VALENCIA. Una de las circunstancias más notorias en la agitada jornada de este miércoles en lo que respecta a los socialistas valencianos fue el protagonismo en primera persona acaparado por el secretario general del PSPV y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que fue uno de los 17 dimisionarios de la Ejecutiva Federal con el objetivo de hacer caer al líder del PSOE, Pedro Sánchez.
Sin embargo, Puig no era el único miembro del PSPV de la cúpula estatal: la otra componente es la consellera de Sanidad, Carmen Montón, que no tomó parte en la cascada de dimisiones para forzar la salida de la actual dirección. Una situación que, a priori, no debería ser sorprendente dada la sintonía entre la responsable autonómica y el líder del PSOE. No en vano Montón formó parte de la fotografía de Sánchez en la que presentó a miembros de su futuro gobierno de España.
En este sentido, el posicionamiento de la consellera en algunas situaciones ya generó cierta confusión e incluso malestar en el partido al considerar que Montón priorizaba la relación con la dirección federal y con Sánchez a su fidelidad con Blanquerías y con Puig.
Con estos antecedentes, la titular de Sanidad no apareció entre los dimitidos de la Ejecutiva. Fuentes socialistas mostraron sus dudas -e incluso su rechazo- a la implicación directa de Puig en la maniobra para 'tumbar' a Sánchez, tanto por el desgaste que implica como por el peligro que supondría para el crédito político del presidente en el caso de que el asalto fracasara. En esa misma línea, no eran pocos los que este miércoles manifestaban su disgusto porque Montón no se hubiera implicado en la operación.
La magistrada apunta a irregularidades administrativas y al desequilibrio en la distribución del dinero, pero no aprecia ilícito penal