sino la libertad de elegir cómo vivir y la capacidad de inspirar y ayudar a otros a crecer”.