VALÈNCIA. Profesor Maqueda, ha sido un honor contar con usted como ponente magistral en la presentación oficial del Clúster SECMACV en la Universitat Politècnica de València. ¿Qué impresión se lleva de este encuentro?
Ha sido inspirador ver cómo el Clúster SECMACV reúne a actores clave—empresas, academia y administración—en torno a una visión compartida: transformar los sistemas productivos desde la raíz. Valencia tiene un ecosistema único para liderar la innovación hacia una economía circular y regenerativa, y el Clúster SECMACV está llamdo a ser un faro para guiar el camino.
Usted es profesor de Economía Circular Aplicada y Economía Regenerativa en la Universidad de Harvard y ha desarrollado cursos pioneros en universidades como Berkeley y UCLA. ¿Cómo define la economía regenerativa y por qué es relevante hoy?
La economía regenerativa va más allá de reducir daños, como propone la sostenibilidad tradicional, o incluso de un manejo circular de los materiales: la economía regenerativa diseña sistemas que restauran la vida. Mientras la economía circular busca cerrar ciclos de materiales, la regenerativa pregunta: ¿Cómo podemos, por diseño, emparejar la creación de valor económico con la regeneración de los ecosistemas y las comunidades? El extractivismo de nuestra economía lineal está tensando la capacidad de carga de los sistemas vivos y las cadenas de suministro globales. Es urgente regenerar suelos, aguas, biodiversidad y tejido social. La sostenibilidad permite ganar tiempo, la circularidad ganar resiliencia, pero sólo con la regeneración ganamos un futuro.

En su ponencia, mencionó que "la revolución circular no es lo que piensas, sino cómo piensas". ¿Podría profundizar en esta idea?
No se trata de hacer cosas nuevas, sino de hacer todo de modo diferente. La verdadera revolución es cognitiva: entender que el residuo es un error de diseño, que los recursos son finitos y que somos parte de una red interdependiente. Cambiar cómo pensamos—de lineal a sistémico, de corto plazo a largo plazo, y de escasez a abundancia regenerativa—es lo que desbloquea soluciones radicales inspiradas en la naturaleza. Por ejemplo, en lugar de preguntar "¿Cómo gestionamos estos plásticos?", preguntemos "¿Cómo diseñamos un sistema donde el plástico nocivo ni siquiera exista?" El Clúster SECMACV puede ser un foro ideal para estas conversaciones.
Usted ha sido pionero en la lucha contra la contaminación plástica, cofundando la Plastic Pollution Coalition y produciendo el documental Albatross. ¿Cómo influyó esta experiencia en su enfoque actual?
Albatross fue un espejo brutal: ver a estas aves majestuosas alimentar sus polluelos con plástico me confrontó con los fallos sistémicos de nuestra economía. El plástico es una tecnología que permite enormes beneficios, pero su uso inepto e irresponsable ha contaminado el mundo y nuestros cuerpos. Buscar soluciones reales pasa por atajar causas, no síntomas, a través de un pensamiento sistémico y exponencial inspirado en las redes de intercambio de energía y nutrientes que hacen posible la vida. Todo mi trabajo surge de la aplicación de biomímesis a la economía.

Usted dirige el instituto Bionomía, líder en formación, innovación e investigación en Economía Circular y Regenerativa. ¿Por qué es tan importante que los profesionales y líderes de todos los sectores se formen en estos temas?
Creo que es imperativo que las empresas se capaciten en el nuevo sistema operativo de la economía. Formarse permite a los líderes aunar vocabulario y conceptos, anticipar riesgos (escasez, regulaciones), descubrir oportunidades de innovación y negocio que ya pueden poner en marcha ya mismo, al tiempo que preparan sus empresas para el futuro. En el contexto actual de cambios rápidos y profundos, quienes no inviertan en formación corren el riesgo de quedarse fuera de la próxima economía.