CASTELLÓ. Iván Llaves es un joven apasionado por el arte en su máxima expresión. No hace distinciones. Magia, literatura, ilusionismo y escapismo son solo una muestra de su amplio repertorio. Es un 'showman'. Y es de Castelló. Ciudad en la que va a estrenar en exclusiva su nuevo espectáculo de magia, 'El show de Llaves. Un viaje por su mente', los días 4 y 5 de abril en el Teatre del Raval.
A parte de mago, también es abogado, profesor de secundaria y escritor. Se graduó en Derecho por la Universitat Jaume I, hizo un máster en profesorado y, por el camino, ha publicado un total de cinco libros. Todo, a sus 26 años, y con el sueño de algún día poder dedicarse en plenitud a las artes escénicas. Algo, que como él mismo reconoce, "es complicado". Sin embargo, la esperanza es lo último que se pierde. O, al menos, eso es lo que suelen decir.
- Usted se define como un ilusionista profesional, alguien que lleva practicando la magia y el escapismo desde los dieciséis años. Para que todo el mundo lo entienda, ¿en qué consisten este tipo técnicas?
-El ilusionismo y el escapismo son habilidades que se han ido redefiniendo con el paso de los años. Inicialmente, se presentaba a los ilusionistas como gente con poderes. Luego este concepto se transformó y se asoció a la gente de la calle que vestía con sombrero, traje, pajarita y, que a su vez, tenía conocimientos secretos. Hoy en día, es entendido como un arte escénico que consiste en que el artista mueva la atención del público donde quiera, con el objetivo de provocar en él un efecto de sorpresa cuando acontece delante suya algo que parecía imposible.
-A lo anterior, hay que sumarle sus facetas como actor, presentador y 'showman'. ¿De dónde viene este interés por las artes escénicas? ¿Cómo surge?
-Desde pequeño he sentido esta pasión por ellas, ha sido algo natural. Yo iba por la calle, veía a alguien realizar algún truco de magia y, al llegar a casa, intentaba recrearlo hasta conseguir algo parecido. De hecho, entre los 15 y 16 años la magia ya empezó a convertirse en mi profesión, pues empecé a colaborar con empresas de espectáculos y demás.
También me ha apasionado siempre leer información acerca de grandes artistas, como Da Vinci o Miguel Ángel. El artista, cuando pretende ser completo, no se fija solamente en un arte sino que intenta practicar todos los posibles para enriquecerse, hacerse mejor. Por ello, nunca me he centrado solo en la magia.
-¿Ha habido algún otro personaje ilustre que le haya servido como fuente de inspiración?
-Uno de mis grandes referentes es el ilusionista y cineasta francés Georges Méliès. Él fue prácticamente el inventor del cine y además, como artista, era muy completo, ya que dirigía obras de teatro, hacía magia, muñecos autómatas y también pintaba. Le admiro, tanto a nivel estético como artístico.
-¿Qué relación guardan la magia y la literatura? He visto que también es escritor...
-Guardan relación a través de su propia esencia. Las artes que uno practica y ejerce siempre van a estar relacionadas. Se retroalimentan. Yo, sin hacer magia, no escribiría de la forma en que lo hago y viceversa. Al final, toda emoción, sentimiento e idea se puede plasmar tanto encima de un escenario como en un papel. Todo, teniendo siempre en cuenta dónde se le puede sacar más partido.
- Entonces, ¿le inspira escribir para obtener ideas de cara sus espectáculos?
-Eso es. Y a la inversa también. A veces, al acabar un 'show' muy largo, y a raíz de determinados efectos o trucos, me vienen ideas que apunto y acabo convirtiendo en cuentos o historias de ficción.
-Hasta la fecha, ha publicado un total de cinco libros: uno de literatura fantástica juvenil, dos cuentos infantiles, un poemario y un ensayo teórico. Todos, de contenido y géneros muy diversos. ¿A qué se debe esta variedad?
-Nunca me he marcado una pauta o esquema. Siempre me ha gustado 'fluir', probar cosas nuevas y ver en qué registro me siento más cómodo. Aunque también es cierto que dentro de la novela, ya sea juvenil o fantástica, es donde más libre me siento.
-¿Qué objetivo persigue con sus publicaciones? ¿Cuál es su fin?
-Cada una tiene su fin. Por ejemplo, en 'Teoría de la magia', mi objetivo era proporcionar una especie de base teórica, herramienta o punto de partida a todo aquel que empezara a interesarse por este arte. En los dos cuentos infantiles que he escrito buscaba transmitir ciertos valores relacionados con la magia a los niños.
-Volviendo a la magia, los días 4 y 5 de mayo estrena en el Teatre del Raval su nuevo espectáculo, 'El show de Llaves. Un viaje por su mente'. ¿Qué puede esperar el público de él?
-Nosotros vamos a huir de lo que sería un espectáculo de magia genérico. El peso de la magia estará en torno 80 % y se combinarán efectos clásicos y muy visuales, como el hacer desaparecer objetos o partir personas por la mitad, con humor constante y partes musicales. Esta parte cómica y sonora compondría el otro 20 %.
Por otro lado, el teatro estará ambientado como si fuera una estación de tren antigua y, a los asistentes, se les canjeará su entrada por un billete para el tren. Todo, con el objetivo de simular el viaje que anuncia el título del espectáculo. También invitaré a la gente a salir y participar en distintos números. Personalmente, me gusta que el público pueda vivir la magia muy de cerca.
-¿Cómo es el proceso de preparación un 'show' de magia? ¿Es complicado? Explíquele a la gente todo el trabajo que hay detrás y que no se ve...
-El proceso es complejo, sobre todo al no ser un número de magia al uso. El guion lleva su tiempo y está muy marcado. Hay que decidir también que truco va antes y que truco va después, pues la idea es simular un viaje y todo tiene que estar bien hilado y conducido. La verdad es que hay mucho trabajo detrás.
-¿Es posible vivir de la magia para un joven de tan solo 26 años?
-La esperanza está ahí, aunque es complicado. Antes de la pandemia era más sencillo. Actualmente compagino la magia con mi trabajo de abogado, además de formar futuros magos y dar clases de escritura creativa. Me levanto cada día con la ilusión de poder llegar a dedicar mi vida exclusivamente al arte.