València celebra la efeméride de una figura esencialmente popular en la primera mitad del siglo XX cuya memoria está llena de aristas
VALÈNCIA. Hoy, hace exactamente 125 años, nació la leyenda de José Iturbi, una de las figuras imprescindibles de la cultura valenciana, que sin embargo, pasó la mayor parte de su vida fuera de la ciudad. “Ahora se habla mucho de la internacionalización, pero Iturbi fue, sin duda, el mayor activo internacional que ha podido tener esta ciudad”. Son palabras de Manolo Gil en la presentación ayer de la exposición Iturbi. Más allá de Hollywood, una extenso recorrido por su vida y por su obra que una cantidad importante de documentación que busca indagar en el pianista más allá de sus lustro de trabajo en los estudios de la Metro Goldwyn-Mayer. “Iturbi no es una figura olvidada, pero el paso del tiempo corre en su contra, y de vez en cuando hay que sacarlo a relucir”, explica también Gil a este diario.
En realidad, hablar del pianista supone sacar a relucir uno de los personajes más interesantes e inauditos de la crónica valenciana. Cuando llegó a Hollywood, ya tenía su propio avión para trasladarse, nunca escondió su fortuna pero dejó el cine y se vino a dirigir a la Orquesta de València (la convirtió en la primera orquesta española en hacer una gira internacional) cuando esta solo llevaba cinco años de vida, en las películas en las que apareció, fue siempre bajo el nombre de José Iturbi, nunca intepretó un personaje, fundó su propia discográfica y es una de las principales razones por las que, una y otra vez, escuchamos Claire de lune de Debussy.
Óscar Oliver, co-comisario de la exposición junto a Gil, explica el valor de la exposición: “Aunque era una figura conocida, hasta ahora no se han hecho muchas cosas por su memoria. Publicaciones, por ejemplo, había una de su vida en Hollywood y otra sobre su trabajo en la Orquesta de València. Nosotros hemos recuperado objetos valiosísimos como las partituras de las seguidillas, que se dieron por perdidas tras 70 años y se podrán escuchar próximamente”. El proceso de indagación fue complicado porque la Fundación Iturbi, en Bervely Hills, se deshizo de una parte muy importante de su patrimonio y colección de arte en 2008, aunque en 1995, se depositó una cantidad importante de documentación en el archivo del Palau de la Música y, más recientemente, otra tanta a diferentes bibliotecas universitarias. Tanto Oliver como Gil han trabajado codo a codo con la familia (que reside en EEUU) y “ha llamado a puertas sin saber si habría algo de interés”. Su trabajo de recolección tiene como resultado esta exposición y un catálogo que se presentará en enero.
Más allá de su figura y su fama en el cine, a Iturbi se le ha de recordar por su contribución a la expansión del repertorio español en Estados Unidos. Allí se llevó a Albéniz y otros nombres de compositores europeos. Su trabajo como compositor no es muy extenso, pero sí es el responsable de integrar toda esa música en los films de la MGM y conseguir que una grabación como el Claro de Luna fuera Disco de Oro en la década de los 40.
Manolo Gil opina que, más allá de los homenajes que se le hacen normalmente, queda mucho Iturbi por investigar, algo en lo que coincide con Óscar Oliver: “Conforme vamos haciendo investigaciones, las pruebas nos dan la razón sobre la importante de la figura del pianista a lo largo de toda su carrera”, dice el segundo; “aún queda por conocer, por ejemplo, cuál fue el papel de Iturbi en la negocación del Plan Marshall para España, teniendo en cuenta -además- que políticamente apoyo a los presidentes demócratas Roosevelt y Truman”, apunta el primero. Añade además que, pensando más allá: “a la sociedad valenciana le cuesta mantener el recuerdo de las personas que no han sido perdedores. Nuestros intelectuales internacionales (Guastavino, Sorolla, Blasco Ibáñez, etc.) tienen un relato más allá de sus propias obras, pero no hemos sabido crear el relato del intelectual valenciano en el extranjero”.
En el año de la celebración del año Berlanga, Ovidi Montllor o Carmelina Sánchez-Cutillas. También toca celebrar la vida y obra Iturbi. El Palau de la Música lo propuso como eje central de su programación de esta temporada y el plato más fuerte tendrá lugar hoy, con el concierto de Joaquín Achúcarro (uno de sus colaboradores cercanos) en el Teatre Principal de València. Esta muestra, en efecto, y a pesar del gran trabajo de documentación, solo es la punta del iceberg de un apellido que suena con frecuencia en las instituciones culturales valencianas, pero de la que no queda un recuerdo completo y coherente con la popularidad de su figura.
¿Cómo seguir y celebrar a Iturbi y calmar la curiosidad picada a partir de alguna de las iniciativas para celebrar su año? Óscar Oliver propone escuchar las digitalizaciones que se han hecho de sus grabaciones para la RCA y Columbia en plataformas digitales, además de recomendar encarecidamente el ambicioso catálogo que han editado para la muestra, que ya se puede ver en el sala de exposiciones del Ayuntamiento de València. Manolo Gil, por su parte, recomienda acercarse al archivo del Palau de la Música, tirar de un hilo e investigar algo sobre su vida y obra.