VALÈNCIA. El año 2025 ha sido proclamado por la Unesco Año Internacional de la Ciencia y Tecnología Cuántica. El motivo es que se cumplen 100 años desde el descubrimiento de esta ciencia a la que algunos consideran la mayor revolución científica de la historia de la humanidad. La iniciativa persigue “aumentar la conciencia pública sobre la importancia de la ciencia cuántica y sus aplicaciones”. Pero lo cierto es que, antes que despertar conciencias, habría que generar un conocimiento mínimo en la sociedad para saber de lo que se habla.
“Creo que puedo decir con seguridad que nadie entiende la mecánica cuántica”, decía el Nobel de Física Richard Feynman. Así parece seguir siendo. Sacar el tema en una conversación entre profanos implica desencadenar una serie de muecas y movimientos de ojos tan elocuentes como decir directamente: ‘mejor no me lo cuentes’. Pero hay quien insiste en dar una explicación, convencidos de que “en un mundo en el que somos cada vez más dependientes de los avances tecnológicos, es esencial generar una fuerte cultura científica para que en un sistema democrático seamos todos capaces de tomar decisiones informadas”, sostiene Sonia Fernández-Vidal, doctora en física cuántica y escritora de éxito.
En su faceta de divulgadora científica, Fernández-Vidal acaba de publicar ‘La semilla de una revolución’, título con el que trata de inculcar la trascendencia del mundo cuántico en la sociedad y el cambio de paradigma que supuso su descubrimiento. Es un libro de literatura infantil y juvenil que, como la autora recuerda, “sirve para dormir a los niños y despertar a los adultos”.
Distinto es cuando nos enteramos de que un tercio de la economía mundial está basada en la física cuántica. El láser, toda la electrónica moderna, las resonancias magnéticas o el microondas son avances ligados a la mecánica cuántica incorporados a nuestra vida cotidiana.
La computación cuántica
El potencial será mucho mayor cuando madure la tecnología emergente de la computación cuántica capaz de revolucionar la forma en que procesamos información y resolvemos problemas gracias a la realización de cálculos imposibles con las computadoras convencionales. Se espera que contribuya a resolver “cosas como el descubrimiento de nuevas moléculas para nuevos materiales, como crear nuevos fármacos, como descubrir nuevos elementos conductores, como conseguir que un banco pueda tener más precisión de cara a calcular riesgos y fraudes…, eso al final es industria y es sociedad”, declaraba Mikel Diez Parra, perteneciente a la división de BM Quantum, dentro de IBM Research y del que también forman parte otos
Computadoras cuánticas, que se sepa, hay todavía pocas. Google o Microsoft son algunas de las organizaciones privadas que han construido su propio ordenador. Está también IBM que eligió San Sebastián como el segundo lugar en Europa donde construir un centro de computación cuántica y un ecosistema, en colaboración con la Fundación Ikerbasque.
Como proyecto estratégico se encuentra el Quantum Spain, que impulsa el Ministerio de Economía a través de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, y financiado con los Fondos de Recuperación. Ha sido instalado en Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS).
La construcción del Quantum Spain ha sido liderada por la UTE ( Unión Temporal de Empresas) de la que formaron parte la startup española Qilimanjaro y GMV, que aportaron su experiencia en tecnologías de vanguardia para desarrollar un sistema basado en cúbits superconductores, las unidades fundamentales de la computación cuántica. Antes del Quantum Spain, Qilimanjaro había entregado el primer ordenador cuántico en los Emiratos Árabes Unidos.

- Equipo de la startup española Qilimanjaro -
Las que se han anticipado
En Qilimanjaro Quantum Tech se presentan como una empresa de computación cuántica con un enfoque integral (full-stack) en la que diseñan algoritmos cuánticos, el sistema operativo cuántico y el diseño y fabricación de chips basadas en tecnología de chips cuánticos superconductores. Liderada por Marta Pascual Estarellas, como CEO, la empresa se constituye en Barcelona en 2019 con el propósito de “aprovechar las capacidades tecnológicas actuales de los chips superconductores que, frente a los sistemas tradicionales, ofrecen ventajas de cómputo en plazos de tiempo más cortos”, explica Pascual Estarellas.
“Con la misión de resolver lo imposible, ofrecemos acceso en la nube a nuestros ordenadores cuánticos analógicos y algoritmos diseñados para casos de uso específicos relevantes para diferentes sectores industriales”, continua la CEO. El equipo actual lo integran más de 45 personas que trabajan a tiempo completo, el 85% de los cuales son expertos mundiales en tecnologías de computación cuántica.
En lo que se refiere a las expectativas a futuro, Pascual apunta: “Con una sólida estructura organizativa y clientes estratégicos y partners, la empresa está lista para escalar y convertirse en la futura compañía líder en computación cuántica full-stack en Europa, siendo la primera en proporcionar ventajas cuánticas prácticas a la industria con nuestra arquitectura QASIC analógica.”.

- Marta Pascual Estarellas -
También la proyección económica es prometedora. Confían en alcanzar una facturación de 25,6 millones de euros en 2028 dentro del objetivo de llegar a más de 100 millones de euros en 10 años y un equipo de más de 150 empleados.
Otra empresa que ha conseguido destacar en este terreno es Multiverse Computing, una de las compañías españolas que más patentes tiene solicitadas. Dentro del software, el propósito de esta empresa con sede en San Sebastián y oficinas en París, Múnich, Londres, Toronto y Canadá, es liderar el camino hacia un mundo impulsado por IA. De Multiverse Computing se dice que pronto se convertirá en uno de los nuevos unicornios nacionales.
La empresa aprovecha el potencial de la tecnología cuántica y de la IA para ofrecer soluciones de optimización a empresas de diversos sectores como son la industria manufacturera, el energético y el financiero erigiéndose así como la primera compañía y la más grande de Europa de software cuántico.