VALÈNCIA. En la tarde de ayer, el Teatro Auditorio Municipal de Aldaya acogió un emotivo acto de reconocimiento y agradecimiento por parte de Clece y sus filiales, a los trabajadores de sus compañías que sufrieron los efectos de la Dana, así como aquellos que de forma resuelta prestaron su ayuda más allá de lo imaginable.
Clece es un referente en el sector de los servicios esenciales. Desde el cuidado de personas dependientes hasta la limpieza de hospitales, pasando por mantenimiento y seguridad de edificios, entre otros. Una compañía cuya vocación de servicio va dejando una huella que inspira a todos sus integrantes, como Carmen, encargada de Limpieza que trabajó durante 24 días ininterrumpidamente para sacar adelante su trabajo en los momentos más intensos de la Dana. O José, jefe de equipo de Seguridad del complejo educativo de Cheste, que durante 3 días estuvo a cargo de los 800 alumnos que quedaron aislados a causa del temporal, dotándoles de comida y recursos para sobrellevar la situación. Sorprende también el caso de Amparo que al ver que iba ser imposible desplazarse a diario a su trabajo, alquiló, por iniciativa propia y de su bolsillo, una habitación durante 15 días cerca del centro de salud de Alcácer, lugar en el que realiza labores de limpieza, para no desatender su puesto.

- Foto: CLECE
Muchos trabajadores de la compañía no dudaron en prestar su ayuda inmediata. Javier y Mateo de los Departamentos de Ofertas y Comunicación respectivamente, estuvieron repartiendo EPIs, comida y medicinas entre la población afectada. Por su parte, Aroa, jefe de servicio de Limpieza, contactó con todos los miembros de su área excepto una trabajadora, que además tiene la salud delicada y problemas de movilidad. Al no poder localizarla, Aroa hizo acopio de medicinas y comida y fue directamente a su domicilio, donde, afortunadamente, encontró a su compañera en buenas condiciones.

- Foto: CLECE
Otros miembros de la empresa también actuaron para colaborar, desde la Asociación Corazón y Manos, organización sin ánimo de lucro fundada e integrada por trabajadores de Clece, cuyo propósito es ayudar a aquellos compañeros y su entorno familiar, que de forma sobrevenida se encuentren en una situación vulnerable. Por mediación de ellos, a los dos días del desastre se puso a disposición de los afectados un servicio de asistencia psicológica las 24 horas del día. Posteriormente la asociación contrató un despacho de abogados para facilitar la tramitación de peticiones de ayudas y subvenciones en relación con los daños sufridos. Además, 21 voluntarios de Corazón y Manos realizaron más de 1.500 llamadas telefónicas a más de 900 compañeros de las zonas afectadas, para conocer su situación y valorar cómo ayudar a quienes lo necesitaran. Cerca de 60 trabajadores declararon haber sufrido las consecuencias de la Dana. En el caso de Clece, afortunadamente solo hubo pérdidas materiales. Los peores daños los sufrieron las viviendas,16 de las cuales requerían rehabilitación, y Clece asumió el coste de las reparaciones.

- Foto: CLECE
El Teatro ha sido testigo de los testimonios de varios trabajadores de Clece, que apenas podían contener la emoción al recordar los momentos vividos y la ayuda recibida. Allí se congregaron cerca de 400 personas entre representantes de los Ayuntamientos de Torrente, Picaña, Aldaya y Catarroja, miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y trabajadores de Clece, para homenajear a todos los compañeros de las zonas afectadas y a los que les prestaron ayuda. Al final del acto, la Fundación ACS hizo entrega de un cheque para contribuir a la recuperación de las pérdidas y daños materiales sufridos por los empleados de su filial, a causa de la Dana.
A pesar de que han pasado ya más de 8 meses desde aquel fatídico 29 de octubre, aún queda mucho por hacer para volver a la normalidad, pero la solidaridad y el apoyo de algunas personas y organizaciones hacen que esa normalidad esté cada día más cerca.