VALÈNCIA. Si todo es hyperpop, entonces nada lo es. Por lo tanto, ¡muerte al hyperpop! De esta sentencia algo se olían en Vlex, el sello con acento valenciano que empezó a andar en 2020 para hacer “música para una nueva realidad”. Entonces ya cogían con pinzas aquello del hyperpop, que hasta entonces había sido intachable a la hora de poner la mirada en el horizonte musical, pero que en estos tres años ha sido colonizado y cooptado por el mainstream. “El hyperpop como género ha cambiado mucho. El género ha sido adueñado, por ejemplo, por el Soundcloud rapper, y por el camino se ha descuidado su origen, el de ser la respuesta de los colectivos queer para generar una ventana a través de la cual mostrar sus sentimientos y expresarse de diferentes formas”. Al habla Álex Vidal, responsable de Vlex, que explica todo esto para llegar a un lugar muy concreto: “nos sentimos más cómodos hablando de hacer pop de vanguardia”.
A pesar de que los estilos están desdibujados, ese término de vanguardia siempre ha ido ligado a Vlex, que puede presumir de haber tenido en su roster música singular y con una estética cuidada. En este sentido, hoy viernes presenta a tres nuevos artistas del sello (Nina Emocional, LaFrancesssa y Hadren) en Electropura. “El punto de encuentro entre estos tres artistas es, obviamente, que su mundo gira entorno a la electrónica desde diferentes puntos subgéneros; y que desde algún lugar, también refleja la diversidad y la ética y formas de trabajar de los colectivos queer y LGTBI. Las canciones puedes ser o no explícitamente políticas, pero siempre son subversivas”, desgrana Vidal.
Vlex ha cambiado con los años, y después de nacer como un colectivo interdisciplinar ha ido mutando en un sello más clásico. Si antes Vidal (aka Turian Boy) se encarga de la producción de la mayoría de las canciones, el nuevo roster lo componen artistas que se producen y que ya tienen una carrera anterior. “Las artistas siempre acaban en el sello al descubrirlas, escucharlas y sentir que eran increíbles. Pero poco a poco busco artistas con más peso porque antes dependía todo demasiado de mí”, explica.
En la presentación de hoy se busca poner, otra vez, la mirada en el futuro del pop sin complejos. Es decir, lo que entendemos como un género, entendido en realidad como una manera de sonar y de hacer. Y cada vez más desdibujados los límites, “el público es soberano, y el del indie puede consumir también música de vanguardia. De hecho, lo hace. Es verdad que cuesta programar artistas diferentes, pero poco a poco hay muchas menos limitaciones entre los géneros musicales. Ya saben convivir en festivales, por ejemplo”.
Por eso, desde el otrora llamado hyperpop, “el proceso ha sido de inserción en una escena más grande, las artistas de este género se dieron un abrazo para crecer juntas y ahora forman parte de algo mayor gracias a su música”, reflexiona. Por el camino, esos otros géneros se han contagiado de la exigencia ética de la escena queer: “Artistas que hacen otro tipo de música quieren preservar y trabajar esa ética en su público. En todo caso, por mucho que se extienda siempre hay que sobreguardarse y estar atento, poniendo límites para prepararse si pasa algo que choca con nuestros principios”.
Vlex vuelve a València tras mutar a lo largo de estos años. Poco tiene que ver el sello que empezó con el que es ahora; pero sí comparte una mirada al futuro con DIY por delante.