'The Oak and The Reed', Yann Sérandour.VALÈNCIA. La galería de arte Luis Adelantado presenta tres proyectos de tres artistas diferentes: The Oak and The Reed (Yann Sérandour), Wildscreens (Julie C. Fortier) y Cero absoluto (José García Vallés) el próximo viernes 25 de enero
The Oak and The Reed, es un proyecto del artista bretón Yann Sérandour articulado en torno a una de las más conocidas fábulas de Jean de la Fontaine y que da nombre también a esta exposición, en la que el artista recrea un cosmos alrededor de la figura del junco, "casi como una propuesta política de transformación de las condiciones de sometimiento", explican des de la galería.
Para mostrar esta idea, realiza la serie titulada Unfolded to Redress en la que establece relaciones de interferencia con impresiones de herbarios de cañas procedentes de distintos países, que en su impresión original fueron plegadas de tal modo que pudieran reproducirse en el tamaño estándar del papel de registro. Yann las despliega, en un intento de reconstruir su forma primera.
Por otro lado, la artista canadiense Julie C. Fortier que comienza en 2014 tras investigar las relaciones que surgen entre los olores, el paisaje y la narratividad, presenta Wildscreens, una instalación donde los olores tienen el poder de cambiar las formas en que la memoria se pone en juego. La artista compone historias cuyos signos actúan de indicadores de un mundo posible, conocido o desconocido.
El valor de la experiencia dependerá de la respuesta que se asocie en relación a un determinado olor, para activar el proceso desencadenante del recuerdo, "como una aparición-relámpago propiciada por todo aquello que se escapa de la voluntad y que por alguna razón nace de un procedimiento sintético, en el que por un momento se ordena bajo la forma de una sensación", explican.
Por último, Cero absoluto, un proyecto del sevillano José García Vallés dividido en dos fases que tendrá lugar en la sala Boiler Room.
García Vallés estudia la percepción artística de la reproducción técnica a través de una máquina con un patrón asignado para quemar con láser los tablones de madera que se van agrupando para crear una composición modular de gran tamaño. Esta forma de producir imagen recuerda a la noción de diagrama de Deleuze, para quien pintar es modular la luz o el color en función de una señal-espacio.
De este modo, el artista pretende desactivar el carácter puramente mecánico de la máquina para acercarla a un lugar más pictórico, "casi poético", en donde lo que se libera es el sentido de la implicación manual de la obra reivindicando así un nuevo régimen en el que la reproducción técnica se vuelve inseparable de la práctica artística.
