VALÈNCIA. Más de dos millones de euros. Es el coste previsto para la rehabilitación del conocido Balneario de la Alameda de València, cerrado desde 2022 y cuyo control recuperó el Ayuntamiento de València el año pasado tras rescindir la concesión. El consistorio tiene previsto licitar su explotación de nuevo pero antes encargó un informe para analizar el estado de las instalaciones y conocer las obras necesarias para su recuperación. Actuaciones que, según el mencionado infiorme solicitado por la concejalía de Patrimonio, que dirige el edil José Marí Olano, ascenderían a casi 2,1 millones de euros.
En el documento, fechado el pasado mes de diciembre y al que ha tenido acceso Valencia Plaza, la consultora redactora, la firma Leing, recoge una "estimación económica" que "refleja los costos asociados a esta restitución" y que además de las obras propiamente dichas, incluye el precio de los materiales, la mano de obra así como el beneficio industrial de la empresa que las vaya a llevar a cabo. Así, prevé un desembolso de cerca de medio millón de euros en concepto de "arquitectura": revestimientos, carpintería, eliminación de humedades, cubiertas, cornisas, etcétera.
Por otra parte, el estudio cifra en casi 860.000 euros adicionales los costes en "instalaciones": la mayoría en sistemas de climatización, instalaciones eléctricas y fontanería. A lo que hay que sumar otros gastos de medios auxiliares para las obras, control de calidad o gestión de residuos (más de 80.000 euros), así como otros gastos generales (187.000), el beneficio industrial (86.000) y el IVA (360.000).
La consultora explica que en lo proyectado se encuentran todas las intervenciones necesarias para "una rehabilitación que busca la restitución del estado original del edificio y sus instalaciones" reestableciendo sus "características" iniciales "tal y como fueron concebidas y ejecutadas en la reforma realizada en el año 2005". En ese sentido, apunta a que, con las actuaciones propuestas, se pretende "mantener la coherencia y la integridad del diseño original, respetando las decisiones técnicas y arquitectónicas que se tomaron en su momento".

"Daños de manera generalizada"
Cabe recordar que los técnicos municipales visitaron el balneario antes de este informe y concluyeron que el edificio "presenta daños de manera generalizada debidos a filtraciones de agua, tanto desde el exterior del edificio a través de sus cubiertas y fachadas, como interiormente debidos presumiblemente a la condensación producida por una deficiente ventilación del edificio, así como a una incorrecta impermeabilización de las zonas húmedas, o incluso procedentes de fugas de las propias instalaciones que discurren sobre los falsos techos del edificio", recoge el informe.
Estas humedades afectan, dice, "de manera grave y generalizada a los falsos techos" así como "a los pavimentos laminados existentes en las zonas del gimnasio". También a muchas de las puertas interiores y las cabinas sanitarias. En el cuarto de las instalaciones eléctricas, "se ha visto que las paredes de este cuarto están descascarilladas y llenas de humedades", señala el informe, que alerta sobre la falta de sistemas de ventilación.
En el spa, prosigue, "se observa una gran cantidad de teselas sueltas y oxidación evidente de elementos metálicos" y el techo de las instalaciones "exhibe un muy mal estado de conservación con desconchados y piezas sueltas" mientras que "la cúpula metálica y de cristal de la zona termal, que ya se desplomó hace unos años por falta de mantenimiento, presenta un elevado estado de corrosión".
Por su parte, en las termas romanas se observa presencia de incrustaciones en la superficie de los vasos y los marcos de las puertas están podridos, con desconchados en los azulejos de la pared, asegura, para añadir que las instalaciones de baño "están en un lamentable estado de mantenimiento". A lo que se suma que la mayoría de las taquillas de los vestuarios carecen de llave.

En cuanto al exterior del edificio, se ha constatado el "mal estado de conservación" de sus carpinterías de madera y los elementos de cerrajería exterior. "Llama especialmente la atención las bajantes metálicas que recogen las aguas pluviales de las cubiertas inclinadas y que discurren vistas adosadas a las fachadas del edificio", apunta, dado que "se encuentran prácticamente desintegradas en tramos completos, habiendo afectado también a la estabilidad de las cornisas que atraviesan".
De hecho, las cornisas del edificio en sus fachadas exteriores son de mortero y presentan "grietas de manera generalizada". Donde las corinsas son de ladrillo cerámico, "presentan daños especialmente reseñables en los puntos en los que son atravesadas por las bajantes de pluviales".
A la espera de la nueva concesión
El establecimiento lleva cerrado desde 2022 después de que el Ayuntamiento de València decretara la clausura cautelar tras detectar legionela en las aguas de la instalación termal. Una decisión que la concesionaria de la infraestructura llevó a los tribunales y el conflicto llegó al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano, como publicó Valencia Plaza. Todavía está sin resolución. La firma consideraba ilegal la decisión municipal porque, sostiene, la presencia de la bacteria tenía niveles mínimos y que el método que exigía el consistorio para combatirla no era el adecuado.
Mientras, el gobierno municipal de València, conformado por PP y Vox, aprobó en marzo la resolución anticipada del contrato de gestión del balneario por la deuda que arrastraba la concesionaria de más de 450.000 euros, entre otros incumplimientos contractuales. Una decisión que la empresa impugnó ante el mismo consistorio pero, finalmente, el Ayuntamiento confirmó la resolución, por lo que el pasado verano hizo efectiva la recuperación de las instalaciones.

- José Marí Olano, concejal de Patrimonio de València. Foto: KIKE TABERNER
La concejalía de Patrimonio tiene previsto sacar a concurso la nueva concesión. En un principio preveía hacerlo el pasado año pero finalmente se ha retrasado. Ahora, el departamento de Olano espera sacar a licitación el contrato de explotación en el primer semestre de 2025, según respondió a una pregunta en el pleno. Para ello, era necesario contar con la valoración de los daños a efectos de contabilizar la inversión necesaria y tenerla en cuenta para el concurso.