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análisis - elecciones 20d

Y la pregunta más incómoda de la campaña es...

Determinadas cuestiones han causado malestar en la campaña de PP y PSOE, otras son más complicadas para Ciudadanos o Podemos, e incluso hay asuntos en la que ninguno saca rédito

18/12/2015 - 

VALENCIA. Como en toda campaña electoral, los distintos partidos políticos poseen determinadas debilidades y fortalezas que prefieren, en cada caso, esquivar o sacar a colación en cualquier debate o entrevista. En este sentido, los temas suelen ser recurrentes en cada fuerza política: de hecho, tanto en el 'Cara a Cara', como en el choque a cuatro de ATresMedia o en las diferentes entrevistas y debates que ha organizado Valencia Plaza con candidatos al Congreso por Valencia, algunos asuntos han sido una piedra en el zapato para los distintos partidos mientras que otros han sido abordados con entusiasmo por los mismos. 

Así, y teniendo en cuenta que las fuerzas emergentes Podemos (aquí Compromís-Podemos) y Ciudadanos parten sin apenas mochila frente a los dos grandes, PP y PSOE, ha sido más sencillo encontrar la incomodidad en populares y socialistas que en las otras formaciones. Aunque también han existido.

Como es lógico, el PP ha temido en todo el curso de la campaña la corrupción y los recortes. De hecho, esto se ha visto en la preparación del mensaje que cada uno de los candidatos de este partido tenía a la hora de enfrentarse a uno de sus principales escollos en esta legislatura. En el caso de medirse al PSOE, se buscaba la estrategia de nivelación, el conocido "y tú más", sacando a colación los EREs de Andalucía, el presunto caso de corrupción que afecta a los socialistas en esa autonomía. Además, los populares han tratado de destacar que han apartado a los imputados en estos casos y que han adoptado medidas en el Congreso con las que no han contado con el apoyo del PSOE. Un antídoto -no completo pero relativamente eficaz- frente a los socialistas pero que distaba mucho de ser efectivo ante fuerzas como Ciudadanos y Podemos, tal y como se vio en el debate a cuatro.

Por el contrario, los populares disfrutaban cuando se hablaba de datos macroeconómicos, prima de riesgo, datos de empleo y política europea, dado que les permitía venderse como los 'salvadores' de España tras el "desastre" dejado por Zapatero y la profunda crisis económica existente al inicio de la legislatura.

En cuanto a los socialistas, lo han tenido especialmente complicado por el fuego abierto a izquierda y derecha por los emergentes para morder su espacio. Los candidatos del PSOE lo han pasado mal también en corrupción si los ataques procedían de C's y Podemos, en asuntos como las puertas giratorias y en materia de credibilidad económica por la herencia de Zapatero -que ha conseguido ser estirada por los rivales hasta esta misma campaña-. Por otro lado, y pese a tener un ambicioso plan de reforma constitucional con modelo federalista incluido, no se les ha visto demasiado cómodos o, al menos, sacando rentabilidad de ello en los debates. De hecho, el PP lo ha utilizado para contraponerlo al proceso catalán y reivindicándose como únicos garantes de la unidad de España. En esta línea, Pedro Sánchez trató de evitar las explicaciones sobre su modelo federalista en el 'Cara a Cara' y se adelantó a Mariano Rajoy reivindicándose como la garantía para esta unidad frente a la "fábrica de independentistas" que es el PP.

En cambio, los candidatos del PSOE se han visto fuertes hablando de políticas sociales: sanidad, educación, dependencia y políticas de igualdad, reivindicando los avances implantados en sus años de gobierno.

Respecto a Podemos, la formación morada ha rehuído pocos temas. Posiblemente, donde los candidatos de Pablo Iglesias han pasado más dificultades en los debates ha sido en algunos asuntos concretos como a la hora de explicar su desmarque del pacto antiyihadista de PP y PSOE al que sí se adhirió Ciudadanos, su fichaje del exjefe del Estado Mayor, Julio Rodríguez, o su respaldo a la candidatura de Navarro en el Senado donde también concurre Bildu. De la misma manera, y aunque lo han defendido con ahínco, tampoco ha parecido que los candidatos de Podemos hayan salido demasiado airosos de su estrategia de reivindicar la plurinacionalidad y el derecho a decidir que figura en su programa electoral.

Por otra parte, los candidatos de la formación morada han sumado puntos casi siempre, o por lo menos se les ha visto cómodos, en el diagnóstico de la situación social y económica de España así como en la búsqueda de la empatía con las personas más afectadas por la crisis. Al igual que Albert Rivera de Ciudadanos, los análisis de lo hecho en los últimos años por PP y PSOE han resultado especialmente devastadores y efectivos por parte de los candidatos de Podemos. De la misma manera, y además de los mensajes contundentes en materia de derechos sociales, han defendido con convicción la necesidad de una reforma constitucional y medidas concretas de regeneración democrática. 

En cuanto a Ciudadanos (C's), los candidatos de Rivera han pasado ciertos apuros en la explicación de algunos movimientos orgánicos y de pactos acometidos en los últimos meses. De la misma manera, también algunas declaraciones de sus candidatos han sobresaltado su campaña en distintos momentos. Dentro de su reforma laboral, su apuesta por el contrato único, una de sus propuestas estrella, ha sido duramente atacada desde PSOE y Podemos y, en el debate de ATresMedia, Rivera no terminó de salir airoso con sus explicaciones. Por otro lado, su discurso equidistante en algunas cuestiones siempre a la espera de "técnicos independientes" -caso de los trasvases-, una estrategia utilizada en su día por UPyD, ha resultado efectiva según el oponente. En la Comunitat, y pese a que C's ha admitido que existe infrafinanciación, su talante más centralista en ocasiones les ha dejado en posiciones más incómodas frente a otras opciones. Otra de sus propuestas más atacadas ha sido la de la fusión de ayuntamientos de menos 5.000 habitantes.

Por otro lado, a su candidato Albert Rivera se le ha visto cómodo en un buen número de temas, algunos de ellos coincidentes con Podemos como las medidas de regeneración democrática. Además, el líder de C's, al igual que sus candidatos, se han desenvuelto bien en algunas posiciones que incomodan al resto de fuerzas: como la supresión del concierto vasco y navarro, algo que PP y PSOE no apoyan, al igual que Podemos o en la Comunitat Valenciana, Compromís-Podemos, tampoco asumen. A los de Rivera también se les ha visto cómodos en su discurso de supresión de instituciones como las diputaciones o el Senado, así como en las medidas fiscales y económicas.  

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