BRUSELAS. Con esperanza y cautela salieron este martes de la reunión en Bruselas los representantes del sector azulejero de España e Italia. Agrupados en intereses comunes, ambas representaciones han trasladado a la Comisión Europea el problema inmediato que tiene el sector con el incremento de los precios de la energía y los objetivos a largo plazo de la descarbonización, que implica una reducción de las emisiones de CO2. El presidente de la patronal cerámica española, Vicente Nomdedeu, ha sido contundente al manifestar que “el precio del gas nos obligará a cerrar si no se adoptan decisiones políticas ya”.
La delegación de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), representada por Nomdedeu y el secretario general, Alberto Echevarría, llegaron a Bruselas arropada por el conseller de Hacienda de la Generalitat Valenciana, Vicent Soler; el secretario autonómico y delegado ante la Unión Europea, Joan Calabuig, y la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero, organizadora de este encuentro que ha tenido lugar en la sede del Parlamento Europeo, junto a la italiana Elisabetta Gualmini. Iba acompañada por una delegación de la patronal italiana de la cerámica y de la región de Emilia Romagna.
La reunión iba dirigida a que la Comisión Europea, a través de su Dirección General de la Competencia, aborde los mecanismos legislativos que suavicen el proceso de descarbonización, que forma parte de los objetivos 2030 para la transición ecológica y el cambio climático. Para ello, se ha invitado a la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, a que visite junto a su equipo los clústeres cerámicos de Castellón y Sassuolo. Esta invitación será remitida por carta formalmente en próximos días con el apoyo de los gobiernos regionales de la Comunitat Valenciana y Emilia Romagna.
El conseller Vicente Soler ha recordado durante el encuentro que el sector azulejero “no tiene en este momento la posibilidad de adaptar de forma sencilla sus sistemas de producción de energía térmica a energías verdes, ya que no existen alternativas competitivas”. Por ello, ha incidido en la importancia de que la Comisión Europea “acepte un marco de trabajo que permita compensaciones parciales directas por parte de los Estados miembros sobre el coste del CO2 que actualmente abona en exclusiva la propia industria hasta que existan alternativas energéticas”.
En este sentido, la eurodiputada Inmaculada Rodríguez-Piñero comenta que es muy importante llevar a Bruselas el mensaje claro y apoyado por datos de las problemáticas del sector para que la Comisión Europea los conozca. "Es la única manera para que quienes regulan las reglas del juego empaticen con la situación y tomen medidas para ayudar a nuestras empresas y trabajadores a realizar una transición hacia la sostenibilidad sin dejar a nadie atrás”.
El problema inminente con la que se enfrenta el sector es el alza imparable de precios del gas en Europa, que puede obligar a cerrar las empresas al no cubrir costes. En concreto, el coste de la energía suponía un 10% de los gastos de la empresas azulejeras. Con el incremento de los últimos meses, alcanza ahora el 30%, casi una tercera parte del coste total, al asumir además en la factura los impuestos por la descarbonización que deben pagar las eléctricas y que repercuten directamente al cliente consumidor. A ello se añade el alto nivel de dependencia de la industria cerámica respecto del gas, al no existir una tecnología en estos momentos que adapte los hornos a las energías renovables por el alto grado calórico que alcanzan.
Para el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, es necesaria “la modificación del marco actual de Ayudas de Estado para que el sector pueda recibir compensaciones de las Administraciones Públicas con el objeto de hacer viable, factible y competitiva la transición energética, así como la aprobación de diversos mecanismos que suavicen el elevado coste e impacto de la descarbonización en el corto plazo”.
Las solución, en palabras de Nomdedeu y de Echevarría, pasaría porque, de forma inmediata, se modifique la norma marco europea que permite a las eléctricas repercutir en la factura el impuesto de descarbonización que le corresponde abonar a la compañía. El presidente de Ascer añadía que “la problemática derivada del régimen de comercio de emisiones es un lastre para la competitividad de la industria europea y compromete gravemente su viabilidad poniendo en riesgo su supervivencia y la de los miles de puestos de trabajo que de ella dependen”.
Nomdedeu explica, por otro lado, que “es necesario que, desde la Comisión Europea y los gobiernos nacionales, se acompañe al sector manufacturero en su proceso de transición y que se establezca un marco que permita conceder ayudas compensatorias a nivel nacional para aquellos sectores industriales que difícilmente puedan alcanzar los objetivos fijados por la UE”. En este sentido, se ha pedido a la Dirección General de la Competencia presente en la reunión, Anna Colucci, que se tenga en cuenta al sector para acceder a subvenciones y ayudas estatales, que no colisionen con el derecho de la competencia y se incluyan en las recientes directrices aprobadas por la Comisión Europea.
“Es fundamental que las administraciones públicas españolas podamos ayudar a nuestras empresas a hacer viable la transición ecológica y mantener su competitividad y , para ello, necesitamos una modificación del marco actual de Ayudas de Estado con el objetivo de que el sector pueda recibir compensaciones para hacer viable la transición energética sin que suponga una vulneración de las normativas europeas”, explicaban los representantes de Ascer.
Mientras se pedían modificaciones legislativas, se ha trasladado durante la reunión la “necesidad de que la UE apruebe diversos mecanismos que ayuden a suavizar el elevado coste e impacto de la descarbonización en el corto plazo”, como ha apuntado el conseller valenciano, Vicente Soler. Así, el representante de la Generalitat ha recordado que “la industria cerámica ya ha demostrado su compromiso con la transición ecológica y la lucha contra el cambio climático, como pone de relevancia el hecho de que fueron de las primeras industrias que redujeron en más de un 60% las emisiones de CO2 al sustituir el carbón por el gas natural en los años 80”. Soler se ha mostrado decidido a hacer viable la transición, “sin que ello suponga el cierre de nuestras empresas cerámicas”.
Los representantes industriales españoles e italianos también han trasladado la preocupación del sector por la especulación financiera sobre el precio de los derechos de emisión en la Unión Europea, y la idoneidad de limitarla para evitar que este instrumento de política ambiental se convierta en un mecanismo punitivo para las empresas y fracase en sus objetivos. "La especulación financiera sobre el precio de los derechos de emisión, que ha elevado el precio de la tonelada de CO2 desde los 33 euros en enero de 2021 a los más de 85 euros actuales, perjudica tanto a la economía real como al medio ambiente”, han señalado.
Además del peligro de cierre de empresas y despido de trabajadores, “deja fuera del mercado a la producción cerámica europea en beneficio de la cerámica extracomunitaria, que tiene menores niveles de sostenibilidad, situación que no solo no resuelve el problema medioambiental, sino que abre uno social", explica Giovanni Savorani, presidente de Confindustria Ceramica italiana.
Por ello, han insistido en la necesidad de establecer un marco de trabajo dentro de las directrices de ayudas de Estado, que permita a los Estados miembros apoyar económicamente a los sectores industriales que difícilmente pueden acometer su descarbonización a medio y largo plazo. También han pedido configurar un marco dentro de las directrices de ayudas de Estado, que posibilite a los Estados miembro subvencionar las tecnologías verdes a aplicar por los sectores en el tránsito, desde que sean técnicamente viables hasta que sean económicamente viables.
Durante el encuentro, se ha hecho entrega a los responsables de la Dirección General de Competencia de una carta conjunta dirigida a la vicepresidenta de la Comisión Margrethe Vestager y ratificada tanto por el president de la Generalitat, Ximo Puig, como por el presidente de la región italiana de Emilia-Romagna, Stefano Bonaccini, en la que se solicita la revisión urgente de las directrices sobre Derechos de Emisión (ETS) para permitir la inclusión del sector de las baldosas cerámicas en el listado de sectores que pueden recibir compensación de costes indirectos.
“La exclusión del sector cerámico de entre los sectores elegibles es una decisión errónea e inaceptable que impide al sector cerámica de una protección adecuada frente a la fuga indirecta de carbono y, por tanto, pone en peligro a las empresas cerámicas europeas”, han indicado ambos dirigentes, que han respaldado la iniciativa de las dos patronales cerámicas. Los representantes de la Dirección General de Competencia han recibido las peticiones de ambas industrias y estudiarán las propuestas.
Las empresas cerámicas, a menudo pymes, aportan sólo el 1% de las emisiones de CO2, pero se ven muy afectadas por la normativa europea y por la competencia distorsionada que se genera como consecuencia de la deslocalización de las emisiones a países donde la legislación es más laxa. “Hay que establecer ayudas y compensaciones para aquellos sectores que quieren afrontar seriamente la transición ecológica, en una fase en la que los costes de la energía eléctrica han aumentado exponencialmente, en un +572% respecto al periodo precrisis”, ha dicho la eurodiputada italiana.
Los dos clústeres cerámicos de Sassuolo y Castelló son las zonas más importantes de la cadena europea de suministro de cerámica. Conjuntamente ambas industrias nacionales facturaron en 2020 cerca de 9.000 millones de euros generando empleo directo para más de 35.000 empleados.