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Un momento súper íntimo con Escif y Teresa Juan

1/03/2020 - 

VALÈNCIA. A un lado de la mesa, Escif; al otro, Teresa Juan. Artista y comisaria. Entre ellos, un periodista, elemento extraño en su taller. Hace apenas unos días inauguraban en el Centre del Carme la exposición Qué pasa con los insectos después de la guerra, un proyecto que se conecta directamente con la falla municipal que plantará en pocos días en la plaza del Ayuntamiento. En la muestra hablan de la relación entre creación y destrucción, un binomio que pasa por mostrar imágenes de zonas de conflicto como Alepo o Gaza frente a un jardín de esculturas que se mueve por cada niño nacido. La falla, Això també passarà, es por su parte una oda a la meditación en tiempos de velocidad 5G. Nos sentamos con Escif y Teresa Juan para hablar de estos proyectos y todo lo que les envuelve. La conversación, sin embargo, toma su propio camino. Silencio, se escucha.

Capítulo 1. La intimidad. 

-Escif: Cualquier proyecto empieza desde la intimidad, desde lo personal. Cuanto más íntimo es lo que cuentas, más llegas a la gente. No solo se puede dar la intimidad en este tipo de proyectos, sino que se debe partir de ella.

-Teresa Juan: En una de las paredes de la exposición, de hecho, Escif puso: "Un momento súper íntimo". La intimidad es necesaria y es el punto de partida. Aunque parezca algo naif, también creo que está relacionada con la ternura, en un sentido muy concreto, no es una idea genérica. Todos los proyectos tienen que partir de esa cercanía con tus experiencias para, después, conjugarse con las intimidades del resto. Esto es lo que lo hace potente.

-Escif: Tengo la sensación de que cuando intencionadamente intentas llegar a mucha gente, utilizando máximas, entras dentro del campo de la prepotencia, aun sin quererlo. La idea de llegar a mucha gente usando algo para todos y todas puede parecer una estrategia interesante en un primer momento pero con el tiempo te das cuenta de que pierdes lo que eres tú. Lo que hace que puedas llegar a la gente es eso que todo el mundo tiene en común: un momento íntimo y personal.

-Teresa Juan: Uno de los puntos de partida clave en mi proceso personal es la poesía. La poesía reúne esa intimidad. Tengo la sensación de que los poetas conocen algo que yo no sé aún, que tiene que ver con algo íntimo y no genérico que me conecta a ese hilo profundo que solo tiene lo totalmente personal […] Cuando Escif me cuenta sus ideas y estímulos en mi cabeza se comienza a articular un discurso, se crean hilos que quizá no estábamos viendo antes. Esos anclajes invisibles se hacen presentes.

Inauguración de 'Qué pasa con los insectos después de la guerra'

-Escif: Precisamente creo que el juego del arte va por ahí, por crear nuevos significados en la relación de conceptos, ideas y símbolos, que de alguna manera ya existen pero no conocemos. Tengo la sensación de que todo es todo. Todo es. Está lo conocido, que se establece por la sociedad, y lo desconocido, a lo que tenemos miedo. En ese 'todo lo demás' existe una infinidad de posibilidades que son igual de reales que las que conocemos. Ese es el campo de trabajo de la poesía, de la creatividad, del arte. Es muy mágico cuando de repente, de manera intuitiva o como experimento, te pones a conjugar ideas y aparecen nuevos significados, aunque en realidad ya estaban ahí. Durante muchos años he estado pintando escenas en la calle y las acompañaba de un pequeño texto. Me daba cuenta de que daba igual el texto que pusiera, porque siempre funcionaba. A veces hacía pruebas poniendo una palabra o la contraria, pero siempre contaba algo. Todas las posibilidades son posibles y el arte se encarga de proponerlas.

-Teresa Juan: Los pitagóricos decían que la música era hacer patente la aritmética inconsciente del mundo. Qué bello. Parece que toda la música está compuesta, pero de repente llega Stravinski, elige unos hilos determinados, y genera algo que no tiene nada que ver con lo que pudo hacer Bach. Parece que nos dedicamos a revelar esa relación inconsciente entre las cosas.

-Escif: Es fantástica esa analogía. Es como la idea de John Cage de que el silencio contiene todos los sonidos. También Chillida jugaba con los vacíos. Al final simplemente se trata de destaparlos.

Capítulo 2. Luz y oscuridad

-Una palabra repetida por los dos en la presentación de Qué pasa con los insectos después de la guerra fue “esperanza”, ¿por qué era importante destacar el elemento luminoso entre la oscuridad?

-Teresa Juan: No es un punto final ni concluyente. Es el motor. Cuando se habla de conclusión se habla de respuesta, pero las respuestas podrían seguir siendo múltiples. La luminosidad es algo que, del mismo modo que existe lo tenebroso, va avanzando. Si no, no sería un discurso dual, sería maniqueo. En este caso nosotros adoptamos como símbolo de resistencia el hecho de seguir naciendo, del mismo modo en que en la exposición se nombra a Paul Celan como símbolo de resistencia, no solo de la poesía, sino de un mundo heredado totalmente roto. Fue Adorno quien dijo que no era posible la poesía después de Auschwitz, pero después de leer a Celan se retracta. Celan es también ese nacimiento, algo que convive con ese mundo tenebroso heredado.

-Escif: Cuando comienzas un proyecto así lo haces de una manera muy intuitiva. De hecho, el discurso se va construyendo a posteriori, cuando interpretas lo que ya has planteado. Esta exposición se puede entender también de la manera contraria a la que apostamos Teresa y yo, con la esperanza como motor de arranque.

-Quizá al visitante le cueste digerir a Hitler o Franco entendidos como creadores. 

-Teresa Juan: El Museo del Prado está lleno de representaciones de Zeus violando a mujeres y nadie dice nada. Asumes que son creaciones. Quizá también es hora de descubrir otras cuerdas que están vibrando detrás de todos los personajes históricos. La historia que hemos querido construir se articula a través de los bienes nacionales que nosotros consideramos como tal. Por ejemplo, el Accionismo Vienés no fue considerado un bien nacional en su época y ahora sí. Es importante mirar las cosas con lupa. Igual que adoramos a Caravaggio o leemos a Ezra Pound también debemos saber que Ezra Pound era antisemita y que Caravaggio se vio envuelto en muchos crímenes. En este caso Franco, del mismo modo en que es un personaje terrible, tuvo ese momento de inspiración que a nosotros nos interesa destacar. Precisamente por esa relación con la luz y con la guerra, que establece una relación de contrarios curiosa.

-Escif: Lo que nos interesa no es tanto las cualidades pictóricas de Francisco Franco sino esa relación de opuestos entre ese momento de inspiración y ese impulso destructor que le llevo a ser uno de los mayores asesinos de la historia de España.

Foto: EDUARDO MANZANA.

Capítulo 3. La resistencia

-Escif: [Hacer arte en la institución] es una posición muy incómoda. Es muy fácil trabajar desde el lado de la resistencia, en la calle, y generar un discurso de resistencia. Lo complicado es introducirte en un sistema de poder y mantener ese discurso. Ahí reside la responsabilidad, en afrontar esa incomodidad, en hacerte la zancadilla. Es tan suculento el poder que tienes que estar constantemente cuestionándote para, precisamente, asumir esa responsabilidad. En la falla del Ayuntamiento es muy evidente... lo más cómodo es dejarte llevar. Además, cuanto mayor es la posición de poder mayor presión tienes para acomodarte […] En el momento en que estás planteando un proyecto muy grande, apoyado por un gobierno/por instituciones, es muy difícil ser incómodo. Es muy angustioso, pero cuando lo consigues es maravilloso.

-¿Lo has conseguido?

-Escif: Posiblemente es más incómoda la exposición que la falla. El método de elección, por concurso, ya reduce tus posibilidades porque ya sabes que cualquier cosa que se salga demasiado de lo esperado no va a entrar. La falla del Ayuntamiento llega a todos los valencianos y valencianas, por tanto sí que pensaba que tenía que ser algo que no fuera realmente incómodo. Esto lo planteo mucho en la pintura cuando trabajo en la calle: algo que sea fácil de comer y difícil de digerir. El golpe de efecto viene después. El centro es una figura tradicional, un tótem, que me da esa puerta de entrada para, después, intentar generar la incomodidad en un segundo plano. Esas escenas intenté, intentaba o me habría que gustado que fueran un poco más desobedientes, que fueran [temas] más políticos. Al final creo que cumple con todos los requisitos de una falla tradicional.

-Cuando hablas de rebajar ese tono político, supongo que hay un pulso...

-Escif: Lo hay.

-Entonces, teniendo en cuenta los condicionantes, ¿por qué es interesante entrar en esta dinámica?

-Escif: Me remito a una escena que me ponía de ejemplo un amigo, él decía que si la sociedad es un lago inmenso, él, como artista, intentaba tirar una piedra lo más lejos posible. Esa piedra caería en un punto muy preciso, en el que se haría un primer círculo de ondas intenso y pequeño, que después de haría menos intenso y más grandes, y así hasta ocupar la totalidad del lago. Entiendo que la falla no está en ese punto de impacto de la piedra, porque está jugando con el lago en general, pero lo que intento, o me habría gustado intentar, con el tiempo se verá, es no jugar en la planitud, que tenga una pequeña vibración. Obviamente esto te lo planteas en un principio, luego te enfrentas a otras limitaciones que no imaginabas, en eso estoy ahora y estaré hasta el día 14. Es un proceso en el que participa y opina mucha gente. Yo, al final, decido muy poco.

-Teresa Juan: Sobre la cuestión institucional, creo que es el momento de que demos un paso adelante, no podemos quedarnos siempre parados viendo cómo ocurren las cosas. Hay que filtrarse y asumir tu responsabilidad como ciudadano. Si no, tengo la sensación de que siempre asumiremos el mundo de la misma forma y será imposible repensar la institución en otros términos que no sean los actuales. También tengo la sensación de que cuando hablamos de institución o de academia lo hacemos como algo peyorativo. Lo es porque hemos heredado una serie de acontecimientos que nos hacen pensar que la institución es sospechosa y que entrar ahí significa destruirte a ti mismo. Pero, rescatando esa idea de luz, propongo empezar a fabular con otro tipo de instituciones. Es difícil, quizá naif, pero si no pensara esto no haría nada.

Foto: EDUARDO MANZANA.

Capitulo 4. El arte en minúscula

-Escif: Se llama a muchas cosas arte urbano, cuando en realidad son cosas muy diferentes. Cuando un ayuntamiento me encarga un mural, no estoy haciendo arte urbano, tiene que ver con el muralismo no con el grafiti. Lo interesante del arte urbano es precisamente el intentar rescatar esa parte salvaje y llena de vida que tiene el grafiti. La institución utiliza ese término porque es muy vital, pero es mural. El arte urbano no es más que un intento del mercado de hacer comestible algo que no lo era. En los años 80 el grafiti se intenta comercializar, con distintas instituciones y museos intentando venderlo como un especie de nuevo pop-art. El pop-art había sido un éxito total, pero el mercado se tiene que reciclar constantemente y encontrar nuevo inputs. Pero no lo consiguieron. Estaban intentando vender algo que estaba validado por la calle, pero como arte era muy malo, no tenía sentido en un cuadro. En los 90, con el fenómeno de Banksy, Obey y utilizando como coartada el trabajo de Keith Haring y Basquiat, se intenta volver a generar ese movimiento, llamado arte urbano, pero con un discurso abierto. Ya no son letras que no entiende nadie, ahora son pintores que vienen del grafiti, pero que han dado un paso más. Ahí aparece un nuevo mercado que sí que funciona, que dentro del arte contemporáneo ha estado en un segundo plano, pero que ha ido creciendo y ya es mayor. Ahora está funcionando. He oído también que diferencian entre street art y urban art, lo que se hace en la calle y en la galería. Esto es como tener un planta de interior y decir que es un trozo de bosque. Ese cuño de arte urbano viene más desde fuera que desde dentro.

-Teresa Juan: Me gustaría que analizáramos lo que significa el mercado y ver si es posible que cambie. Quizá los integrantes de la fotografía [artistas] son diferentes [ahora], pero el que hace la fotografía sigue siendo el mismo. El sistema engulle aquello que puede utilizar para su propio beneficio, sea decorar las calles o museizar la ciudad, embelleciendo. Esa idea de embellecer me duele bastante. Las cosas bellas ocurren sin más, no hace falta que nadie las señale. Sin embargo, este énfasis por decir que es posible embellecer la ciudad a través de esta idea de arte urbano sigue respondiendo a lo mismo que ha respondido siempre el mercado y el sistema.

-Escif: Estoy de acuerdo. Cuando hablamos de arte hay que diferenciar, porque se ponen muchas cosas en el mismo saco. Podríamos separar en tres apartados, en grandes líneas: el mercado del arte, la Historia del Arte y el arte en minúscula. Ese último es el motor que trabaja en la vanguardia, que no pasa a ser parte del mercado o la historia mientras sigue vivo. Creo que es interesante esto porque, en estos debates sobre qué es arte y qué no se confunde todo, y de repente se puede dar a entender que Arco es un encuentro de arte y no, es El Corte Inglés del arte. ¿Qué es ese arte en minúscula? Esos discurso que todavía no están legitimados, que nos están abriendo puertas y que posibilitan otro mundo diferente. Esta es la parte viva.

-Teresa Juan: La velocidad, que es signo de nuestro tiempos, también juega a favor de esta estrategia de engullir por parte del sistema discursos que nacieron siendo laterales y que de repente se convierten en centrales pero de una manera precaria. Vivimos en la sociedad del post-espectáculo, la que ya ha asumido que posiblemente todo sea un espectáculo, y seguimos construyendo con esa idea. Esto desvela que el sistema sigue siendo el mismo y que va acogiendo lo que le interesa.

-Escif: Ese arte en minúsculas se tiene que reinventar cada vez, las revoluciones son cíclicas. Cuando la contra llega al poder tiene que haber una nueva contra que aparezca. Es complicado en una carrera estar reciclándose constantemente pero eso es lo que te permite mantenerte vivo más tiempo, no solo de cara a los demás sino de cara a uno mismo.

-Teresa Juan: Ese arte en minúscula al que nos referimos es una cuestión más del verbo y del gerundio que de la definición y la conclusión. Sabemos que tiene sus limitaciones, pero no sabemos identificar las características exactas de esto. Eso lo mantiene vivo. También quería apuntar que no es lo mismo ser legítimo que legitimado. El proceso de legitimación viene de los estamentos del poder, pero ser legítimo viene de existir. Como decía Henry David Thoreau: uno ya constituye una mayoría. Es en el momento en que esos discursos son legitimados cuando dejan de ser laterales, dejan de formar parte de gerundio, de ese verbo, de esa rebeldía.

Foto: EDUARDO MANZANA.

Capítulo 5. La sociedad del espectáculo

-Teresa Juan: En un mundo en el que tenemos un termino como 'fake news' todo es espectáculo. Todo está conceptualizado de una manera muy espectacular y todo lo que es espectacular es banal. En el campo artístico y cultural, el espectáculo también puede estar relacionado con la festivalización de la cultura, por ejemplo. Parece que la cultura ocurre en un momento determinado, es un evento, deja de ser un gerundio. La exposición, por ejemplo, se plantea con una forma de jardín que también remite a ese espectáculo, esa idea de paisaje romántico que es una vista acotada de un total.

-Escif: Entiendo el término de espectáculo como el polo opuesto de la vida. Estamos dentro de su margen, pero podemos acercarnos y alejarnos a aquello que merece la pena ser vivido, entendido como aquello que nos conecta con nuestro ser, nuestra conciencia, nuestro presente. Parece que el sistema actual nos aleja de todo eso a través de múltiples dispositivos, uno de ellos el móvil, que es una herramienta de espectacularización absoluta. El móvil es lo contrario de la meditación, es una ventana al exterior que te aleja de ti mismo.

-Precisamente la falla habla de meditar, de parar, algo que puede considerarse antisistema. 

-Escif: Aunque luego, curiosamente, donde más va a vivir esa escultura es en las fotos de las miles de personas que se hagan el selfie

Epílogo. Contar el arte

-Escif: No creo que este arte huya de las primeras personas. De hecho el grafiti y el arte urbano apuesta por las primeras personas. Recogen los mecanismos más perversos de todo el sistema publicitario, reflejo de un sistema capitalista en el cual el centro del mundo es el yo. El grafiti y el arte urbano tiene esa parte. ¿Por qué yo he intentado mantenerme al margen? Hay una parte experiencial, que me ha llevado a tomar ciertas decisiones, pero luego hay una lectura a posteriori que me ayuda a justificarme: con el tiempo he aprendido que mantenerme al margen ayuda a que la gente genere una relación directa con el trabajo. Lo habitual es que se presente un proyecto pero se centre en una persona. Muchas veces a los medios no les importa lo que se está contando sino quién lo está contando. Como espectador sí pienso que debe haber una función didáctica, que puede ser a través de distintos dispositivos, como talleres, charlas o este coloquio, no solo una rueda de prensa. Muchas veces, sobre todo cuando trabajas en la calle con un lenguaje abierto a la interpretación, cuando contestas a la pregunta de ‘qué quieres decir con esto’ limitas la experiencia del espectador.

-Teresa Juan: En cierto tipo de comunicación muy direccionada a buscar cierto tipo de sentencias hay una pérdida enorme y eso es un tesoro que deberíamos, más que preservar, demandar. Esto pasa también por relacionarlo con mi experiencia personal en otros campos, en el teatro es muy habitual que solo las partes visibles sean las que articulen el discurso: el director o directoras, el elenco... Pero toda esa obra no sería posible sin todo el equipo que se dedica a cosas invisibles. Ocurre en este país que todo el proceso de investigación se ve descartado, lo que queremos son las conclusiones. Pero eso es muy acotado. Deberíamos alimentarnos en más sentidos.

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