Plaza Innovación

Itene convierte residuos de arroz, vid y cítricos en bioestimulantes y agentes de biocontrol para cultivos

  • Itene.
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA (EP). El centro tecnológico ITENE ha logrado avances en el desarrollo de bioestimulantes microbianos y extractos botánicos biocidas elaborados con subproductos agroforestales como la cascarilla del arroz, los sarmientos y orujos de la vid y las pieles de cítricos con porcentajes de inhibición de hasta el 70%.

Este desarrollo se enmarca en el proyecto ESCUDO, financiado por la Generalitat a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) entre junio de 2024 y 2025, y busca reducir la dependencia de los agroquímicos convencionales para mejorar los cultivos y las explotaciones forestales.

El proyecto se ha realizado bajo la premisa de fomentar la valorización de los residuos agrícolas y emplear herramientas biotecnológicas para eficientar el uso de nutrientes, mejorar el crecimiento de los cultivos y aumentar su resistencia frente al estrés biótico y abiótico, explica el centro tecnológico.

Se ha apostado por el uso de microorganismos autóctonos beneficiosos, ante el aumento de enfermedades fúngicas como mal de pie, bakanae, tizón del arroz, excoriosis o black rot. Los agentes microbianos, que se han aislado de los cultivos de arroz y vid, se pueden cultivar en medios de bajo coste, preparados a partir de subproductos, y alcanzar altas tasas de crecimiento.

Durante el proceso de validación de la actividad bioestimulante y biocontrol, los nuevos desarrollos han demostrado no presentar fitotoxocidad en los cultivos empleados.

Agricultura sostenible

"En 2023, el 79% de los fungicidas eran químicos. Por ello es necesaria la fabricación de productos innovadores y respetuosos con el suelo, como los bioestimulantes y biopesticidas, para lograr una agricultura sostenible que garantice la seguridad alimentaria, promueva ecosistemas saludables y apoye la gestión sostenible de la tierra, el agua y los recursos naturales", explica la responsable técnica del proyecto en ITENE, Cristina Pérez.

En primer lugar se ha llevado a cabo la selección y aislamiento de cepas microbianas, que posteriormente se han analizado por sus propiedades bioestimulantes y antifúngicas frente a patógenos que afectan a los cultivos.

Paralelamente, se han perfeccionado procesos de hidrólisis químico-enzimática para liberar nutrientes clave a partir de subproductos de la industria agroalimentaria como cascarilla de arroz, sarmiento, raspón y orujos de uva, así como pieles de fruta. Estos compuestos nutritivos se emplean para cultivar de forma eficiente las cepas microbianas en medios específicos.

Se ha verificado que los microorganismos mantengan su capacidad bioestimulante o de biocontrol durante el proceso productivo y de escalado. Las primeras pruebas se han realizado en semillas y posteriormente en condiciones controladas en maceta.

Las soluciones desarrolladas se aplican mediante pulverización foliar, incorporación al suelo o a través del sistema de riego, con el fin de promover el crecimiento vegetal, mejorar la calidad del producto final y reforzar la resistencia de los cultivos frente al estrés abiótico, tanto en agricultura como en silvicultura.

"Los resultados obtenidos no solo ofrecen una alternativa eficaz a los tratamientos convencionales, sino que también abren nuevas oportunidades para la transferencia tecnológica y la aplicación práctica en el campo. Con estos avances, el proyecto ESCUDO sienta las bases para una agricultura y silvicultura más eficientes, resilientes, sostenibles y alineadas con los principios de la economía circular", asegura la investigadora.

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo