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crónica por los otros / OPINIÓN

A la mamá no se le dan las gracias

Existen tantas madres o perfiles de madres como queramos buscar y encontrar. Existen tantos tipos de relaciones materno-filiales como personas habitamos en este planeta. Cada persona tenemos una relación única e irrepetible  con nuestra madre o la figura que asume el papel de madre. Hay madres y madres.  

6/05/2023 - 

Hay madres que buscan ser madres y lo desean, y madres que no lo buscaban o  que sencillamente no lo desean. Hay madres que no se reconocen como madres y otras madres que no saben salir de su papel de madres.  Madres que no reconocen a sus hijas e hijos, madres que desarrollan ese amor incondicional antes que nazcan sus bebés.  Madres entregadas, madres absorbentes, madres ocupadas, madres despreocupadas, madres maravillosas y madres que no lo son.

También hay relaciones con nuestras madres sanas, toxicas, lejanas , cercanas, estrechas, distantes… hay todo tipo de relaciones y cada persona  que ha tenido madre puede hablar y analizar la suya propia.  Con motivo del Día de la Madre he estado hablando con mi gente más cercana sobre la figura de la madre en sus familias. Me encanta descubrir que entre las gente más cercana tengamos madres , perfiles de madres y relaciones con nuestras madres que nada tienen que ver. Cada historia es diferente, cada una la vivimos de una manera y  las hay para todos los gustos. 

En mi reflexión como madre,  sobre mi madre  y el papel que tiene mi madre en mi vida de madre  me doy cuenta que aunque siempre ha sido mi gran pilar,  a  día de hoy,  como madre monoparental de tres niñas puedo decir que la figura de mi madre en mi vida es vital y necesaria para poder vivir como vivo.  

Dada mi condición de madre monoparental , el papel de mi madre es vital e imprescindible . No sé como podría haber sobrevivido esta etapa de “tri-mamá” sin la ayuda de mi madre.

Mi madre es una madre de las de toda la vida, un regalo de la vida. Es una madre de las que tiene “ caldo en la nevera” como diría Rigoberta Bandini . Mi madre hace mi vida fácil y mejor en todos los sentidos. Mi madre  me transmite seguridad, fuerza, cariño y amor por partes iguales.  Nunca he sentido haberle defraudado ni nunca me he sentido cuestionada por ella. 

Mi madre es bonita por dentro y por fuera. La mejor madre que yo  podría tener e imaginar y que me hace sentir tremendamente afortunada y orgullosa de tenerla. Una madre que asume también  el papel de “otra mamá” con mis tres hijas.  En definitiva, es una madre de manual . Una madre a la que adoro, una madre que idealizo y  que admiro,  y una madre a la que nunca podré parecerme por motivos que no vienen al caso. 

Me resulta curioso que siendo madre e  hija no podemos ser más diferentes ni haber tenido vidas tan diferentes sin habernos dejado de cuidarnos ni de apoyarnos. Y es que  mientras ella siempre me ha apoyado y animado en cada una de las decisiones que he tomado hasta la fecha,  yo siempre intento cuidarla a pesar de mi egoísmo innato como hija. 

Foto: Ana Mansergas Mi madre y yo seguimos instaladas en el papel de madre e hija a pesar de nuestra edad y a pesar de  ser yo madre de tres niñas también,  es un papel que no lo podemos evitar y en el que las dos nos sentimos cómodas y nos buscamos. Un rol que también os genera muchos problemas. 

Todavía no hemos pasado a la siguiente etapa de ser yo quien la pueda cuidar. La vida sigue siendo generosa con nosotras y la salud nos acompaña y  es mi madre quien sigue en su papel de madre y  me sigue cuidando a mi y a mis hijas.  Tengo que decir que una madre joven para mi edad,  nos  llevamos poco más de 20 años pues ella fue una madre que eligió formar su familia  bien joven mientras que  a mi siempre me aconsejó que, antes de formar mi familia propia,  viviera y disfrutara todo lo que pudiera… y así fue.  Decidí empezar mi maternidad con 38 años. 

Bien es cierto que seguir instaladas en nuestros papeles de madre e hija también nos genera muchos problemas pues tenemos caracteres diferentes y porque ya no corresponde con nuestros modelos de familia ni obligaciones familiares. Pero es una relación que la dos buscamos, permitimos y  que no salimos de ella. Nuestra relación no se ha basado nunca en el divertimento, en el ocio y en la vida social… nuestra relación se sustenta en el día a día de la casa, lo doméstico, la vida de puertas para dentro.  

Mi papel como madre

No sé qué madre seré yo el día de mañana para mis hijas, qué relación desarrollaremos con los años  o qué pensarán ellas de mi pero a día de hoy soy una madre entregada que vivo por y para mis tres hijas,  por las que no puedo sentir más amor y que son el eje y el centro de mi vida. En este momento vital donde la maternidad triple para mi sola me ha desbordado y todavía estoy recomponiendo las piezas de mi nueva familia, me cuesta soltar y salir del papel de madre que ahora me absorbe y envuelve cada movimiento.   

Como madre que soy siempre me comparo con la mía y me resulta difícil identificarme con mi madre en nuestro papel de madres pues tenemos modelos de familia distintos y hemos sido madres en contextos y  momentos vitales diferentes. 

Yo hablaré hoy desde mi experiencia de madre monoparental de tres niñas: una de 7 años recién cumplidos  y dos mellizas  de año y medio . Dos maternidades  totalmente distintas y que nada han tenido que ver. Dos maternidades que siendo la misma persona y la misma madre para mis tres hijas las he vivido con enfoques totalmente diferentes. Una maternidad  sin planificar y de ensueño; y la segunda maternidad deseada , buscada y tremendamente dura si la comparo con la primera y siendo consciente que hablo con la perspectiva del “ primer mundo” ( no me gusta perder el norte en este aspecto).  

   

Cuando recuerdo los primeros meses de mi segunda maternidad , no sé cómo hubiera salido adelante sin ella.  Mi madre no sólo me apoyaba en casa , sino que ella fue quien tomó las riendas de mi casa y de mi familia cuando yo no tenía fuerzas para hacerlo.  Mi madre se convirtió en el eje de mi casa, sacó adelante mi familia y fue ella la que conseguía que las cosas funcionaran, la que montó la logística necesaria y la que me contagiaba su  alegría y felicidad a todas horas. No tendré vidas suficientes para devolverle a mi madre toda una vida dedicada a mi , mis hijas y nuestra familia… Aunque como dice mi querida amiga Carmen: “a la mamá no se le dan las gracias “.  

Si bien mi madre ha sido uno de los pilares de mi vida, desde que yo he sido madre ha sido  la pieza fundamental de mi nueva familia.

Con motivo del Día de la Madre, he querido reflexionar sobre la figura de la madre en general y permitirme la licencia de hablar de la mía en particular.  Una efeméride de nuevo cuestionada por parte de la sociedad dado  los modelos nuevos de familia  donde hay familias que, por elección ,  no tienen  figura de la madre y no me gustaría se sintieran excluidas.  Si bien se cuestiona el Día del Padre cuando toca, les invito a reflexionar sobre el Día de la Madre. Una efeméride que  no tiene que representar  a las personas que no se sientan identificadas. 

La semana que viene… más! 

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