ALICANTE. Las historias que sueles atisbar desde lejos, a menudo son tediosas y sin chispa. Desacomplejados ejemplos de un libro aburrido. Historias que te van a contar cómo ir de A a B y de B a C. Me gustan mucho más las historias que no sabes dónde te van a llevar, las que tienen giros y te lanzan a diferentes escenarios sin darte cuenta. Doli Pereira acaba de publicar su nuevo libro, El lugar donde muere la inocencia, un thriller poliédrico. Esta gallega afincada en Benidorm nos sumerge en una trama llena de matices.
La historia de la protagonista Dasha, comienza en Santiago, una ciudad mágica, aunque el siguiente tercio se desarrolla en Barcelona, donde investiga la trata de blanca. “La idea de hablar de la trata de blancas la tenía hacía tiempo en mi mente”, señala Pereira. “Como gallega que soy, me gustó poner una ciudad con encanto, como lo tiene Santiago. Una ciudad donde comenzara el principio de todo. Barcelona siempre me ha encantado cuando la he visitado. Son dos lugares que desprenden una luz especial cuando los visito”, apunta.
Al principio parece una novela romántica, pero luego tiene suspense e intriga. Una fotografía puede ser el detonante de todo. “Como lectora me atrae la forma de contar las historias, en mi última novela buscaba el efecto de intriga, y tenía que enlazar las dos partes de la novela. Primero tenía que contar la historia de amor entre Dasha y Mateo. La única forma que vi, como la protagonista es fotógrafa, es con una fotografía”, comenta.
La trama atrapa al lector como un pulpo a sus presas, tras el inicio quieres saber más. “Si conseguía que el lector sintiera empatía por esta historia de amor, lo que sucediera en el futuro le causaría el efecto de querer seguir leyendo. Creo que he conseguido el efecto deseado, porque muchos lectores me han hecho llegar sus impresiones, y una de ellas que destaca, es que no pueden dejar de leer por descubrir lo que pasa”, dice la autora.
La primera parte del libro parece más prototípica, pero en la segunda se nota que Pereira ha trabajado mucho, parece, desde el punto de vista de la investigación, más complicada. “Sobre todo la documentación de la trata de blancas, descubrir cantidad de testimonios de mujeres que han sido víctimas de esta red. Tuve muchas dudas como enfocarlo y como contarlo”.
La autora ha escrito varios poemarios, hasta que un día dio el salto a la novela con Cuando el alma tiene dos caras. “La poesía siempre me ha aportado liberación; desde los doce años llevo escribiéndola, pero fue un amigo el que me convenció para que contara una historia en prosa”, rememora. “Comencé a empaparme en la estructura de la novela y decidí probar. Recordé la historia que me habían contado hacía tiempo, sobre una persona de mi entorno que me había impactado, y sobre ese descubrimiento fui moldeado la idea y los personajes, hasta que nació la novela Cuando el alma tiene dos caras”.
El cambio de la poesía a la narrativa es bastante significativo, una doble pirueta por tener que cambiar incluso la forma de trabajo. “Cuando la terminé me di cuenta que me sentía muy cómoda contando historias, pero dando un toque de denuncia con situaciones de la sociedad con las que siento absoluto rechazo”, señala. “En la primera ha sido la denuncia al maltrato, la última ha sido la trata de blancas. Si consigo hacer reflexionar a las personas que lee mis historias, es un logro con mayúsculas para mí”
Sin lugar a dudas, la poesía tiene algo especial, exorciza muchos sentimientos y transmite toda una gama de emociones muy diversa. “La poesía me ha acompañado siempre y lo seguirá haciendo, de hecho acabo de publicar mi último poemario, Versos que trajo el viento, pero la novela ha sido un gran bálsamo para mí. Crear historias me resulta fascinante y creo que ya no podré dejar de hacerlo”, apunta.
La covid ha paralizado la vida y obra de tanta gente, que en el sentido artístico también ha sido un drama. Las presentaciones de libros se han acortado o directamente pospuesto. “Como nos ha afectado a todo el mundo, muy negativamente. De hecho no he podido hacer ninguna presentación. La estoy dando a conocer ahora con el retorno de las firmas de libros, gracias a la Asociación de Escritores de Alicante”.
Cada vez es más importante hacer fuerza entre todos para sacar esto adelante, en ello está La Asociación de Escritores de Alicante, de la que Pereira forma también parte. “Descubrir la asociación para mí ha sido una gran ayuda, y más en un mundo donde cada vez más las grandes editoriales lo abarcan todo”, comenta. “La asociación está consiguiendo cosas maravillosas y nos ofrece visibilidad a los que pertenecemos a ella, al final todos somos autores con un objetivo en común, que nos lean”.
Pereira no para, está ya trabajando en una nueva novela, que será una continuación de otra obra. “Estoy escribiendo la segunda parte de Cuando el alma tiene dos caras, porque muchos lectores me la pidieron, al final se ha convertido en una bilogía”. No se detiene ahí, tiene más proyectos en mente. “Estoy buscando al mismo tiempo información para la siguiente novela, sobre un narcotraficante; documentación que me está dando más de un dolor de cabeza”.