Podría ser una farmacia cualquiera pero no lo es. Es la farmacia del barrio, la farmacia de toda la vida, esa farmacia que es más que una farmacia, esa farmacia por la que siempre había desfilado para comprar medicamentos hasta que un día me di cuenta que, con la excusa de comprar productos de farmacia, las visitas a la farmacia se convertían en un pasatiempos. Pues allí que me iba a pasar el rato, charrar y estrechar lazos con Julia y su equipo y contarnos nuestras historias, nuestros proyectos y nuestros viajes. Porque Julia, que es otra gran viajera, siempre me hacía mi botiquín de viajera. Un botiquín que por suerte nunca he tenido que utilizar pero que me da cierta tranquilidad llevarme.
En una de esas visitas en que iría a comprar paracetamol o algún medicamento sin importancia que no consigo recordar, le dije a Julia que se viniera conmigo a Lamu después de contarle todo lo que pasaba allí.
—Julia, ¿y por qué no te vienes a Lamu?
–¿En serio? No me lo digas dos veces
Y así empezó todo. Todo surgió sin organizarlo, sin proponerlo... Sencillamente surgió. A veces así nacen las historias bonitas, los proyectos y las relaciones sociales, personales y humanas... cuando menos te lo esperas.
El caso es que cuando me di cuenta esa chica de bata blanca además de ser la farmacéutica se había convertido en una persona importante en mi vida, en una amiga, en una amiga de la familia y en la conexión de todo un grupo de valencianos que ha venido a descubrir Lamu y su escuela de botellas.
Seis meses después de esta primera visita a Lamu, Julia ha vuelto y se ha traído a un grupo de amigos, farmacéuticas y pediatras, que han venido a conocer Lamu y el proyecto que Julia les contó. La escuela 100% ecológica, esa escuela que recicla vidas, esa escuela levantada sobre los cimientos del reciclaje, esa escuela construida con botellas. La escuela Twashukuru. La escuela de One Day Yes. (www.onedayyes.org)
Valencianos en Lamu
Era la primera vez que pisaban África y sencillamente ha sido maravilloso. Lamu es uno de esos destinos que merece la pena descubrir. Uno de esos destinos que consiguen hacerte un click en la cabeza. Lamu es un destino que hay que buscar porque Lamu afortunadamente no cuenta con una campaña internacional de promoción turística.
Lamu aparece en tu vida cuando menos te lo esperas. Es uno de esos lugares sorprendentes y que se suele descubrir de casualidad.
Y así ha sido para el grupo de valencianos que han visitado la escuela de One Day Yes en Lamu. Cada uno ha llegado a Lamu por un motivo diferente. Todos de la mano de Julia con historias distintas pero conectadas entre ellas.
Dice Marisa, psicóloga de profesión, que un día decidió cambiar su vida, que todo el viaje ha sobrepasado sus expectativas, que nunca se hubiera imaginado un destino tan especial y que volverá. Los 10 días se le han esfumado, han volado, han sido tan intensos que se han quedado más que cortos. Este viaje, viajar a África, estaba dentro de sus inquietudes en su nueva vida. Una vida que ha elegido alejarla del estrés, la ambición y su vida de antes. Por su parte, la farmacéutica Lirios también volverá para seguir dando ese buen rollo a la isla, esa energía positiva, esa sonrisa, esa alegría… en definitiva, esa felicidad consecuencia de un cambio de etapa en su vida. Una mujer que también ha decidido emprender una nueva etapa en su vida con nuevos proyectos y nuevos retos. Una etapa que ha conseguido disfrutarla como nunca hubiera imaginado. Y entre sus objetivos está el de formar parte de una ong y un proyecto como la escuela de Lamu.
Carmina, es otra de las farmacéuticas que ha visitado Lamu, con su marido Nacho. Es de estas parejas de toda la vida que pueden ser la envidia sana de todos por el amor que se profesan. Ellos se apuntaron al final y de casualidad. Han demostrado ser una pareja excepcional. Grandes viajeros, generosos y divertidos, han descubierto un lugar especial y diferente que nunca hubieran imaginado. Esta pareja ha sido testigo en terreno del proyecto que estaban apoyando en Valencia en cada una de las subastas que organiza One Day Yes para recaudar fondos. Después de dos años apoyando a la escuela de botellas Twashukuru han podido visitarlo y disfrutarlo en primera persona, han podido conocer a los niños y niñas que se benefician de la solidaridad y generosidad de muchos valencianos.
Casualidades de la vida y de vivir en Valencia, Nacho ademas de ser amigo de Julia es amigo de infancia de Manuel, tesorero de la ong One Day Yes. Juntos a vivido la experiencia de estar juntos en África, nunca lo hubieran imaginado. Manuel es la tercera vez que visita Lamu. Cada vez más aclimatado, con mayor conocimiento del terreno y satisfecho del trabajo que se hace en España para que esta escuelita funcione, se consolide y consiga ser autosostenible. Un trabajo costoso y poco gratificante hasta que llegas al terreno y todo el esfuerzo y sacrificio se ve recompensado. Todo el esfuerzo ha valido la pena.
Rafa acaba de descubrir y engancharse al proyecto. Rafa es profesional del sector náutico y nunca hubiera imaginado poder navegar a vela con un Dhow ( barco de madera típico de la Costa swahili) similar, según asegura, a los barcos de la Albufera. Tenía mucho interés en conocer cómo pescan en Lamu y cómo levantan un atún de 10 kilos sin pestañear al estilo. Rafa es el marido de la pediatra Blanca que junto a Antonia , Silvia y su sobrina de nombre Blanca tambien ( la adolescente del grupo con un comportamiento ejemplar) querían conocer en terreno el proyecto de la escuela, esa escuela que apoyan desde ACOEC, y que se han volcado en ella.
El equipo de pediatras han trabajado con una dedicación y una entrega total, una profesionalidad exquisita y una visión de futuro necesaria para conseguir que esta escuela se autogestione. Han podido conocer el entorno de los niños y niñas de Lamu, sus condiciones de vida y sus rutinas alimentarias. Esta escuelita de Lamu necesita ahora mismo el apoyo de profesionales como ellas. Todo un trabajo que se mostará gracias al trabajo de Maria y Alfredo. María, es hija de Antonia y hermana de Blanca.
Una pareja de profesionales del sector audiovisual que han realizado un trabajo imprescindible de fotos, vídeos y piezas audiovisuales para dar a conocer y enseñar todo el trabajo en terreno, que siempre cuesta tanto explicar con palabras. En estos casos cobra sentido la expresión esa de “ una imagen vale más que mil palabras”.
Lamu hay que vivirlo
Porque Lamu hay que vivirlo, por mucho que explique, por mucho que cuente, por mucho que muestre... Existe algo en Lamu que no se puede explicar, que solo descubres cuando llegas aquí. Quizá sean sus sonidos, las mezquitas, sus burros, su luz, su olor a mar... Los ambientes que se generan, la gente que conoces. Porque Lamu es una isla pequeña pero llena de vida. Una isla donde pasan muchas cosas. Y donde nunca te sientes solo.
Por ello Lamu es un destino elegido para personas que quieren cambiar de vida o desconectar. Personas que buscan experiencias diferentes y únicas.
Experiencias de todo tipo, desde el contacto con los niños y niñas de la escuela Twashukuru que llenan de amor y de vida a quienes les visitan hasta los días de navegación, los paseos por las playas de Manda, la visita por el encantador pueblo de Shella, las hogueras nocturnas con la percusión africana en vivo y en directo bajo la luna llena, las degustaciones de la cocina swahili, la experiencia de vivir en una casa de construcción swahili con acabados europeos, las compras de artesanía y telas africanas... y todo concentrado en 10 días completos. 10 días inolvidables. 10 días para volver a vivir.
10 días que se pueden volver a repetir en Semana Santa de la mano de profesionales del sector que brindan la oportunidad de vivir una de las experiencias de vida, un viaje especial, diferente, único e irrepetible. Como todo lo que se vive en África.
La semana que viene… ¡más!
* vente a Lamu y ponte en contacto con www.onedayyes.org