CASTELLÓN (EFE). La patronal azulejera Ascer ha rechazado este viernes "los ritmos lentos en los puertos" como medida de presión de los estibadores porque "se trata de paros encubiertos que perjudican gravemente a las empresas del sector" y que pueden provocar "un caos", con "cierres de hornos y pérdidas de mercados".
Según han informado fuentes de la patronal en un comunicado, desde ayer se están registrando "paros encubiertos" en las principales terminales españolas, entre las que se encuentran las de Valencia y Castellón, principales puertos a través de los cuales opera la industria cerámica española.
Ascer ha asegurado respetar el derecho a huelga de los trabajadores, pero "rechaza enérgicamente los paros encubiertos que se están produciendo en los puertos españoles y que pueden llevar al caos en la industria cerámica, incluso forzando el cierre de hornos y provocando expedientes de regulación de empleo en el sector".
Esta situación de crisis en los puertos, ha indicado la patronal, "solamente puede empeorar y desviar compras y movimientos de mercancías a otros países".
El presidente de Ascer, Isidoro Zarzoso, ha asegurado: "En un momento en el que el sector está comenzando a mostrar signos de recuperación, y teniendo en cuenta que operamos en un mercado altamente competitivo, esta situación nos afecta muy gravemente".
"No solo nuestra mercancía quedaría paralizada sin poder salir a nuestros mercados, sino que podemos llegar en unos días al desabastecimiento de materias primas con las nefastas consecuencias que esto acarrearía", ha alertado.
A su juicio, "solo el anuncio de paros -independientemente de que al final se produzcan o no- tiene ya un efecto negativo para la exportación española y no debemos perder de vista que la exportación está siendo en estos momentos la base de la recuperación económica de la provincia y del país".
Desde Ascer se ha indicado que en la actualidad el 70 % de las ventas exteriores se realiza por vía marítima y que en 2016 las exportaciones del sector alcanzaron los 2.570 millones de euros y se destinaron a cerca de 190 países del mundo.