VALÈNCIA (EFE). El Hospital Clínico Universitario de València ha iniciado la reforma integral de su Unidad del Dolor, ubicada en el Hospital de la Malvarrosa, con una inversión de cerca de 500.000 euros.

La actuación se desarrollará sobre una superficie aproximada de 330 metros cuadrados, en el ala norte de la planta baja del Pabellón C y permitirá que los pacientes sean atendidos en un área exclusiva dedicada al dolor crónico desde un abordaje multidisciplinar, ha informado la Generalitat en un comunicado.

La nueva unidad dispondrá de tres consultas médicas, una de enfermería, una de psicología, un área de intervencionismo equipada con la última tecnología (equipo de radiología, ecografía, equipo de medicina regenerativa, ozono, radiofrecuencia etc.).

Contará también con un área de hospital de día para tratamientos crónicos y un espacio físico dedicado a la neuromodulación no invasiva, además de vestuario, almacenes y espacios auxiliares.

La reforma sustituye las antiguas instalaciones de cocina, que actualmente se encontraban sin uso, donde se renovarán los acabados, instalaciones eléctricas, climatización, fontanería, gases medicinales y se respetarán los elementos patrimoniales protegidos, como la cerámica de los muros.

La intervención también contempla la transformación del actual salón de actos en una sala polivalente y se reformarán los aseos contiguos en las zonas comunes.

La Unidad del Dolor del Hospital Clínico, adscrita al Servicio de Anestesiología y Reanimación y clasificada como una Unidad Dolor de nivel IV, atiende cada año más de 8.000 consultas y realiza cerca de 2.000 técnicas intervencionistas.

Las unidades de nivel IV son centros especializados que ofrecen el tratamiento más avanzado y multidisciplinario para pacientes con dolor crónico complejo y resistente a otras terapias, además de ofrecer investigación y formación a los diferentes profesionales sanitarios.

La Unidad del Dolor del Clínico incluye procedimientos como estimulación medular, terapia intratecal, radiofrecuencia, crioablación, ozonoterapia, procedimientos intradiscales, además de técnicas de neuromodulación no invasiva como la estimulación magnética transcraneal (TMS), la terapia transcraneal de corriente directa (TDCS) y la estimulación magnética funcional (FMS).