VALÈNCIA (EFE). El gerente de la sociedad pública Plan Cabanyal que conforman el Ayuntamiento de València y la Generalitat, Vicent Gallart, revela que el 80 % de las viviendas ocupadas o habitadas por familias conflictivas en la conocida como "zona cero" de este barrio valenciano es de propiedad privada.
En una entrevista con EFE, el arquitecto y exactivista vecinal señala que los propietarios privados tienen "una responsabilidad muy alta en la degradación del barrio", en muchos casos al haber recibido herencias muy divididas, y para ellos las casas "son un problema más que un bien" en un barrio que, según defiende, no es más inseguro que el centro pese a la imagen que transmite.
"Las familias se han tenido que gastar dinero para evitar derrumbes y no han podido rehabilitar durante muchos años", señala Gallart, quien reconoce: "Yo he sido el primero en responsabilizar a la Administración de ser la causante de la degradación del barrio debido a la ocupación, pero lo cierto es que el Ayuntamiento es propietario de contadas viviendas ocupadas".
El consistorio es propietario de más de 30 viviendas ocupadas en los conocidos como bloques portuarios, también en la calle de San Pedro, pero solo una en el corazón de la "zona cero", añade el responsable de Plan Cabanyal.
"La información que tenemos es que muchas familias pagan hasta 600 euros a no sabemos bien a quién. Se trata en muchos casos de alquileres mafiosos. Fue lo que encontraron hace años, sin contratos ni documentación; no tenían otra posibilidad de alquilar. Hay todo un mercado de gente que revienta una puerta y a continuación cobra 600 euros a quienes quieran ocupar la casa. Hay contratos, pero muy sospechosos", lamenta.
Preguntado por si el Ayuntamiento no debería obligar a los propietarios a mantener en buenas condiciones sus propiedades, este ex activista vecinal cree que sí, aunque al mismo tiempo se pregunta: "¿Con qué fuerza moral lo puede hacer?", puesto que también es propietario de casas ocupadas y no ha sido demasiado beligerante durante lustros para evitar esas ocupaciones.
Entre 2017 y 2021 este barrio será objeto de inversiones ya programadas por valor de 64,3 millones de euros, según detalla el gerente de Plan Cabanyal.
Sobre el proceso de recuperación del barrio, Gallart afirma tajante que "no se puede fiar todo a la intervención urbanística" y como vecino insiste: "No veo en marcha demasiadas acciones en materia social; se está empezando a trabajar, pero no está repercutiendo en mejoras visibles. Sería absurdo opinar de otra forma porque los problemas de convivencia se mantienen igual".
"El Cabanyal no es un barrio inseguro, pero se percibe inseguridad. Quizá es más fácil ser víctima de un tirón en la calle de La Paz que en el barrio. Los índices de peligrosidad indican que El Cabanyal es más seguro que la media en València, pero no se cumplen las ordenanzas de basuras, ruidos y muchas otras".
A su juicio, "no es extraño ver a niños pequeños, de poco más de 3 años, que ofrecen droga en la calle a plena luz del día. No es peligroso, no suele haber atracos, eso lo sabemos los vecinos, pero no la gente de fuera. Y claramente esto es un elemento disuasorio".
"Estos problemas provocan que las inversiones de los particulares en la 'zona cero', que las hay y muchas, porque las inmobiliarias no dan abasto, no se traduzcan en proyectos de rehabilitación de forma inmediata. La gente está comprando como inversión a medio plazo, porque se quieren venir a vivir, confían en que la situación del barrio cambiará", sentencia.
Y es que se están comprando "viviendas destrozadas, trituradas y en la peor zona. La gente quiere este tipo de casas tradicionales, pero el entorno no favorece en absoluto".
Advierte también sobre la excesiva lentitud municipal en tramitar las licencias urbanísticas, a pesar de que buena parte de los proyectos solicitados forman parte de la iniciativa ARRU (Área de Regeneración y Rehabilitación Urbana) y deben estar finalizados antes de final de 2018.
"Es obvio que el Ayuntamiento no responde con la celeridad deseable -señala-. Las licencias van muy lentas incluso para nosotros como empresa promotora".