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conversación  con directores

El cortometraje está muy vivo en Alicante

25/04/2019 - 

ALICANTE. El cortometraje es un formato en sí mismo. No es necesario que un cortometrajista lo utilice como plataforma de lanzamiento para realizar un largo. El corto tiene vida, respira en otros códigos y se mueve sinuosamente entre festivales. En la provincia de Alicante existen muchos eventos donde se pueden disfrutar. Festivales de cortos o de largos, donde también tienen su espacio. Detrás de esos trabajos tenemos a sus creadores. Directores de cine valientes que siguen queriendo contar historias de corta duración. Historias que nos emocionan y divierten o que nos aterrorizan y entristecen. Me acerco a algunos de ellos para comprobar la temperatura del sector.

“Hay muy pocos cortometrajistas profesionales en Alicante y los que lo son siempre tratan de lidiar con la falta de infraestructuras y recursos óptimos para llevar a cabo sus proyectos” comenta Jesús Chorro, director del corto Eones. “Desde que se extinguió Ciudad de la Luz, ya no existe centro de referencia en la provincia para aprender a hacer cine y con los medios necesarios para realizar”, sentencia con amargura. Alejandro Díaz, director del corto La Identidad, comenta con ilusión el carácter de autoproducción de algunos de sus compañeros. “Conozco a varios compañeros de Alicante que producen sus propios proyectos, ya sea como afición o de manera profesional, y creo que todos coincidimos en algo; a todos nos mueve la pasión por el cine y todos nos encontramos en fase de aprendizaje, porque nunca se deja de aprender y siempre que hacemos un proyecto nuevo es mejor que el anterior”, reconoce .

Charlo con Guillermo Alcalá-Santaella, director del corto La Sierra, sobre la financiación, la pata más importante, o casi, de la producción de cualquier trabajo. “Yo, personalmente, recomiendo a los cortometrajistas que opten también por gestionar sus proyectos a través de las ayudas que facilita el Instituto Valenciano de Cultura cada año. De ese modo la financiación de cualquier proyecto es posible que pueda salir adelante”, comenta. Existe el crowdfunding, una posibilidad actual que parece una tirita a una hemorragia. “Yo también he realizado micromecenazgo en uno de mis últimos proyectos, pero esta opción no deja de ser una ayuda más que ayuda a suplir algunos gastos de la producción, pero nada más allá de eso”, reconoce Alcalá-Santaella.

Álvaro Company

 Aparte de la financiación, la distribución es otro de los obstáculos con los que cualquier producción tiene que lidiar. Fer Zaragoza, otra de las jóvenes promesas alicantinas, que acaba de presentar su primer mediometraje, Family Tapes, habla claro de la situación de la distribución de los cortos por festivales, algo básico para cualquier trabajo audiovisual. “El recorrido de mis cortos no ha sido el que hubiese deseado”, asegura. 

“Es muy complicado autoproducir tus propios proyectos y eso, a la hora de su distribución, se nota. No tengo la suerte de tener a una productora detrás. Pero también tengo la suerte de no responder ante nadie y tengo total libertad para hacer lo que me dé la gana”, comenta Zaragoza, director también del cortometraje El asesino está debajo de tu ventana. Quizás Alicante sea una ciudad complicada para los cortometrajistas, “aplicando terminología taurina, Alicante no es un ruedo fácil de torear, y eso es algo bien sabido por todos los que creamos cultura en esta ciudad”, expone Álvaro Company, director del corto Fin. “Me encantaría poder decir lo contrario, porque aquí hay grandes cineastas, pero creo que dejando morir Ciudad de la Luz, también murió parte de ese sueño colectivo de crear una industria cinematográfica en nuestra ciudad”, comenta con la misma lástima que debería sentir cualquier que amara el cine.

Como en todo, algunos géneros dentro de los festivales tienen más salida que otros, Company a éste respecto lo tiene claro. “Los dramas sociales suelen funcionar bastante bien en festivales, tienen buena acogida, ya que es fácil empatizar con el público cuando tu mirada va dirigida a la realidad social que nos envuelve. A pesar de eso, últimamente estoy viendo un gran auge en el cine de género”. Zaragoza firma fantásticos trabajos adscritos en el terror, ¿es quizás el género que más festivales tenga?  “Lo que tiene el terror es que cuenta con un público muy fiel. Y el hecho de que existan en nuestro país numerosos festivales de género así lo ratifica”, sentencia con rotundidad.

Como mencionaba al principio, quizás el corto no sea ahora el precalentamiento del largo. Tal vez pasar por esa fase ya no sea tan necesario. “Cada día es menos necesario. Yo, personalmente, hago cortos para adquirir experiencia, seguir aprendiendo y, algún día, poder llegar a realizar una película. No obstante, pienso que el formato cortometraje puede subsistir al margen del formato largo”, comenta Zaragoza. Alejandro Díaz, apunta a otras posibilidades actuales. “No hay un camino estipulado, cada persona puede tener una ambición diferente. Ahora mismo están cogiendo mucho peso las series y las plataformas de contenido audiovisual tipo Netflix o Prime video, y hay personas que deciden meterse en un proyecto así, como por ejemplo una webserie, antes que en un largometraje”, dice el director.

Con todo, el corto tiene algo, una luz propia que atrapa. “Muchas cosas me atraen del cortometraje” dice Chorro. “Para empezar, me parece un reto para un director contar algo potente, que transmita y estimulante en tan pocos minutos. Creo que el cortometraje, al igual que la etapa adolescente en nuestras vidas, es una fase imprescindible en la formación de un cineasta”, expone. Tal vez lo más fácil es marcharse a rodar fuera, quizás exista más apoyo. “No, no creo. Todo depende del lugar y de las necesidades que tenga el proyecto en cuestión”, comenta Alcalá-Santaella. “Precisamente la provincia de Alicante ofrece unas localizaciones espectaculares.  Dependiendo de la época del año podemos tener un sol de justicia, zonas nevadas, regiones desérticas, bosque… Alicante, afortunadamente, ofrece un sinfín de posibilidades” afirma el director, que también dirigió La Petite fille.

El apoyo en Alicante en los últimos años ha crecido mucho en el cine, prueba de ellos son eventos del tamaño del Festival de Cine de Sant Joan o el Festival de Cine de Alicante. “Hay muchísimo apoyo”, dice Guillermo. “Solo en la provincia de Alicante hay entre veinte y treinta muestras y certámenes de cine, si eso no es apoyo para la exhibición de los cortometrajes… no sé de qué otra  manera puede haber una mayor difusión”, sentencia.

 

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