VALÈNCIA. La Universidad Católica de Valencia (UCV) presentó ayer su nuevo proyecto de investigación, innovación clínica y formación sobre salud y resiliencia cerebral, dirigido por investigadores de la Universidad, con el asesoramiento científico del catedrático de Harvard Álvaro Pascual-Leone, uno de los mayores expertos a nivel internacional del campo de la neurología. Esta iniciativa pretende convertir a Valencia en centro de referencia mundial en la prevención y tratamiento de enfermedades psiquiátricas y neurológicas.
El proyecto, llamado Brain Health and Resilience Valencia Challenge (El desafío de Valencia por la Salud y la Resiliencia Cerebral), fue presentado por el vicerrector de Investigación de la UCV e investigador principal del proyecto, José María Tormo, y el catedrático Pascual-Leone en una jornada en la que destacaron los principales objetivos de iniciativa: mantener la capacidad funcional óptima del cerebro en cada persona a lo largo de su vida y prevenir problemas cognitivos, así como promover la resiliencia cerebral para minimizar sus daños en pacientes con patologías neurológicas y psiquiátricas.
"La expectativa de vida ha aumentado gracias a avances de la salud pública, pero añadir años a la vida no quiere decir que añadamos vida a los años", reflexionó Pascual-Leone, que explicó que por cada año más de vida que se obtiene, 9 meses son de discapacidad. "Lo que estamos haciendo es sufrir durante más tiempo en vez de conseguir el bienestar", expuso. Con ello, explicó la necesidad de una investigación capaz de "prevenir enfermedades, aumentar reserva cerebral y promover la resiliencia", cuestiones que pasan por tener en cuenta indicadores como la nutrición, el ejercicio, el sueño, la actividad cognitiva, la socialización, la salud general y el plan vital de cada persona.
En cifras, la importancia de las enfermedades cognitivas es relevante hasta el punto de que, según la OMS, 5 de las 10 enfermedades con mayor repercusión son enfermedades cerebrales que generan un alto grado de discapacidad. Se estima que una de cada tres personas sufre algún tipo de trastorno neurológico: más de 15 millones en España y más de un millón y medio en la Comunidad Valenciana. Las demencias, y entre ellas la enfermedad de alzhéimer (60% de los casos), constituyen el problema con mayor impacto de entre todas las enfermedades neurológicas. El número de personas afectadas en España supera las 700.000 entre los mayores de 40 años. En 2050, este número se habrá duplicado y se acercará a los dos millones de personas (200.000 en la Comunidad Valenciana).
Por ello, desde la UCV aseguran que la "prioridad de la investigación biomédica" en el presente siglo debe ser mantener la funcionalidad del sistema nervioso. "Hasta la fecha, la aproximación tradicional en medicina a estas patologías se ha centrado en buscar el diagnóstico precoz de la enfermedad. Sin embargo, el daño estructural antecede en más de una década a la aparición de los síntomas en la mayor parte de enfermedades cerebrales, por lo que resulta necesario realizar un cambio de estrategia para identificar marcadores biológicos de salud que permitan diseñar nuevas estrategias de intervención", explicó Tormos.
"Estamos actuando demasiado tarde y perdiendo la oportunidad de prevenir, anticiparnos y modificar aquellas cosas que nos pueden ayudar a resistir mejor", apuntó Tormo. Este es, por tanto, el reto de la UCV: disponer de indicadores de salud y resiliencia cerebral para desarrollar programas de monitorización, identificar nuevas dianas terapéuticas, así como diseñar estrategias de intervención para modificar y optimizar estilos de vida relacionados con la salud cerebral.
"Si tienes un sentido de vida y una coherencia, la capacidad de resistencia del cerebro es mayor. Lo decía Víctor Frank: si tienes un porqué para vivir, encontrarás casi siempre el cómo. Hay redes neurales que se benefician de esta resiliencia, y nuestro reto es encontrarlas y poder trabajar con ellas", señaló Tormos. Se trata, por tanto, "de entender cómo podemos añadir vida a los años que vivimos", añadió. Sobre el estilo de vida, Pascual-Leone destacó la importancia de contar con una buena alimentación, realizar ejercicio físico, controlar los factores de riesgo cardiovascular, "salir de la zona de confort y enfrentarnos a nuevos retos", así como tener en cuenta la importancia del sueño, "que juega un papel importante en limpiar el cerebro de toxinas y solidificar conexiones".
El investigador principal del proyecto lo definió como "un desafío para València y para los valencianos con el objetivo de mantener la capacidad funcional del cerebro a lo largo de su vida". Para conseguirlo se ha formado un grupo de investigación centralizado en la UCV, pero bajo un concepto de ciencia abierta, es decir, invitando a participar a otras universidades, instituciones y fundaciones internacionales.
Desde la UCV insisten en convertir el 'Cap i Casal' en un nodo de referencia internacional para el estudio de la resiliencia y de la salud cerebral "desde todas las perspectivas y con todos los recursos posibles". "No es un proyecto de la UCV, es una iniciativa para hacer partícipe a toda la comunidad científica de la Comunitat, de España y con propósito colaborativo a nivel internacional", expuso Tormos.
"No solo queremos aprender, sino trasladar todo el conocimiento a programas clínicos desde hoy, para que esté a la disposición de las personas y mejorar así el funcionamiento de su cerebro", añadió el vicerrector de Investigación de la UCV, que tiene la esperanza de que el proyecto "ayude durante mucho tiempo a mejorar la calidad de vida de las personas de la Comunitat". Unas palabras en consonancia con las de Pascual-Leone, que insistió en la idea de "crear un ecosistema en el que la gente se beneficie ahora y aprendamos cosas para que en el futuro se beneficien aún más".
En un primer momento, se recabarán datos en tres cohortes poblacionales representativas que sumarán más de 9.000 participantes: personas sanas de más de 40 años, para estudiar marcadores biológicos y comportamentales relacionados con la salud cerebral; pacientes con enfermedades neurológicas y psiquiátricas, de más de 40 años, para caracterizar componentes individuales relacionados con mecanismos de resiliencia e identificar nuevas dianas terapéuticas; y jóvenes, de entre 18 y 39 años, para estudiar el impacto de los estilos de vida sobre la salud cerebral a corto y largo plazo.
En todo caso, desde la UCV no se ponen límites y abren la mirada a otros entornos y un mayor número de participantes si se da la ocasión: "Cuántas más personas consigamos mejor será para todos. La idea es que dentro de 80 años todo el mundo tenga acceso a los beneficios de este estudio".
De hecho, participar en este estudio es muy sencillo, comentan desde la UCV, puesto que con un teléfono móvil y algo de tiempo se pueden responder "desde el sillón de casa" una serie de cuestionarios que pueden ayudar a mejorar los conocimientos sobre las enfermedades cerebrales. No obstante, el programa abarca procesos más complejos que la realización de cuestionarios. Por ello, las personas que quieran ir más allá "podrán participar en estudios con muestras de resonancia y médicas", todo ello permitirá "crear un banco de pruebas y contar con suficiente número de datos para, con el uso de la Inteligencia Artificial, abordar este problema a nivel internacional", explicó el vicerrector en la jornada de ayer.
Desde el primer momento, se ha querido trasladar este desafío a la clínica, por lo que las Clínicas UCV ya cuentan con una Unidad de Salud Cerebral donde aplican los descubrimientos habidos hasta la fecha. Para ello, se emplea la tecnología más puntera, desde un tratamiento multidisciplinar que abarca la medicina, la fisioterapia, la psicología, la nutrición, la actividad física y el deporte y la terapia ocupacional. La atención personalizada incluye la asistencia y el apoyo continuos a la familia y a los cuidadores.
Así, el programa de estimulación cerebral no invasiva está dirigido a personas que han sufrido un ictus, padecen alzhéimer o párkinson, entre otras patologías, reduciendo el impacto de la discapacidad que les pudieran ocasionar. Por otro lado, el programa de promoción de estilos de vida saludables se ofrece a personas sanas de cualquier edad que quieren cuidar su memoria, optimizar sus funciones cognitivas y mantener su equilibrio emocional para poder lograr sus metas y propósitos vitales. Es por ello que ayuda a cada individuo a definir prescripciones personalizadas que pueden incluir la actividad física, la nutrición, el sueño, el ocio y la actividad social.
Finalmente, Brain Health and Resilience Valencia Challenge tiene una proyección académica. Así, en enero comenzará a impartirse el Máster de Salud Cerebral, centrado en técnicas y estrategias de rehabilitación neuropsicológica, estimulación y entrenamiento cognitivo, técnicas avanzadas de neuromodulación para su aplicación en investigación y en entornos terapéuticos, además de formación específica en motivación.
El nuevo título está dirigido a graduados en Psicología, Medicina, Trabajo Social, Terapia Ocupacional y Fisioterapia. "No podemos formar a las personas en parcelas muy específicas y decirles luego que colaboren, tenemos que formarles en la colaboración", expuso el vicerrector de Investigación de la UCV sobre la importancia de estos nuevos estudios en esta universidad valenciana.