Para los que ya anuncian las crisis financiera mundial por culpa del nuevo gobierno socialista español, cuando ni siquiera ha sido nominado, les diré que han llegado tarde. Hace meses que las señales de humo anuncian una recesión en toda regla.
Los agoreros del ala derecha culpan del advenimiento de la próxima crisis mundial a las políticas del nuevo gobierno de Pedro Sánchez, desde el mismo momento en que se conocieron los resultados de la noche electoral el pasado 28 de abril. Del mismo modo en que siguen culpando al anterior presidente del gobierno socialista español, José Luis Rodríguez Zapatero, como el origen de todos los males, digo, de la crisis financiera mundial, de la caída de Lehmann Brothers y de la quiebra de la banca islandesa.
Recordemos las fechas y las secuencias para la posteridad. El 28 de abril de 2019, Pedro Sánchez gana las elecciones al Congreso de los Diputados español. Desde febrero, se anuncia una nueva recesión en la eurozona con la parada en seco del motor de Europa, Alemania, en crecimiento cero. En marzo, la OCDE rebaja la previsión de crecimiento de la Unión Europea, precisamente por la caída de la economía británica post Brexit. Estamos en mayo, aún sin gobierno.
Me apunta mi amigo y admirado maestro, Joan Romero, otra señal inequívoca de la crónica de una crisis anunciada: el último tweet de Trump. En los libros de historia del futuro, se estudiará la política económica e internacional a golpe de tweets del presidente norteamericano. En esta ocasión, inaugura la semana en Wall Street con una amenaza al gigante chino, …que alguien se tenía que atrever. Dice Trump desde su cuenta oficial @realDonaldTrump -por si no nos creemos que es la suya…-: “....of additional goods sent to us by China remain untaxed, but will be shortly, at a rate of 25%. The Tariffs paid to the USA have had little impact on product cost, mostly borne by China. The Trade Deal with China continues, but too slowly, as they attempt to renegotiate. No!”. Es decir, que les sube un 25 por ciento los aranceles a los productos chinos. ¡Un 25%!
No, la crisis no llegaría en tres años, que es mi previsión, sino mucho antes. Y, como siempre, nos salpicaría de lleno. Seguimos augurando un futuro imperfecto, Joan Romero y yo, ante un café y una dedicatoria de su último trabajo de investigación: Geografía del despilfarro en España. Se trata de un compendio de artículos dirigido por el catedrático de la Universitat de València, donde se analiza en cifras el despilfarro de unas políticas que no todas pueden ser castigadas con el Código Penal, porque gastar a tontas y a locas no es delito.
En su capítulo, “Calidad institucional, despilfarro y corrupción. El caso valenciano”, el profesor Romero reproduce un cuadro en el que se suman 6.022,7 millones de euros desperdiciados en fiestas y fastos, en los sobrecostes de las obras faraónicas y en el pensamiento de que el dinero público no es de nadie. La Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Ciudad de la Luz, el aeropuerto del abuelo, perdón, de Castelló, Terra Mítica, Feria Valencia, Emarsa, Ciegsa… Es que es un no parar.
Algunos de estos apuntes contables ya tienen nombre de “caso” en los juzgados valencianos. Otros, esperaremos a ver si Bruselas se decide a meterles mano, como es el caso de Ciegsa, la empresa creada por la Generalitat Valenciana en tiempos del gobierno del Partido Popular para construir colegios públicos. Son 1.900 millones de euros, en parte préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que siguen buscando desde la OLAF -la oficina europea antifraude- y el mismo BEI. No se construyeron todos los colegios previstos y anunciados, pese a que el dinero sí que llegó hasta aquí.
Mientras, seguiremos jugando a ser aprendices de brujo vaticinando en los posos del café la próxima crisis financiera y hasta la tercera guerra mundial. En breve…