CASTELLÓ. El año que viene se cumplen 40 años desde que Marcelino, Rosa Mari y Alberto Herrero, hermanos de la localidad castellonense de Pina de Montalgrao, decidieran iniciar un proyecto cuyo eje era y es la educación medioambiental en un contexto en el que la despoblación en las zonas rurales ya comenzaba a enquistarse y la ganadería y la agricultura estaban infravaloradas. A ellos se unió María Jesús Vilches. Necesitaban un lugar físico para poder ponerlo en marcha y encontraron una masía abandonada en el término municipal de Caudiel. “En aquella época era como ir a contracorriente pero recuperamos la vivienda y empezamos a desarrollar nuestro proyecto”, explica María Jesús.
Así nació la marca Mas de Noguera, una cooperativa pionera en la Comunitat Valenciana como centro educativo agroambiental, que tenía como objetivo socializar esos conocimientos sobre medio ambiente, agricultura ecológica, desarrollo rural sostenible y energías renovables e impulsar una renovación pedagógica en la que se incluyesen esos conceptos y su desarrollo en el currículum escolar. “Costó mucho sacar adelante el proyecto, y con esfuerzo y mucho trabajo y alguna subvención por parte de las diferentes administraciones se ha consolidado una iniciativa que tiene como valor el reconocimiento de las personas”, explica la presidenta de la cooperativa.
El proyecto se inició con cuatro personas, profesionales del sector de la educación y de artes y oficios, y en la actualidad trabajan en él unas 20 de una manera, más o menos fija, aunque el equipo estable son 12 trabajadores, la mayoría de la zona. “En nuestro planteamiento, uno de los objetivos es que las personas que trabajen aquí sea gente de la comarca”, indica María Jesús, quien señala que hay gente de municipios como Caudiel o Jérica. Otra cosa que resalta una de las fundadoras de la cooperativa es que “durante toda la trayectoria del Mas de Noguera ha habido muchas personas que han formado parte del equipo y que eran de Castelló o València, les ha gustado la zona y se han quedado a vivir en municipios de la comarca”.
Por las instalaciones de Mas de Noguera han pasado durante estos años miles de niños, niñas y familias enteras, que aprovechan las estancias de educación ambiental, los talleres o las excursiones por la naturaleza, con un objetivo que hoy sigue vigente. Para María Jesús, el trabajo que se hace en Mas de Noguera “es muy importante porque los maestros y profesores lo pueden aprovechar para las aulas de los colegios y pueden complementar la formación que se les da en las escuelas”. Las visitas de los escolares suelen ser más asiduas entre los meses de febrero y junio y normalmente son de la zona de Castelló y València, aunque escuelas de otras zonas como Alicante y Cataluña también han visitado las instalaciones. A nivel internacional, hay que destacar que un grupo de estudiantes universitarios austriacos también aprovechó las opciones formativas en las instalaciones ubicadas en Caudiel para instruirse.
La utopía ha dado paso a la realidad y el proyecto está consolidado. Además, las instalaciones de la cooperativa y sus inquilinos han logrado un modelo de autogestión en lo que se refiere a cuestiones energéticas y de agua. “Tenemos placas fotovoltaicas para tener luz, placas térmicas para el calentador de agua, y también un molino de viento que nos ofrece todo lo que necesitamos, además de agua que proviene de un manantial, la cual tratamos adecuadamente para que sea potable. “No dependemos de compañía eléctrica alguna para abastecernos e incluso tenemos una depuradora que hemos construido nosotros y la cual tiene todos los controles sanitarios en regla.”
Y es que la bandera de la sostenibilidad es uno de los ejes del proyecto, un valor que se transmite a los escolares y a las familias “de una forma cooperativa, la forma más coherente de hacerlo”, piensa Vilches. La responsable del Mas de Noguera considera que “ha habido una evolución importante en lo que respecta a la educación ambiental, alimentación sostenible y consumo responsable, pero aún queda mucho por hacer” comenta. Dentro de ese esquema, el impulso de los proyectos que suponen un desarrollo sostenible es connatural a Mas de Noguera. Y todos ellos tienen como objetivo el desarrollo y defensa de las zonas rurales y la lucha por la despoblación.
“Ahora parece que con la pandemia la gente ha vuelto un poco a los pueblos pero aún no somos capaces de valorar todo lo que tenemos y que podemos ser autosuficientes, y antes traemos alguna cosa de fuera que adquirirla en comercios de proximidad o directamente al productor, hecho que ha obligado a las personas que vivían en el mundo rural a abandonar la agricultura y la ganadería”. Además, explica María Jesús, “poco se está haciendo para que las zonas rurales tengan sus necesidades y servicios cubiertos y sean polo de atracción para la gente”. La socia de la cooperativa pone un ejemplo y señala que el Mas de Noguera tiene ahora un problema con el teléfono, “ya que como a las compañías no les interesa tener el cableado solo por nosotros nos dicen que nos lo quitarán, pero en esta zona la cobertura de móvil a veces falla, por lo que nos quedaríamos aislados”.
La alimentación es un aspecto a tener muy en cuenta para los responsables del proyecto, “enfocado a un concepto de consumo responsable que permita respirar a nuestro medio ambiente, que está bastante tocado y con ello concienciar a la sociedad de que es necesario que cada uno aporte para revertir el cambio climático” asegura María Jesús. Por ello, la mayoría de las materias primas y de los productos que se utilizan se generan en las tierras de la masía. Así, hay huertos de donde se recogen las verduras, algunos frutales, animales como vacas o gallinas que aportan leche y huevos a la comunidad, un horno de leña y también se practica la apicultura y se realizan catas de miel.
Los procesos de producción sostenible de alimentos y la colaboración de tareas relacionadas con el entorno rural son actividades que realizan los escolares y las familias que visitan Mas de Noguera. “Trabajamos el huerto con los niños y niñas y también les animamos a que participen de dar comida a las vacas, de ordeñarlas y de recoger los huevos de las gallinas”, dice Vilches. Para concienciar sobre el consumo responsable y la alimentación sostenible, desde la cooperativa han creado el proyecto Crea.e, dirigido a la comunidad educativa que pretende desarrollar objetivos, metodologías y actividades como medio para la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.
Otra de las iniciativas desarrolladas es el agroturismo, la otra pata de Más de Noguera, “que está enfocada a un concepto inicial de turismo rural como experiencia, que se empieza a perder, y en la que el visitante comparte su día a día con nosotros y establece vínculos con los animales que tenemos, las vacas, las gallinas, etcétera, no como en la actualidad que solo se va a descansar”, indica Vilches.
Ahora, 40 años después de la puesta en marcha de Mas de Noguera, “se percibe esa historia de ilusiones cumplidas”, que parece que tendrán su continuidad porque varios de los actuales trabajadores han decidido hacerse cargo del proyecto cuando los impulsores se jubilen.