VALÈNCIA. Era marzo de 1938, cuando la amenaza de la Guerra Civil Española llegó a Aragón y el escenario bélico se trasladó a Valencia, capital de la República. Un capítulo crítico de la historia valenciana en el que de la necesidad de protección, surgió un intrincado plan defensivo con tres líneas estratégicas. Un capítulo al que nos regresa la fascinante historia de las trincheras de Montalbana, una joya olvidada en la Línea Intermedia de defensa.
Atravesando la geografía valenciana, las líneas X.Y.Z., Puig–Carasols e Intermedia se convirtieron en escudos ante la amenaza franquista. La Línea X.Y.Z., la más distante a Valencia, consiguió la gloria de resistir los embates enemigos. En su sombra, la menos conocida Línea Intermedia, 3,44 km que se extienden por Titaguas, Tuéjar, Chelva, Alpuente y otros rincones de la Serranía, quedaron en la penumbra de la historia.
Es en Titaguas, en la Sierra de la Montalbana, donde esta historia cobra vida. Guiado por anécdotas de su padre, Iván Hernández, exconcejal y vecino del municipio, buscó entre las huellas del tiempo y reveló un escenario único: 40 metros de fosa, un refugio antiaéreo, dos abrigos y un puesto de tirador. Trincheras a cielo abierto y refugios antiaéreos emergieron del olvido, gracias a su determinación. Fue entonces cuando el Ayuntamiento de Titaguas decidió realizar trabajos arqueológicos , con la ayuda de la Diputació de València, para desenterrar un tesoro perdido.
Durante tres años se han recuperado 125 metros de trincheras, un refugio antiaéreo, un nido de ametralladora y un puesto de tirador. En la Loma del Águila, estos vestigios narran el capítulo menos explorado de la defensa republicana. Desde la vertiente sur de la Sierra de la Montalbana, las trincheras controlaban el Campo de Benacacira, un testigo silencioso de la historia.
La Batalla de Levante en julio de 1938 marcó el momento crucial. Perdido el frente de Aragón, la amenaza avanzaba hacia Valencia. La defensa pasiva y la del territorio se entrelazaron, guiadas por el general Vicente Rojo y el diputado Julio Just. Tres líneas defensivas tomaron forma: X.Y.Z., la victoriosa; Puig–Carasols, la más cercana a Valencia; e Intermedia, la menos conocida y hoy objeto de la trinchera de la Montalbana.
En el Cerro del Águila, Titaguas fue testigo de la construcción de estas defensas en 1938. El diseño del refugio aéreo, que se divide en dos niveles y cuenta con zigzags para una defensa eficiente, controlaba el Campo de Benacacira. Alambre de espino, abrigos y detalles meticulosos de 1938 se conservan en las excavaciones arqueológicas, dirigidas por Juan José Ruiz, arqueólogo y director de estas labores, nos permiten dar una vista al pasado y revivir la persecución bélica.
El nuevo sendero que une Titaguas con las trincheras es ahora un portal a la historia, acompañado de carteles explicativos que permiten realizar un viaje que nos transporta a 1938. A su vez, la próxima narración que promete el equipo de arqueología in situ permitirá a los visitantes conocer los detalles de este espacio abierto en plena comarca de los Serranos.
La valiosa labor de preservación y divulgación realizada por el Ayuntamiento de Titaguas y los arqueólogos ha permitido disfrutar de un relato que nos invita a caminar entre las sombras del pasado, donde cada trinchera es un eslabón perdido de nuestra memoria colectiva.
Este mismo jueves 1 de febrero culminaba la cuarta fase de la recuperación arqueológica y puesta en valor de las trincheras enLa Montalbana. Financiado en su totalidad por la subvención de Recuperación de la Memoria Histórica de la Diputación de Valencia, con un importe total de 18.646,70€, estas labores se llevaron a cabo en tres fases fundamentales. Desde diciembre de 2020, se han efectuado cuatro campañas, que han tenido como resultado la documentación de las cuatro unidades estratigráficas que abarcan diversas fases de época contemporánea.
Las excavaciones revelaron una riqueza de detalles. Desde la fase inicial, donde se descubrió un refugio, hasta las fases posteriores donde emergió un nido de ametralladora, resguardado aún por alambre de espino. La ubicación estratégica en dos niveles del cerro, con una línea de trincheras en la zona baja y otra más arriba con el nido de ametralladora, se convierte en testigo de la planificación defensiva.
Fruto de cuatro campañas arqueológicas, se ha extraído información valiosa sobre el funcionamiento de las trincheras en la Loma del Águila. Los elementos defensivos documentados en la zona inferior y superior, junto con la creación de un sendero local y paneles explicativos, permiten ahora a los visitantes sumergirse en este capítulo olvidado de la historia. Las estructuras documentadas, catalogadas como Bien de Relevancia Local, continúan revelando secretos de la Línea Intermedia de 1938-1939.
Los trabajos de desbroce, adecuación de accesos, reposición y consolidación de piedra en seco en las trincheras y la instalación de señalética y cartelería, garantizan la óptima conservación de estos vestigios para el disfrute del público. El alcalde de Titaguas, Ramiro Rivera, ha destacado la importancia de estos trabajos como un nuevo reclamo turístico para el municipio. Cada día, más aficionados a la Guerra Civil y excursionistas se sienten atraídos por estas estructuras históricas.
Titaguas no solo rescata trincheras; rescata la memoria de un tiempo olvidado, dejando un legado tangible y compartiendo la riqueza histórica y humana de la Guerra Civil en la Serranía. Unas labores de preservación que son más que excavaciones, son actos de memoria y entendimiento.