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Fresco, directo y rápido: Boston Babies presentan su particular pócima de rock & roll

4/05/2024 - 

CASTELLÓ. Rockanrol desprejuiciado, indómito, fresco y divertido, esa es la pócima, sencilla pero cada vez menos habitual en el mercado nacional, de la jovencísima banda madrileña, Boston Babies. Hace poco sacaron su primer plástico, autoproducido por ellos con mil avatares, y que descargarán en la castellonense sala Terra el 4 de mayo junto a Trofeo. Me empapo de un disco cercano al glam de New York Dolls y la dirección sonora del punk del 77, un cóctel bien agitado, que no removido, que os hará danzar como posesos. Escogemos una mañana lluviosa y ventosa para charlar con Mitch, vocalista del combo y Breixo, el batería.

No hay maquetas ni Eps como Boston Babies, se han autoproducido el álbum y se lanzan a una gira sin tener nada editado. ¡Eso es rockanrol! El grupo promete mucho sobre las tablas. “La banda surge de otra banda que teníamos, al final era un poco, oye, vamos a montar una puta banda, nos mola el hardcore, nos mola el punk, nos mola todo. ¿Por qué coño no vamos a montar una banda nosotros? Si hay peña que lo está haciendo, nosotros, a ver, podemos hacerlo”, comenta, Mitch entre risas.

El nombre del combo madrileño para muchos puede venir del tema del mismo nombre de GBH, pero en realidad éste es una versión de los míticos, Slaughter and Dogs. Boston Babies es una banda de colegas que se formó por las ganas de hacer música. “Nos conocimos patinando, Breixo, un colega, que era el cantante y yo. Y luego conocimos a Nico en la Plaza 2 de Mayo, y juntamos esta banda. Y fue un poco más generando a lo que es ahora a Boston Babies”, apunta el vocalista. “Nosotros nos conocimos patinando, como ha dicho Mitch a través de este colega, Pablo Muriel, ellos estudiaron juntos, necesitábamos un bajista y apareció Nico por la plaza”, remata, Breixo.

He buscado alguna referencia sonora, alguna maqueta o alguna grabación por ahí. Y no he encontrado nada. “No, como Boston Babies no habíamos grabado nada, sobre todo porque grabar un disco es jodido por el hecho de que se necesita dinero y nadie va a apoyar una puta banda de chavales al principio que hace punk 77”, señala Mitch. Fue el vocalista el que tomó la decisión de ponerse a los mandos de la producción del elepé. “Estudié sonido y me aproveché del estudio de la universidad para poder grabar el disco en el estudio de grabación de la escuela donde estudié, hice algo de pasta y me monté una cosilla ahí en casa”.

Su primer trabajo, un parto complicado

Con todo, éste primer trabajo fue un parto complicado, al menos en cuanto al tiempo que tardaron en grabarlo por algunas vicisitudes que ha sufrido el combo. “Realmente están (las canciones) grabadas un año y hay temas que están grabados al año siguiente. No producía mucho Mitch porque estaba, hiciste una serie, yo me fui a currar a Galicia, que soy de Galicia, al final acaban habiendo canciones de un año antes”

Sin disco, Boston Babies comienzan a ofrecer recitales por todas partes, algo que debe hacer un grupo para foguearse y conocerse. El 13 noviembre actuaron con Nuevo Catecismo Católico en la sala Wurlitzer de 2021. “El primer bolo que damos – señala Mitch, que abrimos con  Nuevo Catecismo  empezamos a tocar, ¿qué pasa?, que luego nuestro querido Nico se va a México seis meses y se para seis meses, antes de que él se fuese pudimos grabar algún tema; de hecho grabamos cuatro temas, en un día grabamos cuatro temas. Yo en ese momento estaba estudiando producción pero no sabía producir, entonces se alargó, se alargó…”.

Mitch tenía claro que tenía que ser él quién produjera el álbum, su primer disco, “porque era muy cabezota y quería que la producción la hiciésemos nosotros como primer disco, como primera movida, porque no conocíamos tampoco a mucha peña que supiese entender un poco el rollo”, señala.


“Vamos tocando desde hace muchísimo tiempo ¿por qué no tenemos nada sacado? entonces grabamos más temas y poco a poco nos fuimos produciendo cuando podíamos, porque también tuvimos la maravillosa idea de montarnos casi 20 bolos”, le preguntó sorprendido por la cantidad de conciertos, “sí, dijimos: tío, vamos a tocar por ahí, ya conocíamos a mazo de peña. Yo creo que una banda tiene que rular, poder defender las canciones en directo si quiere lograr un disco”, apunta.

Siete canciones

El primer disco de Boston Babies consta de siete canciones, seis de ellas en inglés y una (para mí la mejor) en castellano. Mullets y Cigarrillos es un tema directo y rápido. “Empezamos en inglés, yo estudié en un colegio que era todo en inglés, y yo que sé, pues tiré por ahí un poco. Empezamos a componer en castellano y el segundo disco será en castellano”, dice Mitch ante mi alegría. “Hace un tiempo, un año o así, hemos dicho de cambiar el rollo, y debemos tener ahora por lo menos, yo qué sé, ocho o nueve temas en castellano ya”, apunta, el batería.

Ya que ellos mismos, mientras comen Miguelitos, me han señalado que tiene bastantes canciones en castellano, no dudo en preguntar por un nuevo trabajo. “El siguiente es una locura en comparación a éste, de cambios en todo a la hora de tocar”, dice, Mitch. ¿Será en breve? “Pues cuando lleguemos al número que queremos y que merezcan la pena”.

En el álbum, además de la canción señalada, también hay temas que me han gustado mucho, la stoniana, Highway 61 y la que cierra el redondo, Mad Hater. “En los últimos directos hay muchas canciones del disco que no tocamos”, sentencia el vocalista.  “Las llevamos sacando ya, tío, tres años, entonces, por ejemplo, Highway 61 para mí es una locura, hay cambios que son como, ¿por qué estamos haciendo esto en este momento? y ha evolucionado también un poco la forma de tocar y es un poco más complicado, yo qué sé, como que estamos un poco cansados de ciertas cosas y readaptando un poco a eso”

Tiene pinta que estos chicos saben darle caña a sus instrumentos y que en directo las canciones cobran una dimensión más potente, cruda y directa. Rockanrol en estado puro. “Nos mola más el directo, y en este primer disco ya hemos tenido un contacto en grande, ¡ah, vale!, como ya sabemos cómo es más la movida, pues ahora, en el próximo disco nos molaría plasmar todo lo que hemos hecho antes porque ya lo hemos aprendido, al final somos, yo creo, una banda de directo”, dice, Breixo.

“Es que yo creo que si una banda no tiene un buen directo… si el disco es mejor que el directo la banda es una mierda para mi gusto”, añade, Mitch. Queda claro que para Boston Babies el directo es una necesidad. “Las canciones de este disco las tocamos el triple de rápido en directo. Nos gusta un poco más ese rollo de, ahí está en el disco, pero metemos el turbo”

Entre risas, porque esta entrevista se ha hecho entre risas, porque estos músicos son personas alegres y muy agradables, me relatan el primer bolo que montaron ellos fuera de su ciudad. “El primer bolo que montamos nosotros es yendo a tocar a León, llegamos al Black Bourbon y teníamos cero entradas vendidas (risas). Hacemos la prueba de sonido, nos vamos a comer una oreja a la Plaza Mayor a conocer León. A comernos la oreja a la peña también”, dice, Mitch.

“Empezamos a hablar con peña, ya como vacilando de buen rollo, incluso había una despedida de soltera, y al final, pues tío, metimos unas 40 personas tirando flyers por León, por el boca a boca. Oye, tú, ¿qué haces ahora? no tienes nada que hacer; si no viene la peña, la meto” (risas), sentencia, Breixo. Yo seré de los primeros que esté en el Terra disfrutando de rock contundente y divertido.

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