Arranca el mes de septiembre, el mes de la vuelta a la normalidad, a las rutinas, el mes donde más de uno se plantea un cambio de vida. Recién llegada a mi zona de confort, repaso la cantidad de gente que he ido conociendo estos últimos años en mis viajes y cada cual me parece más interesante. Sus vidas, sus historias y los motivos que les llevan a viajar y a cambiar sus vidas. Son valientes de la vida
Quien deciden cambiar de vida por elección, no por obligación, pasa por diferentes procesos. Procesos de todo tipo, forma, tiempo y color. Procesos que llevan un tiempo, que asustan al principio y que enriquecen al final. Son los procesos necesarios por los que se tiene que pasar porque cambiar de vida no es fácil.
En todo este tiempo que llevo "viajando por la vida" he podido conversar con personas que han cambiado sus vidas y todas coinciden en que cuando cambias tu vida por elección nunca se toma una decisión tan importante de la noche a la mañana.
Todo empieza cuando te das cuenta que tu día a día te supera, que siempre buscas algo más y que vives en un auténtico bucle. Cuando los días pasan y las ilusiones también. Cuando no hay motivos para la dejadez, el aburrimiento y el hastío y , sin embargo, son sensaciones que te embargan y de las que no puedes escapar.
Todo empieza cuando desaparece la motivación y haces las tareas sin ilusión alguna. Cuando los sueños dejan de golpear tu cabeza. Cuando imaginas una vida que no estás viviendo. Cuando vives soñando con lo que no tienes. Y cuando te invade ese sentimiento de insatisfacción y de culpabilidad porque aparentemente lo tienes todo y, aún así, no consigues ser feliz. ¿Por qué?
Todo empieza cuando desaparece la motivación y haces las tareas sin ilusión alguna
Cierto es que he conocido también historias golpeadas por la tragedia que obligan a un cambio de rumbo radical para poder volver a vivir, pero la mayoría de gente que he conocido tenían vidas normales y corrientes como la tuya, como la mía. Casi todas esas personas que han decidido cambiar de vida por pura elección tenían pocas cargas familiares y económicas para poder hacerlo sin mucho más desgaste que el que supone dejar una vida para comenzar otra. Pero no todos.
He conocido a personas muy valientes que han cambiado de vida con responsabilidades familiares y económicas que les ahogaban. Valientes de verdad. Con estas situaciones me doy cuenta de la cantidad de veces que buscamos excusas, y obviamos las soluciones, para evitar tener que tomar esa decisión tan difícil. Porque cambiar de vida es de valientes y salir del entorno que conocemos, aterra. Aunque una vez sales y empiezas a perder los miedos y a fluir, descubres todo un mundo, una realidad y otra vida que nunca hubieras conocido. En ese momento todo sufrimiento pasado, recibe su recompensa.
Normalmente cuando decides cambiar tu día a día, necesitas explorar. Me dicen quienes los han hecho que suele ser viajando cuando te das cuenta que algo no funciona. Empiezan los quebraderos de cabeza, los miedos , las angustias, las ilusiones y los sueños. Todo al mismo tiempo. Empieza un viaje interior intenso y duro. Empieza la cabeza a echar humo y comienza un periodo de reflexión , de meditación y de análisis.
Una vez este periodo toma cierta consistencia y fuerza, es el momento en que eres capaz de verbalizarlo y de compartirlo con los demás. Y entonces tienes que ser muy fuerte para que los lamentos, las opiniones y los consejos de tu entorno no detengan la idea que te ronda por la cabeza. Pocas veces apoyarán de primeras tu decisión de salir de la famosa "zona de confort" y descubrir qué hay más allá. Empieza un proceso complicado en que uno debe alejarse de sus sentimientos y de sus apegos y pensar con cierta distancia porque si no es así, es casi imposible romper con la vida que has llevado hasta ahora. Son tantos y tantos puentes y lazos de unión que duele solo de pensarlo.
Eso sí, con todas las personas que he hablado y que en su día cambiaron de vida, me aseguran que ha sido la mejor decisión que han podido tomar. Que nunca se han arrepentido y que han vuelto a nacer. Poco a poco las cosas se vuelven a poner en su sitio y el dolor del primer distanciamiento con los tuyos se va minando. Nunca desaparece esa nostalgia, pero aprendes a vivir con él y los momentos de encuentros son aún más felices.
Cambia mucho la historia cuando estos giros de vida son por obligación, sin elección. Con estos años de crisis hay muchas personas que se han visto obligados a cambiar de vida, a abandonar su pueblo, su ciudad o su país y sus familias en busca de una nueva vida. También para ellos es complicado. Pero el proceso es diferente.
Cuando estás obligado a cambiar de vida sin elección alternativa, todo se cuestiona menos. Es una decisión que se tiene que ejecutar y poco más. Poco se cuestiona. Poco se pone en duda. Poco se lleva a debate. La dureza de la separación física y emocional con los tuyos y tu alrededor existe y se lleva como se puede. Pero no hay alternativa. Es una situación que en la mayoría de casos se presupone que es durante un tiempo determinado pero luego la vida no sabemos donde nos lleva.
El mes de septiembre, es un mes duro, de regreso, y un mes donde muchos se plantean un cambio de vida. Pero no olvidemos que cambiar de vida es siempre una decisión complicada tanto si el por elección o por obligación. Al final cuando cambias siempre tienes que empezar desde cero y cerrar carpetas que lleva implícita una carga emocional que no resulta fácil.
Siempre son complicados los cambios cuando tienes claro que tu vida actual no te llena pero es aún más complicada y tremendamente difícil cuando tu vida no te disgusta , te gusta, pero quieres más. No quieres caer en las rutinas que matan a cualquiera, quieres vivirlo todo y quieres poder seguir disfrutando de otras culturas, otros países y otros continentes. Pero salir de nuestra zona de confort y de lo conocido es complicado, es un asunto de valientes. Porque la vida es para los valientes.
Además no es un asunto fácil, sobretodo, en nuestro país que no lo pone fácil, que no ve con buenos ojos los cambios voluntarios, que entiende los cambios como inestabilidad, que no facilita la movilidad laboral, que no sabe qué es eso del trabajo deslocalizado y que sigue pensando que viajar es un lujo y un placer al alcance de unos pocos y solo en el mes de vacaciones. En definitiva, que no reconoce las ventajas de viajar y vivir otros países, otros culturas y otras compañías. Por eso siempre digo que vivir otras realidades te enseña.
Te enseña unos valores y unas actitudes que no se aprenden de ninguna otra manera. Siempre y cuando viajemos con criterio, explorando y con la perspectiva de aprender, de crecer y de respetar. Una sociedad con gente viajada y viajera seríauna sociedad mejor, más sociedad más plural, diversa y rica
Este artículo va dedicado a todos esos valientes que viajan por la vida y que un día determinado deciden romper moldes y crear su propio camino. Y mientras tanto yo vuelvo a mi vida, mis rutinas y mi zona de confort sin olvidar que una vez yo fui una de ellos y os aseguro que fue la mejor decisión que he tomado en mi vida que me llevó a vivir lo mejor de mi vida. Este articulo va dedicado es todos esos valientes de la vida.
La semana que viene... ¡más!
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