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tribuna libre / OPINIÓN

El valor del encuentro

22/01/2024 - 

Hace más de 15 años, dejaba una maravillosa década en Madrid para volver a mi Valencia natal. Implicada desde muy joven con foros de opinión y diálogo del panorama nacional, llegaba con un sueño, levantar un think tank en la ciudad de Valencia; se iba a llamar Ágora, un término con el que se designaba en la Antigua Grecia a la plaza de las ciudades donde se solían congregar los ciudadanos. Esto fue antes de que levantasen el Ágora de Santiago Calatrava.

Mientras avanzaba con mi proyecto, respaldado por quien fue mi primera mentora en mis años en el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, la extraordinaria diplomática Pilar Fuertes Ferragut, descubrí la existencia del Club de Encuentro Manuel Broseta. Dejé mi sueño aparcado y me empapé de la esencia que evocaba aquel Club, siendo presidente nuestro querido Paco Puchol-Quixal, a quien conocí el primer día que me acerqué a ver qué era aquello del Club de Encuentro y quien, desde entonces, se convirtió en mi segundo mentor.

En este recorrido hacia el Club de Encuentro, he citado a dos personas que me han hecho crecer como persona, empapándome de grandes valores y de su apasionado sentido de la vida. Se habían ganado el respeto y la confianza y, por ello, tenían un indiscutible liderazgo.

En plena efervescencia democrática, el Club de Encuentro nace en 1984 impulsado por un reducido grupo de personas valientes que creían en el verdadero valor del encuentro y el diálogo, en la necesidad de una participación ciudadana activa en la vida pública desde el respeto, el contraste de opiniones e intercambio de ideas.

Asamblea del Club de Encuentro Manuel Broseta, el pasado 18 de enero. Foto: CEMB/KIKE TABERNER

Y, efectivamente, cuando puse por primera vez un pie en el Club de Encuentro Manuel Broseta, en 2007, éste emanaba diálogo, participación, respeto y ganas de encuentro. La sociedad civil valenciana tenía ya un ágora donde juntarse, traer a grandes voces y dialogar desde el respeto y la reflexión. Y, enseguida, quise formar parte de ese lugar de encuentro.

Un Club de Encuentro que este año celebra su 40 cumpleaños, donde todos debemos rendir homenaje a los socios fundadores que levantaron este proyecto, a los presidentes que han mantenido la esencia del mismo y a los socios que hacen posible que el Club esté vivo. Porque, el valor de un lugar de encuentro radica en las personas que lo conforman y en los principios éticos y democráticos que, desde las diferencias, tienen y sustentan su existencia.

En estos años de Club de Encuentro, entre tantas y tantas personas maravillosas, tuve la suerte de coincidir hace muchos años con Francisco Martínez Boluda en la junta directiva presidida por Paco Puchol. Francisco era, sabido por todos, el delfín de Paco, pero China se interpuso en el camino. Yo siempre le dije que el Club de Encuentro le estaba esperando y le sigue esperando.

Tras ocho años siendo presidenta del Club Amparo Matíes, y con todo mi respeto y agradecimiento a todo lo que ha hecho por el Club de Encuentro estos años, yo, como socia y miembro de la junta directiva hasta hace pocos días, veía que el Club necesitaba una renovación, necesitaba un nuevo liderazgo. Sin darnos cuenta, se estaba apagando el espíritu del Club de Encuentro Manuel Broseta.

El pasado mes de diciembre, Francisco Martínez Boluda decidió dar un paso presentándose como candidato para liderar una nueva etapa del Club de Encuentro. Francisco es una persona dinámica, con principios, con voluntad de escuchar, de hacer cosas nuevas, y con unas ganas tremendas de reilusionar al socio y acercar el Club a la sociedad; en equipo, sumando todos. Y una persona que, en su trayectoria por el Club, se había ganado la confianza de los socios y de la sociedad civil. Muchos apostamos por él, por su entusiasmo y sus ganas de devolver la esencia al Club de Encuentro Manuel Broseta.

Miembros de la candidatura de Francisco Martínez Boluda. VP

El pasado jueves, el Club de Encuentro celebró elecciones para la junta directiva a la que postulaban dos candidaturas, la de Francisco y la de la actual presidenta del Club, Amparo Matíes. Han sido unas semanas donde hemos acercado el Club a la sociedad civil, hemos quitado algunas telarañas que el Club de Encuentro tenía, pero también hemos presenciado una forma de hacer Club impropia de los valores que éste abandera. En ocasiones hay que saber estar, y saber cuándo dejar estar.

Soy firme defensora de la libertad, la transparencia, la ejemplaridad, de abogar por el diálogo y buscar siempre el consenso. Y en este proceso creo que se ha perdido una oportunidad para demostrar cuales son los valores del Club de Encuentro. Los socios estamos desencantados.

Por ello, por respeto a los socios y a lo que significa para los valencianos el Club de Encuentro Manuel Broseta, entre todos debemos seguir haciendo Club de Encuentro y evitar que se repitan praxis que han puesto en entredicho la capacidad de liderar un Club que no tolera el desencuentro, donde se han tambaleado sus cimientos.

En estas elecciones los socios han votado y la sociedad civil ha hablado. Debemos reflexionar y, con humildad, aprender de lo que ha pasado. El verdadero valor del encuentro está en las personas. Y los que están al frente de instituciones de este calibre tienen la responsabilidad de reflejar los valores que le han otorgado ese respeto y prestigio. No permitamos que se destruyan los ideales que mantienen en pie al Club de Encuentro Manuel Broseta. Sigamos dialogando, sigamos haciendo encuentro, juntos.

Francisco, ha sido un privilegio acompañarte en esta apasionante aventura junto a grandes compañeros para recuperar la esencia del Club y dinamizar el encuentro. El Club de Encuentro te sigue esperando. Gracias por no rendirte en volver a ilusionarnos.

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