VALÈNCIA. Tirar un chicle o una colilla en la calle o abandonar basura fuera de los contenedores comportará sanciones más graves en València. La Junta de Gobierno Local ha aprobado este viernes iniciar los trámites para modificar la Ordenanza de Limpieza de la ciudad para endurecer las sanciones por comportamientos incívicos, unas multas que oscilarán entre los 750 y los 3.000 euros en función de si el hecho se califica de leve, grave o muy grave.
La propuesta, según ha explicado el concejal de Limpieza y Recogida de Residuos, Carlos Mundina, contempla incluir nuevas infracciones e incrementar las sanciones de las actuaciones que más ensucian la calle. Las multas se graduarán en función de la gravedad de la infracción: las leves oscilarán entre 0 y 750 euros, las graves entre 750 y 1.500 euros, y las muy graves entre 1.500 y 3.000 euros.
Entre las infracciones recogidas destaca el abandono de bolsas de residuos domésticos fuera de los contenedores o en espacios públicos, que podrá considerarse muy grave y alcanzar los 3.000 euros. Tirar pequeños residuos como colillas, cáscaras, chicles o papeles fuera de papeleras o contenedores se sancionará como infracción grave, con multas de hasta 1.500 euros. Depositar residuos domésticos, comerciales o voluminosos en papeleras se tipifica como muy grave y podrá costar hasta 3.000 euros, igual que abandonar voluminosos, escombros, palés o residuos industriales en la vía pública. No retirar escombros de obras cuando causen perjuicios en el entorno se considerará grave y podrá sancionarse con hasta 1.500 euros.
Orinar o escupir en la calle podrán suponer multas de hasta 3.000 euros
El Ayuntamiento incorpora además como infracciones muy graves determinadas conductas incívicas, como escupir o realizar necesidades fisiológicas en la vía pública, que podrán sancionarse con hasta 3.000 euros. También se consideran muy graves las pintadas o grafitis sobre elementos protegidos patrimonialmente, con multas dentro del tramo más alto.
La ordenanza añade nuevas obligaciones para los propietarios de animales, que deberán recoger los excrementos y limpiar los orines de sus mascotas. Su incumplimiento se considerará infracción grave, con multas de hasta 1.500 euros. El texto refuerza igualmente la obligación de separar los residuos en origen y prohíbe revolver o extraer residuos de los contenedores, así como manipular o desplazar estos recipientes sin autorización, que se considerará una infracción leve.
En el ámbito de los actos públicos, se mantiene la obligación de limpiar después de su celebración, utilizar contenedores metálicos para cenizas e instalar papeleras o contenedores en puestos de venta de comida.
Recogida puerta a puerta en comercios
Los comercios situados en zonas con servicio municipal de recogida puerta a puerta deberán utilizarlo obligatoriamente: depositar residuos en contenedores de la vía pública podrá suponer una sanción grave de hasta 1.500 euros. La administración local ha precisado que si algún establecimiento renunciara al uso de este servicio, deberá contratar un gestor autorizado para la retirada de sus residuos. Los comerciantes adheridos al servicio puerta a puerta deberán doblar los envoltorios de papel y cartón y guardarlos en su establecimiento hasta que pase el camión que los retira en los horarios indicados por el Ayuntamiento.
Mundina ha afirmado que se pretende "concienciar en el respeto al medio ambiente, a la salubridad pública y al adorno público que deben tener las ciudades", dado que "el público es un espacio que compartimos y que todos debemos respetar". "También es la imagen que proyectamos de nuestra ciudad".
Desde la oposición en el consistorio, el concejal de Compromís Sergi Campillo, ha lamentado que "en lugar de bonificar a quienes lo hacen bien", el equipo de gobierno, "solo quiere freír a multas a los vecinos de esta ciudad". Campillo afirma que su grupo "no ha dejado de presentar propuestas para que el gobierno municipal bonifique la tasa de residuos a aquellos que reciclan correctamente sus residuos" y ha lamentado que el ejecutivo "se niega". Para Compromís, "es indignante que en lugar de bonificar a quienes lo hacen bien, solo piensen en freír a multas a los vecinos. Toda política de residuos que no bonifique a los vecinos que lo hacen bien, es una política destinada al fracaso más absoluto", ha manifestado el edil.