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exposición en  La Llotgeta

Vicente Albero retrata la realidad del vertedero de Sikkens a través de 'Chicos del cobre'

La exposición se podrá visitar del 24 de noviembre de 2023 al 24 de enero de 2024 en La Llotgeta. Centre Fotogràfic que la Fundación Mediterráneo mantiene en la Plaça del Mercat, 4, de martes a viernes de 10:30 a 14 horas y de 15:30 a 18:30 horas, y sábados de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas, excepto días festivos

24/11/2023 - 

VALÈNCIA. Fundación Mediterráneo presenta en La Llotgeta. Centre fotogràfic de València la exposición Chicos del cobre, del fotógrafo Vicente Albero. La muestra, que se podrá visitar hasta el 24 de enero de 2024, recoge las fotografías que Albero realizó entre los años 2014 y 2017 en el distrito Agbogbloshie de Acra, capital de Ghana, que retratan el vertedero de Sikkens, el mayor vertedero tecnológico del mundo, y la gente que allí vive. La exposición se inaugurará esta tarde de viernes 24 de noviembre, a las 19:00 horas.

Luis Boyer, presidente de Fundación Mediterráneo, inaugurará Chicos del cobre junto al fotógrafo Vicente Albero y al comisario de la exposición, Carlos Fernández. Boyer ha destacado durante el acto que “Fundación Mediterráneo mantiene un compromiso firme con la cultura, y por ello estamos muy satisfechos de poder presentar en Valencia la exposición Chicos del cobre, que presenta fotografías tan bellas como duras”. El presidente de Fundación Mediterráneo ha añadido que “es un orgullo apostar por el talento de artistas de nuestra tierra, valorando por encima de nombres el trabajo que estos realizan. El impacto y la calidad del proyecto del fotógrafo de Novelda Vicente Albero está fuera de toda duda y hemos creído necesario producir esta exposición”.

A través del gran impacto visual de las fotografías, Vicente Albero denuncia las consecuencias del consumismo desaforado de occidente y el abandono de los principios medioambientales. Entre 2014 y 2017, Albero realizó varios viajes al Golfo de Guinea, concretamente al distrito de Agbogbloshie de Acra, capital de Ghana. Su objetivo era conocer y fotografiar Sikkens, un gran vertedero de aparatos electrónicos procedentes del mundo occidental desarrollado. Las fotografías de la exposición fueron editadas en 2019 en un libro bilingüe con textos del mismo Albero y de Javier Santos, traducidos al inglés por James Wayne.

Vicente Albero destaca que este proyecto nació de “la necesidad de ser testigo fiel y directo de lo que parecía ser el mayor cementerio de enseres inservibles de nuestro mundo occidental” y la búsqueda de “aquellos objetos desechados, pero también de su poesía, de su belleza inútil, de los paisajes en ruinas” del lugar. Gracias a su viaje, el fotógrafo pudo indagar en las historias de los jóvenes que malviven en el vertedero de Sikkens, con unas condiciones insalubres y rodeados de materiales tóxicos y residuos electrónicos. En ese lugar, antes de la llegada de los primeros cargamentos de estos residuos electrónicos, existía un humedal, por el que discurría el río Odaw y que desaguaba en la laguna de Korle. En una zona contigua se estableció, hace unos 40 años, el asentamiento de Konkomba, un campamento para acoger refugiados de guerra.

Sikkens ha terminado por transformar y degradar el paisaje circundante, en el que ahora predominan el humo, el fuego y los grandes depósitos de pantallas de plasma, del elenco completo de componentes informáticos, de neveras y congeladores, de equipos de alta fidelidad, etc. Incesantemente se queman envolturas de plástico que liberan así el tesoro que esconden, que no es otro que el cobre; el aire se espesa, dominando el olor a metal y plástico quemado. Los gases tóxicos desprendidos por la combustión de placas y componentes electrónicos van contaminando la laguna y también el antiguo asentamiento de refugiados, Konkomba, hoy ocupado en buena medida por los trabajadores del vertedero. Konkomba se compone de un colorido conjunto de casitas de madera que se ciñen unas a otras hasta dar lugar a un laberinto de callejuelas y pasadizos, en el que no faltan los servicios más básicos: talleres, tiendas, peluquerías, baños públicos y zonas para el rezo. Todos los días, al amanecer cientos de trabajadores abandonan Konkomba rumbo a Sikkens.

La mayoría de estos trabajadores vinieron desde el interior del país, de aldeas situadas a cientos de kilómetros. Son jóvenes, aunque algunos se considerarían niños desde la perspectiva occidental. Con su emigración a la costa buscan un futuro mejor, que esperan alcanzar mediante un trabajo que al inicio se plantea como temporal. Sus objetivos: estudiar, formar una familia con muchos hijos y también ayudar económicamente a los que quedaron en los lugares de origen. Este es el pequeño mundo al que ha viajado Vicente Albero y del que presenta su diálogo fotográfico con Sikkens y las personas que allí trabajan y viven. Con algunas de ellas ha establecido una fuerte amistad y un proyecto de colaboración y ayuda que aún mantiene.

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