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quejas en las filas socialistas por la poca presencia orgánica del líder

Ximo Puig, president omnipresente pero líder del PSPV 'ausente'

8/10/2019 - 

VALÈNCIA. El próximo 10 de noviembre los ciudadanos están llamados a las urnas debido a la falta de acuerdo entre PSOE y otras fuerzas políticas, lo que ha terminado con la cuarta convocatoria electoral estatal en cuatro años. Una cita que obliga a los partidos a movilizar de nuevo a sus bases con los consiguiente mítines, presentaciones y actos de todo tipo. Una intensa actividad orgánica que, además, mide el músculo de las distintas formaciones en liza.

Precisamente en los últimos meses se viene cuestionando la fortaleza del PSPV. Más allá de los buenos resultados electorales o de alguna potente demostración de fuerza como la llevada a cabo en el mitin de cierre de campaña del 28A en el Parque Central, la unidad de los socialistas valencianos está en entredicho.

Un factor que no contribuye a sellar las grietas, así lo consideran varios dirigentes -en especial locales y comarcales-, es la poca presencia del presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV, Ximo Puig, en las agrupaciones.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto a Ximo Puig en un mitin del PSPV la pasada semana. Foto: EVA MÁÑEZ

Un lamento que, analizando fríamente la agenda del líder, puede darse por justificado. Al margen de los mítines de campaña o precampaña, el jefe del Consell suele gozar de una pobladísima agenda institucional que, ni de lejos, se aproxima a eventos relacionados con el partido y, menos aún, que tengan su razón de ser en las agrupaciones locales.

Así, echando la vista atrás, fuera de mítines o eventos de campaña electoral, distintos dirigentes del partido solo aciertan a mencionar como acto del PSPV la presentación de la Fundación María Cambrils llevada a cabo en enero de este mismo año. Presencia nula en las agrupaciones como secretario general del partido ni reuniones en sedes aparecen en los recordatorios de varios dirigentes consultados. 

Esta, precisamente, fue una de las principales quejas en el seno del PSPV cuando Ximo Puig se presentó a su reelección en el verano de 2017, cuando encontró la oposición del alcalde de Burjassot, Rafa García, próximo al ministro de Fomento, José Luís Ábalos.

Rafa García y Ximo Puig se saludan en la noche de primarias del pasado año. Foto: KIKE TABERNER

Fue entonces, con la celebración de esas primarias, cuando el líder del PSPV pisó el acelerador para volver a acercarse a la militancia, consiguiendo finalmente la victoria (56%) con una notable contestación del 42%. Un margen relativamente pequeño para un dirigente que ostentaba la Presidencia de la Generalitat y que evidenció el malestar existente entre la militancia por el apoyo de Puig a Susana Díaz frente a Pedro Sánchez en las primarias federales. Pero posiblemente también, este resultado reflejó un cierto castigo al jefe del Consell por su dejadez en cuestiones de partido.

Una circunstancia que amenaza con repetirse. No existen voces que critiquen la capacidad de trabajo de Puig -al que se le puede ver frecuentemente en el Palau incluso los domingos-, pero sí existen quejas respecto a la exclusiva y sobrecargada agenda del jefe del Consell con actos institucionales sin que existan guiños o visitas a las agrupaciones.

Un clima poco adecuado para los meses que vienen cuando se resuelva la incógnita del Gobierno de España y se activen los congresos en la formación socialista. Si como viene apuntándose en los últimos tiempos, Puig decide finalmente presentarse a la reelección, puede encontrarse cierta desafección -al menos así lo señalan dirigentes comarcales- en algunas agrupaciones donde se opina que el presidente de la Generalitat ha vuelto a las andadas en lo que se refiere a la atención al PSPV. 

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