La reciente Dana que ha azotado la Comunidad Valenciana ha dejado un claro mensaje de urgencia. ¿Cómo interpreta usted este fenómeno en el contexto de la movilidad?
La Dana ha puesto de manifiesto la necesidad de transformar y reforzar nuestras ciudades y entornos urbanos para adaptarlos a la nueva realidad climática. Más que reconstruir lo dañado, tenemos la responsabilidad de repensar cómo nos movemos y cómo conectamos nuestras vidas en el área metropolitana de Valencia. La reconstrucción debe ser una oportunidad para impulsar un futuro más resiliente y sostenible.
Desde Movea Consulting lleváis años trabajando en este campo. ¿Por qué la movilidad es un factor tan importante en este proceso de reconstrucción?
La movilidad es mucho más que un medio para desplazarnos. Es un motor de competitividad económica, un generador de oportunidades sociales y un eje fundamental para la vida diaria de nuestras ciudades. Así lo hemos defendido siempre y así lo hemos demostrado en cada proyecto: desde planes de movilidad urbana sostenible para municipios valencianos hasta estrategias de movilidad al trabajo para grandes empresas y universidades. La Dana, en este sentido, no solo refuerza la urgencia de este enfoque, sino que nos brinda la oportunidad de acelerar una transición que ya estaba en marcha.
¿Y cómo se concreta esta necesidad de cambio en Valencia y su área metropolitana?
La realidad de Valencia y su área metropolitana, con más de 1,5 millones de habitantes y 44 municipios interconectados, ilustra de manera muy clara la urgencia de este cambio. Durante años, la movilidad metropolitana ha sido esencial para el desarrollo económico y la cohesión social, aunque también ha planteado importantes retos. Ahora, tras la Dana, debemos ir más allá de pensar a una simple conectividad y apostar por soluciones integrales.
¿Cuáles son las prioridades que identificáis para lograrlo?
Desde nuestra experiencia, sabemos que esta transformación debe apoyarse en cuatro grandes ejes: Primero, priorizar infraestructuras verdes y seguras, que integren la movilidad peatonal, ciclista y los vehículos de bajas emisiones, protegiendo a la ciudadanía frente a eventos climáticos cada vez más frecuentes; reforzar la conectividad metropolitana, consolidando la intermodalidad con redes de transporte público fiables y ágiles; aprovechar las herramientas digitales y la innovación, ya que la digitalización de la movilidad no solo facilita la eficiencia operativa, sino que permite anticipar la demanda y adaptar la oferta en tiempo real, reduciendo emisiones y mejorando la experiencia de las personas usuarias; Y, por último, invertir con visión a largo plazo, entendiendo la movilidad como un proyecto común, no como un proyecto político de inversiones cortoplacistas.
En definitiva, la Dana nos obliga a pasar de las palabras a los hechos…
Exacto. La Dana nos obliga a pasar de la reflexión a la acción. Ya no basta con diagnósticos: necesitamos actuaciones concretas y compromisos firmes. Desde Movea Consulting hemos comprobado que la clave para lograrlo está en la cooperación público-privada y en la valentía de apostar por la transformación de las ciudades, incluso en los momentos más difíciles.
¿Cómo ve usted este momento de reconstrucción?
Es una gran oportunidad para liderar un cambio que coloque al área metropolitana de Valencia como referente en movilidad urbana sostenible consolidando un modelo de transporte que no solo responda a las necesidades actuales, sino que también anticipe y se adapte a los desafíos climáticos y sociales del futuro.