Vista de Marina d'OrVALÈNCIA. El Boletín Oficial del Registro Mercantil recogía este viernes una ampliación de capital de 11,1 millones de euros realizada por la sociedad Comercializadora Mediterránea de Viviendas SL. Se trata de Comervi, la sociedad inmobiliria del impulsor de Marina d'Or, que se limita a explicar a este diario que la maniobra responde a una "conversión de deuda en Capital" -sin ofrecer más detalles-.
Esta posibilidad quedó contemplada en el convenio suscrito por la sociedad con sus acreedores para salir del concurso, tal y como explicó este diario. En concreto, el acuerdo daba a elegir a los acreedores entre el cobro de la deuda con una quita del 65% en un plazo de 10 años o la posibilidad de que capitalizaran sus créditos y pasaran a formar parte del accionariado de la mercantil.
En función de quién haya suscrito esta ampliación la inmobiliaria de Marina d'Or -controlada hasta la fecha al 100% por Jesús Ger- podría haber incorporado un nuevo accionista, si bien no se descarta que la capitalización la haya suscrito una sociedad del propio empresario catalán.
De hecho, tal y como consta en la última memoria de Comervi -la correspondiente al ejercicio 2017-, la mercantil tiene una deuda de 55,8 millones de euros con "empresas vinculadas", tal y como se detalla la firma en la nota 13 de sus cuentas anuales:
Preguntadas al respecto, fuentes de la Sareb -que según Marina d'Or es el principal acreedor privado de Comervi- explicaban este viernes a Valencia Plaza que la entidad acordó aplicar la mencionada quita del 65% al importe que le adeudaba la sociedad y que, en consecuencia, el 'banco malo' no ha sido quien ha capitalizado los 11,1 millones.
En la misma línea se pronuncia Banco Sabadell, que explica a este diario que su acuerdo con Comervi se saldó con la entrega a la entidad financiera de 40 apartamentos y una nave, tal y como reveló este periódico.
También se descarta que la capitalización la hayan llevado a cabo la Agencia Tributaria o la Seguridad Social -los otros dos grandes acreedores de Comervi-, ya que el Estado no tiene por costumbre acceder al accionariado de empresas privadas en sus concursos de acreedores.
