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La valenciana PhysioMRI espera llevar al mercado su resonancia portátil en 2027 y tener un ebitda de 10 millones en 2029

La tecnología, desarrollada por investigadores del Instituto de Instrumentación para Imagen Molecular (iM3), ya está en fase de pruebas en hospitales como La Fe

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VALÈNCIA. La tecnológica valenciana PhysioMRI espera llevar al mercado su resonancia portátil en 2027 y tener un ebitda de 10 millones en 2029. Así lo señalaba este jueves su CEO, Alfonso Ríos, en una presentación realizada en el Veles e Vents para comunicar avances de cara a su salida comercial y a encontrar nuevos inversores. Cofundada junto a José María Benlloch y Joseba Alonso, investigadores del Instituto de Imagen Molecular y Sensoriza‑ción (i3M-UPV/CSIC) y el emprendedor Jon Fatelevich, el dispositivo actual, denominado YMIR, permite realizar resonancias de rodilla a bajo coste, de manera portátil y con un desarrollo robusto y estable. "Hemos nacido con una vocación de servicio a la sociedad, de poder llevar los conocimientos a los pacientes", señalaba Benlloch, quien destacaba que este desarrollo está alineado con las directrices de la Organización Mundial de la Salud de diseñar aparatos accesibles para toda la población. "Esta empresa en Estados Unidos estaría valorada en más de 1.000 millones de dólares", apuntaba. 

La compañía, que cuenta con una fábrica en el Parque Táctica de Paterna, busca en 2026 conseguir la certificación FDA y CE para poder vender en todo el mundo. Actualmente, tiene en marcha un estudio en el Instituto de Investigación Sanitaria de La Fe (IIS La Fe), donde han podido comparar los resultados de una resonancia de alto campo con su dispositivo de bajo campo. Para ello, 80 personas han pasado por los escáneres. A partir de ésta, han entrenado redes neuronales para que aprendan las características. "Vamos a hacer una imagen con información diagnóstica", apuntaba Alonso. Unos estudios que ampliarán con la ayuda de la Clínica Gastaldi, Bergman Clínics o La Salud. Entre los hitos de PhysioMRI, el investigador señalaba el diseño de su propia electrónica, con un código abierto en el que han participado entidades como el CSIC o Harvard. 

En busca de 1,5 millones de financiación

Aunque a día de hoy no pueden vender máquinas a hospitales porque no cuentan con la mencioanada certificación, los fundadores señalaban el interés de universidades como Yale o Montreal para entornos de prueba. Para llegar a 2027, la compañía abrirá una ronda de 1,5 millones de financiación, de la que el 20% será cubierta por los propios fundadores. Entre los inversores actuales, cuentan con el jefe de radiología de La Fe, Luis Martí Bonmatí, o los ex NBA Luis Scola o Víctor Claver. Desde que se iniciara la empresa, ésta ha conseguido cinco millones entre financiación pública y privada. Mientras avanzan con su modelo YMIR, la compañía ya prepara la evolución de su segundo desarrollo. También están diseñando Elli-MRI, un proyecto junto al CDTI para confeccionar el transporte de las mencionadas resonancias.

Entre las bondades del diseño, al ser una resonancia con un campo magnético bajo, el ruido de ésta también es muy bajo y solo se oyen los ventiladores, por lo que el usuario puede estar con el móvil y no es necesario que lleve cascos. Según explican, a día de hoy solo la empresa estadounidense Hyperfine muestra una calidad de imagen similar a la suya. Sin embargo, su producto es más caro. Mientras, el resto de la competencia todavía tiene resultados muy por debajo en calidad respecto a los suyos. "Somos los que más avanzados estamos, pero esto no significa que no quede mucho por hacer", señalaba Alonso. Entre los posibles usos de detección de patologías, destacaba la medición de la malnutrición con el volumen de músculo, grasa y hueso en zonas como África, por ejemplo.

El modelo de negocio, de pago por uso

"La dificultad técnica más grande no es montar estas resonancias, sino que operen de forma estable. Ahí tenemos un conocimiento muy único", recalcaba. Mientras, la IA les permite minimizar el ruido de las imágenes, problemas comunes en sistemas tradicionales, proporcionando una visualización más clara de las estructuras internas del cuerpo humano. Otro aspecto revolucionario es la reducción drástica de los tiempos de estudio. Los algoritmos avanzados optimizan la adquisición de imágenes, permitiendo resultados en tiempo récord. "Esto no solo mejora la experiencia del paciente, sino que también incrementa la eficiencia operativa de clínicas y hospitales, ampliando su capacidad de atención", señalan.

Respecto al modelo de negocio, Fatelevich apuntaba a un pago por uso, con un precio de 80 euros la prueba. Según explicaba, esto supondrá un 70% de descuento sobre los precios actuales. "No queremos vender las máquinas, sino repartir los beneficios al 50% entre la clínica y PhysioRMI", apuntaba. "Cuando empecemos a construir en serie, podríamos recuperar la inversión en 6 meses". Fatelevich destacaba que la valoración de la empresa ascendía a 15 millones tras la última ronda. En 2029, esperan llegar a los 200.

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