Salud y Vida

Incliva inicia un estudio para detectar de forma temprana el daño microvascular tras un infarto agudo de miocardio

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VALÈNCIA (EP). El Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico Universitario de València, ha iniciado un proyecto para mejorar la detección del daño microvascular tras un infarto agudo de miocardio.

El infarto agudo de miocardio, comúnmente conocido como ataque al corazón, es una de las principales causas de enfermedad y muerte en los países occidentales. En los últimos años, la supervivencia después de un infarto ha mejorado mucho, sobre todo gracias a los tratamientos que permiten abrir las arterias ocluidas, según destaca la Fundación en un comunicado.

Sin embargo, incluso cuando se logra restablecer el flujo sanguíneo al corazón, en muchos pacientes, una parte del músculo cardiaco no recibe suficiente sangre. Este problema se llama daño microvascular y puede desarrollarse en las horas posteriores al evento y durar varios días o incluso semanas.

Cuando esto ocurre, el corazón no recupera adecuadamente su función y pueden aparecer complicaciones a largo plazo como la insuficiencia cardiaca. Por eso, es importante detectar y tratar este problema de forma temprana. Si se logra identificar qué pacientes tienen más riesgo de sufrir este daño microvascular, se podrían aplicar tratamientos más específicos para mejorar la recuperación del corazón, señala Fisabio.

Además, comprender mejor cómo y por qué ocurre este fenómeno puede ayudar también a desarrollar tratamientos más eficaces y personalizados, mejorando la calidad de vida y las expectativas en los pacientes que han sufrido un infarto.

Al respecto, el doctor Vicente Bodí, coordinador del Grupo de Investigación Traslacional en Cardiopatía Isquémica de INCLIVA que lidera el proyecto, ha explicado que "un número considerable" de pacientes tras haber sufrido un infarto presentan zonas con mala perfusión sanguínea (proceso por el que la sangre llega a los tejidos y órganos del cuerpo para que puedan funcionar correctamente y se ha descrito que este grupo de pacientes va a tener una peor evolución clínica.

Por ello, en este proyecto se han propuesto "avanzar en el diagnóstico del daño microvascular para así poder detectar de forma temprana a los pacientes en riesgo de sufrir esta complicación, entender mejor los mecanismos subyacentes a este fenómeno y testar nuevas terapias que permitan promover su reparación".

Registro multicéntrico de pacientes

Para llevar a cabo este proyecto se parte del registro multicéntrico de pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST a los que se les van a realizar estudios de resonancia magnética cardiaca una semana y seis meses después del evento cardiovascular. Se utilizarán, además, modelos experimentales de infarto agudo de miocardio en roedores y cerdos y técnicas de inteligencia artificial, análisis ómicos y técnicas de imagen no invasiva en animales pequeños.

Se contará con el apoyo de la Unidad de Medicina de Precisión de INCLIVA y del Servicio de Estabulación y quirófanos experimentales y el Servicio de Imagen biomédica y metabolómica de la Unidad Central de Investigación de Medicina (UCIM) de la Universitat de València (UV). El estudio lo lidera el Grupo de Investigación Traslacional en Cardiopatía Isquémica de INCLIVA, coordinado por el doctor Vicente Bodí, del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de València y catedrático del Departamento de Medicina de la UV.

Amparo Ruiz Saurí, del mismo grupo de investigación de INCLIVA y del Departamento de Patología de la UV; la doctora Pilar Sepúlveda, del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe y el Departamento de Patología de la UV; el doctor Antoni Bayés, del Hospital Germans Trias i Pujol; y el doctor Manuel Jiménez, del Hospital Universitario Virgen de la Victoria.

Todos ellos son investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), del Instituto de Salud Carlos III. El proyecto, que se puso en marcha el pasado mes de septiembre y tendrá una duración de cuatro años, se encuentra en una fase inicial, aunque da continuidad a investigaciones anteriores, ya que la mayor parte del equipo investigador trabajó conjuntamente en un Proyecto PROMETEO previo (PROMETEO/21/008; 2021- 2024) del que surgieron publicaciones científicas de relevancia, varias tesis doctorales y una patente que se encuentra actualmente en evaluación.

El actual proyecto ha obtenido una subvención del Programa Prometeo para grupos de investigación de excelencia de la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo de la Generalitat Valenciana (CIPROM/24/028).

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