VALÈNCIA. David Sanchéz (Valencia, 1983) forma parte de ese grupo de personas obsesionadas con traducir en sus obras los lenguajes de la creatividad como conexión universal; de cómo la pintura y su gesto (el de la propia pintura y el del propio autor) respiran al unísono en sus piezas y pautan un tiempo, un espacio y una materia común a nosotros: nos destrozan pero nos renuevan, nos rasgan las vestiduras para vestirnos más sabios, más conscientes. Sánchez contiene sus naturalezas metafísicas tras metacrilatos: placas de petri que replican las estructuras básicas de la biología. Así es Yngravity, la nueva muestra del valenciano David Sánchez que puede verse en La Mercería.
"Son ecosistemas diluidos al máximo hasta una carga simbólica y arcana que apela a nuestra parte inconsciente ―aquella que rescató Sigmund Freud de los siglos oscuros de la razón y que la neurociencia sigue avalando hoy en día― para que entendamos el transcurso de cómo el universo entero puede estar contenido en sus cubos cromáticos. Adquiere así el papel de un científico, un filósofo, un descifrador de códigos. Plasma en sus trabajos la metamorfosis de la materia y sus paralelismos con lo natural. Sus piezas relatan los procesos naturales creciendo, expandiéndose en distintas medidas y formas y manteniendo un código de color estable, conectivo entre las obras y con una honda melodía. Si caminas frente a ellas, atiende a ese mensaje que se susurran entre ellas: te están hablando de la vida que comparten contigo", reza el texto de sala de la muestra, compuesto por la comisaria y crítica de arte Lidón Sancho Ribés.
David Sánchez Baena, Valencia (1983) Desde muy pequeño a David le invadió la inquietud por crear a través del dibujo y la pintura. Y entre la montaña y su habitación se forjó su pasión por la naturaleza y las artes plásticas, invirtiendo muchas horas en aprender la técnica. Su habitación fue tomando forma de estudio, incluso acabaron pintados los techos. Fueron años intensos que experimentaba todo el tiempo con óleo, pastel, acrílico y, más tarde, sprays. A su vez fue aprendiendo en la escuela de arte del barrio Lázaro. En 1996 empieza un fuerte movimiento cultural HIP HOP en su barrio y de forma orgánica se inicia en el Graffiti utilizando el seudónimo SEB-ONE.
Lo que para muchos adolescentes era una tendencia pasajera, para David se convirtió en un modo de vida y medio de expresión artística que le llevó a tener una intensa actividad en el panorama nacional durante los siguientes diez años, recorriendo buena parte de la península haciendo murales. Ha ocupado páginas de importantes revistas como Wanted o Game Over, y participado en diferentes eventos como el Certamen Nacional de Graffiti celebrado en Madrid en 2000 o exhibiciones en festivales como ViñaRock en Albacete en 2001. Durante esa etapa realizó algunas exposiciones en centros culturales como Benetúser o en la plaza de Segovia en Valencia.
En 1999, apenas con 16 años de edad deja los estudios con voluntad de ayudar en la economía familiar y comienza su trayectoria profesional en un pequeño taller de artesanía en Benetúser. La experiencia y las ganas de avanzar le sirvieron para empezar un camino en solitario; en 2002 inaugura un pequeño estudio en Valencia donde intensifica su formación autodidacta, investigando principalmente sobre técnicas mixtas. En 2004 realiza su primer traslado de estudio a Albal y, de nuevo, en 2006 se traslada a la localidad de Ribarroja de Turia a una nave industrial.
A su vez, en 2007 suma a su abanico de técnicas la fotografía, formándose en la Escuela Revelarte de Valencia. Diez años después, en 2017 crea junto a su pareja Hachea Estudio en Albal, un espacio cultural donde acomoda su estudio multidisciplinario, con escuela artística y una tienda especializada en Bellas Artes y enmarcación. Hoy David se encuentra volviendo a los muros y totalmente sumergido en su trabajo más contemporáneo, más personal, cuestionando los límites de la pintura a través de las consecuencias, registros y construcciones de procesos pictóricos. Claramente influenciados por las texturas que le regaló la naturaleza, códigos visuales del graffiti, composición y atmósfera de la fotografía y la experiencia de una vida entera dedicada a la pintura. Asimismo, es artista representado por la galería valenciana La Mercería, donde prepara un solo Project para febrero del 2023.