VALÈNCIA. La construcción lleva años afrontando un proceso de transformación hacia fórmulas más sostenibles y eficientes para cumplir con los objetivos de descarbonización que fija Europa. Nuevas formas de construir que están revolucionando el sector y que van desde la digitalización (BIM), la construcción industrializada, el uso de nuevos materiales e incluso la impresión 3D. Y, en este contexto, las empresas valencianas, en colaboración con la Administración y los institutos tecnológicos, van poco a poco introduciendo estos nuevos sistemas que también permiten una mejora en el parque inmobiliario de nueva planta.
Así se puso de manifiesto en un desayuno informativo organizado por Valencia Plaza y el Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de Valencia, en el que participaron Laura Soto, secretaria autonómica de Arquitectura Bioclimática y Sostenibilidad Energética; Vicente Terol, presidente del Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de Valencia (COAT); Federico Esteve, secretario del COAT Valencia; Gonzalo Belenguer, director general de Redit; y Arsenio Navarro, técnico del Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas).
También asistieron Antonio Olmedo, presidente de la Asociación de Promotores de Valencia (Aprova); José Vicente Espí, director general de Edificación del Grupo Bertolín; y Francisco Zamora, presidente de la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec).
El debate arrancó con la intervención de Vicente Terol, presidente del Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de Valencia (COAT), quien puso encima de la mesa los dos grandes retos que han detectado los profesionales del sector: la sostenibilidad y rehabilitación del parque inmobiliario edificado. "Debemos realizar una construcción sostenible y, para ello, tenemos que partir desde todos los puntos del proceso de edificación: desde el origen del proyecto, a los materiales y las instalaciones", remarcó.
En este sentido, abogó por apostar la proximidad y "olvidarse" de la globalización porque al final la circularidad del proceso y la reutilización de los materiales es "fundamental" para cumplir con los objetivos de descarbonización y reducir las emisiones. "Tenemos que ir
hacia materiales sostenibles y reciclados y apostar por la compra de proximidad", defendió.
Por otro lado, puso el énfasis en el envejecimiento del parque inmobiliario construido ya que, según apuntó, un 45% de las viviendas son anteriores a 1980 y aproximadamente un millón de ellas está en estado deficiente, malo o ruinoso" y más del 80% de nuestros edificios son ineficientes energéticamente. De hecho, comentó que solo el 0,2% de los inmuebles cuenta con calificación energética A, la más alta. Por ello, abogó por hacer hincapié en la rehabilitación para dar "una nueva vida a los edificios". "Ese es el futuro. Construyendo como hasta ahora, y sin rehabilitación energética, contribuimos gravemente al deterioro del planeta"
Desde la Administración Valenciana, Laura Soto, secretaria autonómica de Arquitectura Bioclimática y Sostenibilidad Energética, destacó el papel de la colaboración público-privada para impulsar el cambio en el modelo constructivo en un contexto de "crisis climática y emergencia". Pero no solo desde su departamento se ha implementado nueva normativa en este sentido, sino que defendió que la propia Administración ha incorporado nuevos criterios en todos sus procesos y licitaciones para cumplir con una "función ejemplarizante".
"Las tendencias actuales van encaminadas hacia una triple vertiente de sostenibilidad económica, social y medioambiental. Lo primero que nos planteamos fue regular desde el punto de vista de facilitar y no fiscalizar y, por eso, pusimos en marcha una Guía Verde para una nueva forma de construir y ajustarnos a las nuevas necesidades", ensalzó Soto. Pero, también, para que sirviera de hoja de ruta para el sector. "Queremos que nuestro tejido empresarial sea competitivo y, por eso, estamos explorando con ellos productos que sean de kilómetro cero para potenciar la economía circular. También para conocer sus excedentes en las obras y reutilizarlos, así como impulsar el prefabricado", detalló. "Al final se trata de dignificar la vivienda y desde lo público debemos hacer edificios de otra manera", remarcó.
Por su parte, Federico Esteve, secretario de COAT Valencia, valoró la "apuesta y sensibilización" de la Administración con la innovación y la descarbonización del sector de la construcción. "Hay que poner el foco en los nuevos retos energéticos y todos los agentes estamos implicados", valoró. Como retos futuros, apuntó tres tendencias que poco a poco se van consolidando como son la industrialización; la innovación y digitalización; y los nuevos modos de habitar.
Sobre la industrialización aseguró que es una apuesta de futuro, pero, a su vez, un reto importante porque "cambia la manera de producir los edificios y la ejecución de las obras" al externalizar los procesos e implementar sistemas industriales en fábrica en fachadas, baños o cocinas. "La aplicación de estas técnicas favorece la automatización y digitalización. En 2030, un 40% de las viviendas que se sacarán al mercado se ejecutaran con este sistema", auguró.
En cuanto a la digitalización, afirmó que la construcción 4.0 "ha llegado para quedarse" a través de procesos como el Big Data, el BIM o la Inteligencia Artificial, mientras que sobre las nuevas fórmulas de habitar apuntó al coliving y el coworking, dos alternativas que, a su juicio, "condicionan la manera de construir" porque parten de otros parámetros y criterios. Eso sí, Esteve remarcó que "la innovación no está exenta de problemas" como es resolver las cuestiones relacionadas con la financiación.
Francisco Zamora, presidente de la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec), puso en valor el peso de la construcción en la economía nacional al representar el 10,5% del PIB, pero lamentó que, sin embargo, no se les reconoce. "Estoy harto de que se hable de Industria y este sector no esté representado cuando somos la industria de las industrias porque estamos en todo", reivindicó.
Pero, además, también valoró su transformación hacia la industrialización de los procesos, el uso de nuevos materiales más sostenibles, la compra de proximidad y la economía circular en sus procesos. Pero, para agilizar el cambio y agilizar la transferencia de conocimientos, consideró necesario contar con una dotación presupuestaria propia en el Instituto Tecnológico Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje y Afines (Aidime), que es el que representa al sector tras el cierre de Aidico. También, apostó por la FP y actualizar la formación para adecuarse a los retos futuros. "Desde las empresas hemos hecho una gran apuesta con el mejor centro de FP en Bétera con dinero privado porque entendemos se necesita mano de obra para todo lo que está por venir", aseveró.
Al respecto, José Vicente Espí, director general de Edificación del Grupo Bertolín, señaló que precisamente una de las dificultades que encuentran las compañías para sacar adelante proyectos innovadores es la inexperiencia y la necesidad de adecuar la formación. "Hay que fomentar la FP y el desarrollo de las nuevas tecnologías como la digitalización e industrialización. No hay encargados y la gente joven no quiere serlo. Tenemos que fomentar las bolsas de trabajo con metodologías nuevas y que hagan más atractiva esta profesión para que sea un trabajo más accesible y gratificante porque los proyectos no pueden avanzar sin mano de obra", expresó.
Y ello, según detallo, se traduce en que solo el 2% de las viviendas que se construyen usan prefabricados, por lo que, a su juicio, hay que "rodar más". Por ello, incidió en la importancia de que los planes de estudio en las universidades y centros de formación adecuen sus programas hacia la nueva construcción más sostenible, modular y eficiente. Pero, también, puso el acento en la financiación para poder acometer actuaciones a través de métodos industrializados. "Estos proyectos requieren de mucho capital inmovilizado que asume el industrial, constructor y promotor. Si en una promoción tradicional se exige entre el 60 y el 70% de las viviendas vendidas para que te den financiación, en este tipo de proyectos los plazos se acortan, por lo que al final el 80-90% del desembolso sale del promotor y eso hace que muchas veces se replanteen la obra", expuso.
Antonio Olmedo, presidente de la Asociación de Promotores de Valencia (Aprova) quiso poner en valor los cambios que desde hace años acomete el sector para su transición hacia los objetivos de descarbonización y la calidad en las nuevas edificaciones. Eso sí, admitió que el contexto actual es complejo por el impacto de la invasión de Ucrania y la emergencia habitacional actual. Y todo ello en un momento en el que "la burocracia es costosa y se tarda más en hacer los trámites que la obra", admitió.
"En España hay una situación compleja porque muchas viviendas están en mal estado y requieren no solo de una rehabilitación, sino que hay que derribarlas. Ahora tenemos nuevas tecnologías y sistemas constructivos, pero son costosos y hay que repercutirlos", señaló. En este sentido, también subrayó que la normativa no está ayudando al cambio en el sector porque mucha está pensada "desde Madrid" cuando la realidad de cada autonomías es diferente. Asimismo, criticó el "intervencionismo" sobre el mercado de la vivienda en las nuevas regulaciones, que, a su juicio, tampoco ayudan a la salida de nuevo producto al mercado.
Desde los institutos tecnológicos, Gonzalo Belenguer, director general de Redit, recordó que más del 36% de las emisiones totales proceden de la construcción, por lo que incidió en la necesidad de buscar soluciones. "Actualmente, en los institutos tenemos más de 100 proyectos vivos en el ámbito de la construcción sostenible. De hecho, desde hace años ese trabajo se pone a disposición del sector. Se trabaja desde la propia concepción del proyecto hasta la recuperación de los materiales a través de la circularidad", resaltó.
También, defendió la importancia de la FP y la formación adaptada a todas las nuevas tendencias que se abren paso en el mercado para aprovechar todas las oportunidades y acabar con la idea de la construcción tradicional. "El reto que tenemos es seducir a las empresas para que creen un sector sexy. Este problema de la aversión a la construcción habrá que revertirlo y cuando implementas tecnología lo conviertes en un trabajo mejor que otros", defendió.
Uno de esos trabajos es el que se desarrolla desde el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas). Uno de sus técnicos Arsenio Navarro apuntó que su labor consiste en ser ese vector de apoyo a las empresas para explorar en propuestas que les generen valor. En su caso, están investigando con materiales plásticos para sustituir el metal en la construcción que, según explicó, pesa seis veces más y se erosiona con mayor facilidad. "Un plástico 100% reciclado y se puede volver a introducir en el mercado. A nivel Europeo se introducen nuevos aspectos de circularidad", indicó.
Por ello, consideró fundamental la figura de profesionales que desde el origen del proyecto conciban la circularidad de los materiales como prioritaria para recuperar esos materiales y darles una segunda vida. Eso sí, para lograrlo también admitió que es necesario que la normativa vaya en consonancia porque en ocasiones los profesionales del sector se topan con legislaciones que dificultan la puesta en marcha de proyectos innovadores.