VALÈNCIA. El tono colaborativo entre el juzgado de Instrucción número 18 de Valencia –encargado del caso Taula– y el exgerente de Imelsa Marcos Benavent parece que ha virado al de la advertencia. En una providencia fechada este miércoles, el juez le ha pedido por primera vez que facilite un domicilio en el que pueda ser citado.
Así, requiere a su actual representación procesal para que lo notifique en el plazo de 24 horas "con apercibimiento de que en el caso de no hacerlo se acordará su detención".
El aviso se produce de cara a la comparecencia fijada para el próximo 27 de octubre en el juzgado. Allí acudirá Benavent tras pedir él mismo declarar después de un cambio de abogado. Una decisión que despierta un especial interés porque apunta a que llevará una nueva estrategia judicial y que ésta dejará de ser la de total colaboración que llevaba hasta ahora.
La providencia del juzgado denota la desconfianza que generan los últimos movimientos del exgerente de Imelsa, ya que ese requerimiento para tenerlo permanentemente localizable no se había producido hasta la fecha en estos términos.