VALENCIA. La primera jornada del Debate de Política General celebrado este miércoles en Les Corts Valencianes no fue cómodo para el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Los ataques de los líderes de la oposición, Isabel Bonig (PPCV) y Alexis Marí (C's), fueron directos a la línea de flotación del Consell surgido del Pacto del Botànic sellado hace ya un año y tres meses.
El jefe del Consell tejió un discurso correcto, extenso e institucional con un tono más bien plano, sin demasiado espacio para la emoción y con pocas medidas novedosas. Bien es cierto que la exposición pública del Gobierno que dirige ha sido más constante y continuada que la de anteriores Ejecutivos del PP: ejemplo de ello son cumbres como el Seminari de Torrevieja celebrado en julio, donde se expusieron los ejes para los próximos seis meses de gobierno. Tal vez por ello dio la sensación de que faltaba cierta pólvora en el aspecto propositivo en el grueso de la intervención de Puig, quien no obstante se valió de su temple sosegado y de su carácter presidencialista para dotar a su discurso de la sobriedad y dignidad necesarias.
No obstante, el presidente de la Generalitat se encontró con que la portavoz del PP, Isabel Bonig, subió a la trona con ganas de morder al actual Consell. La síndica popular bombardeó con toda suerte de cifras -bien es cierto que algunas de ellas de dudosa credibilidad- al Gobierno valenciano que lideran PSPV y Compromís. Sus críticas, en la mayoría de los casos contundentes, fueron hiladas de manera coherente -un aspecto que Bonig ha mejorado- y mezcladas con algunos dardos acertados dirigidos a Puig y también a la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, que se revolvía en su asiento y le apuntaba datos al presidente en los asuntos referidos a su conselleria. Se respiraban sus ganas de saltar del banquillo a la cancha para responder en primera persona a Bonig.
Así, tal y como informó este diario en su día, un parte importante del discurso de Bonig se centró en los ataques al "victimismo" y al mestizaje, causa de "la paralización y el caos en la gestión" y que, a su juicio, obliga a Puig a ser "rehén de populistas, demagogos, radicales y sectarios". En esta línea, una de las consellerias más criticada por la síndica popular fue la de Economía, precisamente donde más problemas han surgido a causa del citado mestizaje: "El conseller nos vende como medida estrella un nuevo modelo productivo... que estará listo dentro de 30 años. Seguro que usted todavía es líder del PSPV", ironizó Bonig en su intervención, quien mencionó en diversos momentos el "desastre" en la gestión de los horarios comerciales también de esta cartera. Cuestión a la que se sumó y con la que bromeó el líder de Ciudadanos, Alexis Marí, cuando dijo que para saber si los comercios abrían o no los domingos, debían llamar "a El Corte Inglés" en vez de al conseller o al president de la Generalitat.
Las áreas sociales también fueron foco de críticas para la portavoz popular para calificar de "bluf" el Pacto del Botánico y asegurar, con una retahíla de cifras que no obtuvieron respuesta, que el número de desahucios en la Comunitat Valenciana había aumentado, o recalcando que la Renta Garantizada de Ciudadanía estuvo "un año sin pagar hasta que llegó el FLA que ustedes critican".
En ese punto, y tras asegurar -ante la incredulidad de Oltra- que la lista de dependencia se había "multiplicado por siete", afirmó que el actual Consell "tiene abandonados a los mayores dependientes y se comporta como los buitres esperando que la gente muera para no pagarles". Una afirmación que provocó un abucheo de la bancada de PSPV y Compromís esperada por Bonig, quien replicó: "Estoy citando palabras que nos dedicó la ahora vicepresidenta, Mónica Oltra, aquí en Les Corts el 5 de marzo de 2014", en un golpe de efecto que fue vitoreado por el grupo popular.
Por otro lado, como era de esperar, la portavoz del PP coló su alegato a la enseñanza concertada esgrimiendo "la libertad para que los padres elijan el colegio al que llevar a sus hijos", recriminó que el Consell no haya reducido las tasas universitarias y les acusó de haber destinado un millón de euros para la creación de 29 barracones.
Finalmente, Bonig concluyó su intervención acusando al Gobierno valenciano de "no escuchar la voz del pueblo" y desplegar un "catálogo de mentiras" que les están "desangrando en votos en el primer año del supuesto renacimiento". "Señor Puig, está usted cada vez más cerca de ser el próximo vocal del Consell Jurídic Consultiu", sentenció.
En el turno de réplica, el presidente de la Generalitat no estuvo, en líneas generales, demasiado fino. Pidió la colaboración de todos los grupos para "levantar la hipoteca reputacional" de la Comunitat, uno de los mantras de Puig, además de recordarle a Bonig que la "culpa" de la situación de los valencianos es "la herencia recibida".
En esta línea, al inicio de su intervención quemó las naves sacando a colación la corrupción y la situación de Rita Barberá, para después afear el uso de datos que hacía Bonig, ejemplificándolo en las cifras de asesores de los que disponía el Consell: la líder del PP los situó en 160 cuando en realidad no llegan a la mitad. No obstante, el jefe del Consell se dispersó en cierto modo en este turno, sin llegar a desmontar con cifras claras o de una manera esquemática las acometidas de Bonig. Sí se preocupó de defenderse sobre algunas acusaciones concretas sobre la construcción de barracones o los acuerdos de disponibilidad, donde sí mencionó datos concretos, pero en general, la intervención del presidente resultó algo deslavazada.
Una circunstancia que sirvió para que Bonig elevara el turno en la dúplica, muy jaleada por su bancada, en lo que pasó a ser un cruce de acusaciones más típica de cualquier sesión de control que de un Debate de Política General. El presidente, por su parte, tuvo algún fogonazo al mencionar la corrupción del PP o en cuestiones identitarias, al defenderse de las acusaciones de Bonig sobre "sectarismo" replicando: "Ustedes sí fueron sectarios al considerar cuando gobernaban que había unos valencianos buenos y otros malos", espetó, en la que fue una de sus frases más celebradas.
En una línea similar a la de Bonig continuó por la tarde el líder de Ciudadanos en Les Corts, Alexis Marí, que acusó al president de la Generalitat de crear "falsas expectativas" a los valencianos y de "rescatar solo a su gente" con la política de "enchufismos". Marí, que avanzó que con el cambio del gobierno autonómico tras las elecciones de mayo de 2015 su grupo se sintió esperanzado con "un cambio de aires y un cambio político que era más que necesario en la Comunitat donde se respiraba opacidad abuso de poder y corrupción", endureció su discurso para mostrarse crítico con las actuaciones del Consell durante más de un año de gobierno.
Educación y Sanidad fueron las áreas sobre las que trazó las líneas maestras de su discurso. Por lo que respecta a la primera, Marí criticó que el Consell apueste por "adoctrinamiento e imposición" y criticaba desde la construcción de los 29 barracones a los que se refería Bonig, pasando por las polémicas becas, el decreto de plurilingüismo y las protestas de la escuela concertada. Y en lo referente a Sanidad, Marí salió al paso del anuncio de la reversión del sistema de concesiones sanitarias "sin ningún dato objetivo". Así, trasladó al president de la Generalitat que lo necesario era contratar una auditoría por concurso público que demostrase que un modelo es mejor que otro.
En esta línea afeó a Puig que no tuviera en cuenta "la opinión del ciudadano" y otros aspectos como las listas de espera. Por lo tanto, "no se ha reunido a todos los actores implicados" y demuestra que el jefe del Consell "no está preparado para hacer nueva política, sino vieja". Y cerraba este capítulo lanzándole una cuestión a Puig: "¿Cómo piensa pagar la reversión?".
Tampoco faltaron en su discurso las críticas por la falta de consenso por lo que respecta a RTVV. "Con la sindicatura de cuentas, fruto de la confianza, nos pusimos de acuerdo en día y medio", recordó. En este sentido, el líder de la formación naranja lamentó que el PSPV no les trasladara que su nueva propuesta a candidato a presidente del Consejo Rector de RTVV, Enrique Soriano, fuese un ex alto cargo en el gobierno de Lerma.
Después, y tras insistir en que su grupo coincide con el Consell en que la Comunitat está mal financiada, Marí pidió a Puig que abandonara "el eterno lamento" y pusiera a la Conselleria de Economía a trabajar en una mejor gestión, aunque "este trabajo supondría al conseller hacer algo más que convertir esa conselleria en un caos".
Antes de abandonar la tribuna, Marí parafraseaba a la portavoz del Partido Popular, Isabel Bonig, para avisarle a Puig de que está "muy bien acudir a actos y pisar moquetas", pero era necesario mejorar la gestión. Por lo que recomendó al president que si estaba aquí "para gestionar y no sabe gestionar, debe marcharse y dejar paso a otra persona que seguramente lo hará mejor que usted" pasando a recomendar a toda la bancada del Consell -la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, el conseller de Hacienda, Vicente Soler, la consellera de Justicia, Gabriela Bravo...- pero evitando al conseller de Educación, Vicent Marzà. "A Marzà lo evito", ironizó antes de volver a su asiento.
Por su parte, el president de la Generalitat tan sólo declinó el ofrecimiento de Marí de "irse de retiro espiritual" o "convocar elecciones" asegurando que su gobierno iba a hacer "lo posible por que los valencianos vivan mejor, como hemos hecho hasta ahora".
Después de asegurar que, pese a que sabía que "las cosas estaban mal, pero tan mal no", Puig dio paso a las cifras e indicó que este año "ha disminuido el 40% de la pobreza severa" y también señaló que todos los altos cargos "cuestan menos de un euro por ciudadanos" en referencia a las acusaciones de Marí.