CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Xilxes alega contra el macrocentro logístico que el grupo azulejero STN promueve en la Plana Baixa, de 1 millón de metros cuadrados. Pero, lejos de tratar de evitar su materialización, el objetivo del consistorio es tratar de que este proyecto aproveche al máximo la gran cantidad de terreno que va a utilizar. En este sentido, en su recurso al Proyecto de Inversión Estratégica Sostenible (PIES) que tramitan las consellerias de Política Territorial y Economía Sostenible, pide "compaginarlo con las necesidades energéticas actuales", detalla el alcalde, José Martínez.
De esta manera, la solicitud se dirige hacia tratar de aprovechar la gran cantidad de suelo (o más bien de techo que pueda haber en el centro logístico) para ubicar "placas solares". "Queremos que se aproveche el terreno al máximo", apunta Martínez, alcalde de un municipio en que también está previsto la ubicación de un macroproyecto fotovoltaico, que tanto la localidad como la Vall d'Uixó trataron de echar el freno con la suspensión de licencias.
Si esto llegase a término, la localidad, así como su vecina de la Vall, matarían dos pájaros de un tiro. No en vano, ambas son las más afectadas por el proyecto del gigante azulejero castellonense y del renovable, mientras la implantación en Moncofa, donde STN también está muy arraigada, es sensiblemente menor.
Eso sí, desde el consistorio huyen de las imposiciones: "Es inversión privada y gestionada de manera supramunicipal, no queremos tratar de imponer nada porque queremos que se implanten empresas, pero nos gusta la idea de sacar el máximo rendimiento al territorio", apunta el alcalde.
Asimismo, en su alegación, Xilxes también pide un estudio integral del proyecto para conocer el impacto exacto en el tráfico que supondrá el macrocentro logístico. En opinión de Martínez, esto no debería retrasarlo, "ya que entra en los planes de la Generalitat": "Lo que queremos es que venga trabajo al pueblo", insiste el alcalde.
La noticia se produce después de que se conociese que el grupo dirigido por la familia Aparici se ha hecho también con el hotel Simba tras comprárselo a Colorker. El objetivo de los dirigentes cerámicos, como ya informó este diario, es ubicar las oficinas centrales en el antiguo establecimiento hotelero, y de esta forma centralizar alrededor de esta zona de la Plana Baixa, donde está materializando numerosas inversiones, la actividad del conglomerado.