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CRÓNICAS POR LOS OTROS / OPINIÓN

Y sí, ganó Trump!

Omar no volverá a EEUU. Omar es una mezcla de razas, musulmán de nacimiento, africano de Kenia, rasta por convicción ,... Y encima es músico! Profesión alternativa y liberal donde las haya. Omar lleva 20 años viviendo en EEUU y después de las elecciones, que le han pillado en su tierra natal, con su gente, ha decidido no volver

12/11/2016 - 

Hace 20 años que Omar pisó por primera vez EEUU. Se marchó de su tierra en busca del sueño americano, en busca de poder cumplir sus sueños. Nunca imaginó que fuera a ser tan duro aunque hoy volvería a hacerlo si se viera en la misma situación  para poder salir de la pobreza en la que vivía.  Pero ya tiene más de 40, una vida más acomodada y ha decidido no volver por un tiempo. Y es que Omar lo tiene todo para ser una persona non grata para el nuevo gobierno de Trump. Los últimos acontecimientos le han quitado las ganas. No se ve capaz de volver a enfrentarse a una sociedad y a un sistema que va contra sus principios, sus valores y su modus vivendi por mucho dinero que gane allí.

Cuando ocurrieron los atentados de las Torres Gemelas, Omar perdió su trabajo. Al día siguiente le despidieron por su nombre, por su apellido, por ser supuestamente musulmán. Nadie le preguntó, eso no importaba. Le despidieron sin más. En aquel entonces trabajaba en una empresa cualquiera porque hasta que Omar se hizo un hueco como músico tuvo que realizar todo tipo de  trabajos como cualquier inmigrante que se precie. Esa misma semana, después de ser despedido, Omar recuerda que unos agentes fueron a su casa. Tocaron a la puerta y le pidieron toda su documentación. Su fisionomía le salvó. No era el perfil que andaban buscando.  Omar desciende de Omán y Yemen. Hicieron lo mismo con todos los musulmanes residentes en EEUU. Ficharon a todos. Todos eran presuntamente sospechosos.

Tardó 6 meses en que le llamaran para una entrevista de trabajo y casi un año en volver a trabajar con todo lo que ello supone para una persona inmigrante lleno de cargas familiares. Gracias a su apellido, Islam,  le condenaron un año a no trabajar, se quedó sin nada y con una gran dosis de  frustración, golpe a su dignidad y baja autoestima. Omar es musulmán de nacimiento pero vive alejado de todas las religiones desde que empezó a viajar por el mundo y descubrió la disparidad de vidas, culturas y religiones que existen. Desde entonces decidió  creer sólo en la religión rasta, en el amor y en el respeto. Valores que parece no importar demasiado en el mundo de hoy día.

Omar ha estado viviendo más de 20 años en EEUU para poder mantener a su familia ( sus padres y sus 5 hermanos pequeños) y para mantener la escuela que montó hace 7 años en Lamu, su isla natal. Una escuela que se llama Twashukuru, que en swahili significa "agradecido". Porque Omar es una persona agradecida a la vida a pesar de los pesares.  Quien conoce a Omar descubre en él un alma libre, una persona carismática,  con una energía arrolladora, con una sonrisa que invade todo, un optimista declarado y una filosofía de vida muy particular. Por ello Omar no volverá a EEUU.

Omar, Lamu y Estados Unidos

Cuando Omar se marchó por primera vez de Lamu se fue directo a Nueva York. De Lamu a Nueva York pasando por London. Sin anestesia. Un shock. Su primer impulso fue volver a su casa pero se quedó. Se había casado con una chica americana y por eso se marchó allí, en busca de una vida mejor. Matrimonio que le duró un suspiro y se quedó solo ante el peligro. Sabía que si volvía a su casa nunca dejaría de ser pobre y no podría ayudar a su familia. Omar siempre cuenta lo que lloró su madre cuando se marchó. Era el pequeño de sus 9 hijos. Una prole que tuvo con diferentes maridos y que no podía mantener en condiciones. 

Omar tuvo que trabajar desde muy pequeño. Recuerda que con 10 años tenía que buscarse la vida para poder ir a la escuela y comer. Pasó todo tipo de penas. Y por ello cuando volvió a Lamu después de estar 12 años sin poder hacerlo y  soñando cada minuto con el día de su regreso, quiso revertir parte de su bienestar y de sus beneficios en su comunidad y empezó a trabajar en su proyecto. 

Un proyecto que hoy día continúa creciendo , un proyecto que persigue hacer realidad los sueños.  Un proyecto que cambia vidas. Omar no olvida que él fue uno de esos niños pobres de Lamu,  y hoy día puede ofrecer a los niños pobres, como fue él, la posibilidad de salir de la pobreza extrema sin tener que marcharse fuera de su tierra, sin tener que ser un inmigrante más. Omar vive por y para su escuela que construye con amor y botellas recicladas

Omar se ha cansado de ser un inmigrante más en EEUU, por mucho que ahora tenga una vida más acomodada y todos los derechos y estabilidad que la Green Card supone. Ya salió en busca de una vida mejor y lo consiguió. Omar quiere quedarse en su tierra y quiere vivir lo que le queda en paz.Y es que su vida en Lamu es radicalmente opuesta a su vida en EEUU. Porque Lamu y EEUU están en las antípodas, no tienen nada que ver. En Lamu, aunque existe menos oportunidades, se respira tranquilidad, se respira paz, es un lugar donde nos invade la sensación de que el tiempo no existe . En Lamu el reloj se detuvo, de hecho parece que nunca existió y eso imprime un estilo de vida que nada tiene que ver con el que vive Omar en San Francisco, por muy alejado de la ciudad que viva.

Omar se quedará de momento en Lamu. Lamu es su isla, su hogar, su casa, su gente...   El lugar del que no quiere volver a separarse. Dejar de vivir sin zapatos, dejar de escuchar el mar de fondo cada vez que va a su escuelita, dejar de vivir con el ritmo del "pole pole" en las venas, y tener que convivir con un sistema occidental que le quita años de vida, no es asunto fácil. A cambio de esto, dejará de ingresar el dinero que el sistema capitalista americano le ha proporcionado y dejará de mantener a su familia tal y como ha hecho hasta ahora. Con esta decisión Omar va a perder dinero pero va a ganar calidad de vida. Un tema de prioridades. Un tema de necesidades. Omar no tiene miedo. Omar está en momento de cambios. Y es que Omar además acaba de ser papá de una niña maravillosa, medio española y medio keniana tal y como indica su nombre Leo-Khadija. 

Hay muchos por el mundo

Hay muchos "Omar" por el mundo,  especialmente en EEUU donde el propio sistema brinda la oportunidad de vivir mejor, de mantener a sus familias pobres y de salir de la pobreza extrema en que viven en sus países. Una pobreza que que en ocasiones provocan los mismos países que luego se quejan de la inmigración. Países como EEUU que dan oportunidades por un lado pero las quita por otro.  Al final Omar es un afortunado porque ha podido elegir y puede volver a cambiar su vida. Pero existen otros muchos que no pueden elegir, que tendrán que vivir en un país con políticas en su contra  cuando muchos de ellos lo que realmente desearían es volver a su tierra con los suyos y no pueden.

Aunque ninguna opción era buena. Hillary  parecía una buena opción de primeras, porque peor era la de Trump lo que no significaba que la primera fuera buena. Cuando nos adentramos a leer las interioridades de sus negocios, los intereses económicos y demás,  empezamos a entender qué ha pasado ¿Cómo llegó Hillary a ser la candidata demócrata? ¿ Trump se ha autofinanciado toda su campaña? Estamos en un sistema donde poderoso Don Dinero ha vuelto a ganar. 

Dinero que Omar dejará de ingresar en su cuenta. Dinero que ya no podrá mandar a su familia para que vivan mejor. Dinero que seguirá repartiéndose entre los de siempre. Omar no volverá de momento a EEUU. Yo tampoco lo haría. Yo también me quedaría a ojos cerrados en esa isla mágica, rodeada de naturaleza, sin coches y con burros y con la banda sonora del archipiélago de Lamu de fondo.... Y Sí, GANÓ TRUMP! 

La semana que viene... ¡Más! 

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