CASTELLÓ. Entre los muchos sectores maltratados por la pandemia, la pirotecnia es uno de los que peor lo está pasando. Con los espectáculos suspendidos durante buena parte de la crisis y sin fiestas en las localidades, a las empresas les ha tocado buscar los ingresos donde buenamente han podido. Y así ha hecho una de las firmas más conocidas.
Pirotecnia Martí, reconocida mundialmente por la calidad de sus fuegos artificiales, ha podido "soportar un poco mejor" la caída de facturación gracias a sus ventas en el extranjero. Y piensa incidir en ello para crecer a partir de ahora. Aunque hace "cuatro o cinco años que comenzamos a trabajar" fuera de las fronteras españolas, no ha sido hasta la pandemia cuando sus ventas foráneas han vivido un "boom". "Nos hemos dado a conocer", señala su responsable, Reyes Martí.
Así, a los mercados con los que viene trabajando -"Suecia, Francia y Reino Unido"-, esperan añadir "muchos más", pero Martí prefiere no dar pistas a la competencia. De momento, su actividad se limita a vender producto (su color es muy demandado, destaca) para que otras compañías lo disparen: "Hay muchas y con mucho renombre".
"La gente no se imagina todo lo que se dispara por ahí", señala la pirotécnica burrianense, quien incide además en que los precios son adecuados, "no como aquí". "El mercado es completamente diferente, nos pagan como artistas, y aquí somos el último mono", se lamenta cuando recuerda las ayudas que han llegado al sector. "Encima -se queja- si un castillo se suspende por causas ajenas no lo cobras y los pagos siempre se retrasan: todavía tengo facturas sin cobrar del 8 de octubre".
Todo ello, unido a la caída de facturación derivada del coronavirus, ha provocado que la compañía de Burriana tuviese que aplicar un ERTE. De las siete personas que trabajaban se han quedado en tres, y algunas han encontrado trabajo en otros sectores, con lo que ya no han vuelto. "Ahora que hay un poquito de faena, lo suplimos haciendo más horas", reconoce.
Esto ha provocado además que los planes de crecimiento de la compañía cayesen en saco roto. El último año previo a la crisis facturaron "600.000 euros" y la previsión era, tras crecer en 2020, "superar en este el millón". Pero evidentemente esto no será posible.
A pesar de ello, las previsiones con las que vuelve a trabajar la compañía burrianense son buenas. Gracias al crecimiento en el extranjero, y cuando el mercado nacional comience a resurgir, Martí prevé incrementar la plantilla hasta contar con una quincena de trabajadores. De ahí que siga adelante con los trámites para ampliar sus instalaciones de fabricación y almacenaje, ubicadas en Onda.
El cambio, necesario para adaptarse a la normativa, también conllevará que se multiplique la capacidad de la firma: "De 3.000 kilos de pólvora de capacidad de almacenamiento, pasaremos a 25.000", asegura Reyes Martí. Pero esto no lo podrá hacer de una sola vez, sino que las obras se llevarán a cabo por fases. No en vano, la inversión prevista -la pirotécnica estima al menos un millón de euros- es "muy importante" para una empresa de su tamaño, indica.
Así las cosas, con el objetivo de llegar "a todo el mundo", la firma de Borriana, que ha sufrido en sus carnes la pandemia, sigue adelante con el proyecto... y con afán renovado: "Hemos aprovechado la pandemia, ya que no se podía hacer nada, para innovar y ahora todo se hace con cartón, ya no hay plástico, y todos nuestros residuos son biodegradables", destaca con orgullo.