VALÈNCIA (EP). El Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico Universitario de València, ha obtenido una beca en la convocatoria Research Scholars Program in HIV, de Gilead, para un proyecto que tiene como objetivo principal acercar la profilaxis preexposición al virus de la inmunodeficiencia humana (PrEP) y los servicios de salud sexual a las personas que tienen más dificultades para acceder al sistema sanitario, según ha informado la entidad en un comunicado.
La profilaxis preexposición, conocida como PrEP por sus siglas en inglés (Pre-Exposure Prophylaxis) es una estrategia clave en el control del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Aumentar su cobertura es, por tanto, "fundamental" para conseguir las metas propuestas por ONUSIDA para el año 2030 para poner fin a la epidemia de VIH en el mundo, han indicado las mismas fuentes.
El acto de entrega de la beca, dotada con 112.600 euros, que financiarán el proyecto en su totalidad, ha tenido lugar recientemente en París, en el marco del último congreso europeo de VIH (EACS 2025).
La convocatoria Research Scholars Program in HIV de Gilead es un proceso muy competitivo que ha concluido con la selección de solo tres proyectos en total para Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa.
El proyecto 'The exPrEPsso Study: Ensuring Equitable Access and Retention in PrEP care in Spain', que arrancará en enero de 2026 y tendrá una duración de dos años, será desarrollado en València por el Grupo de Estudio de Riesgo Cardiometabólico y Renal de Incliva, bajo la dirección de la doctora Anaïs Corma Gómez, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas, de Medicina Interna, del Hospital Clínico Universitario de València.
En el proyecto participarán también María José Galindo, del mismo grupo de investigación, Carlos Bea, del área Cardiovascular de Incliva, y Ana Ferrer, Rosa Oltra, Carolina Pinto, Andreu Belmonte y Sandra Pérez, todos ellos de la Unidad de Enfermedades Infecciosas-Medicina interna.
"Queremos demostrar que un modelo comunitario, basado en unidades móviles y en colaboración con las ONG, mejora el acceso, la adherencia y la retención en los programas de PrEP de las personas más vulnerables. Son precisamente estas personas las que están más en riesgo de adquirir la infección por el VIH y, sin embargo, enfrentan múltiples barreras de accesos al sistema sanitario que les impiden solicitar y vincularse a este tipo de programas preventivos", ha explicado la doctora Anaïs Corma.
"Además, estudiaremos el impacto de la intervención sobre el conocimiento y la percepción del riesgo de VIH, las preferencias sobre PrEP y la incidencia de VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). También analizaremos los factores que influyen en la discontinuación de la PrEP. Por último, evaluaremos la factibilidad y la aceptación de este modelo, para generar evidencia científica sobre su impacto y diseñar una vía de implementación sostenible que pueda extenderse a otras ciudades", ha señalado la doctora.
Reforzar la prevención
En la actualidad, aunque el número de casos de infección por el VIH no diagnosticados ha ido disminuyendo, las nuevas infecciones persisten, "lo que pone de manifiesto la necesidad de reforzar los esfuerzos de prevención", han señalado desde Incliva.
La profilaxis preexposición al VIH (PrEP) es una estrategia de prevención combinada clave para mejorar el continuo asistencial y preventivo, pero su uso sigue siendo insuficiente para tener un impacto significativo en la epidemia global. La PrEP oral con tenofovir disoproxil fumarato y emtricitabina (TDF/FTC) fue incorporada en 2019 a la prestación farmacéutica financiada por el Sistema Nacional de Salud en España.
Según los datos del Sistema de Información del Programa de PrEP en España, en mayo de 2024 había 28.798 personas en tratamiento con PrEP, en su mayoría hombres y, especialmente, hombres que tienen sexo con hombres (HSH). A pesar de su eficacia y de su provisión gratuita, persisten importantes desafíos para garantizar un acceso equitativo y una buena adherencia entre las poblaciones más vulnerables.
Las barreras no son solo clínicas, sino también sociales y estructurales, como la falta de información, la percepción baja del riesgo, el estigma asociado al VIH y la discriminación de los colectivos vulnerables en los servicios sanitarios o en la comunidad, que limitan la demanda y la continuidad. A ello se suman obstáculos prácticos como la dificultad para acceder a centros donde se concentra su dispensación, la ausencia de servicios más próximos y adaptados a las necesidades de cada población y la desconfianza hacia el sistema sanitario.